Los Sassi de Matera o Piedras de Matera conforman el centro histórico de la ciudad de Matera _ Italia.
La ciudad de la piedra, el centro histórico de Matera excavado en la misma montaña, está habitada al menos desde el Paleolítico: algunos de los artefactos encontrados datan del decimotercer milenio antes de Cristo, y muchas de las casas que se internan en la piedra caliza del barranco han sido habitadas sin interrupción desde la Edad de Bronce (aparte del desplazamiento forzado en los años 1950). La primera definición de Sasso como aldea de piedra se remonta a un documento del año 1204.
Sassi de Matera es un asentamiento urbano que resulta de las diferentes formas de civilización y los asentamientos humanos que se han ido produciendo con el tiempo. Los pueblos prehistóricos se atrincheraron ahí en el Neolítico, siendo el hogar de una civilización rupestre de Occidente en el siglo IX-XI con sus fosos, conductos, tanques. A partir de los siglos XI-XIII se construyeron sus fortificaciones, las expansiones posteriores del Renacimiento (XV-XVI) y el Barroco (siglo XVII) facilitaron un nuevo alojamiento urbano.
La zona estaba ya habitada en el Paleolítico, momento en el que se establecieron los primeros asentamientos en las grutas de calcarenitos de la montaña. El ecosistema humano, perfectamente integrado en el ambiente natural circunstante, se ha perpetuado a lo largo de los siglos adaptándose a los distintos períodos históricos: desde las primeras viviendas subterráneas, hasta las sofisticadas estructuras urbanas sucesivas, construidas con material proveniente de las excavaciones. Es un excepcional ejemplo de uso responsable de los recursos naturales.
Entre las zonas más antiguas e importantes destaca el barrio Civita, con su catedral románica, es una fortaleza natural situada en el corazón de la ciudad antigua y constituye, junto con las dos hondonadas del Sasso Barisano y de Sasso Caveoso, la parte más fascinante de la “ciudad de piedra”. El Sasso Caveoso conserva casi intactas sus viviendas excavadas en la roca, sobre todo en la parte final, que va a dar a la via Casalnuovo.
Entre la numerosas iglesias rupestres de Matera, que unen al encanto crudo de la roca la delicadeza y elegancia de las decoraciones internas, merece una visita la imponente iglesia de San Pedro Barisano, la iglesia de Santa Lucía delle Malve y el conjunto rupestre de Convicinio de San Antonio, entre otras, que alberga cada año una importante exposición de escultura internacional.
Desde la plaza principal, con la bella iglesia de San Pedro Caveoso, se disfruta de un excepcional panorama sobre el barranco, con el laberinto de calles, iglesias y viviendas enraizadas en las pendientes.
A lo largo de la via Madonna delle Virtú se llega hasta el barrio Sasso Barisano que, entre otros atractivos turísticos, acoge una reconstrucción de los “sassi” en miniatura y el Museo della Civitá Contadina.
El territorio de Matera, precioso hasta merecer el apelativo de “Segunda Belén”, ha impresionado a lo largo de los siglos a escritores, artistas y directores, como Mel Gibson que la eligió como lugar donde rodar su película “La Pasión de Cristo”. En los años 50 las gentes que habitaban las grutas fueron trasladadas a los barrios modernos para permitir llevar a cabo los complicados trabajos de restauración que devolvió a los sassi su belleza original.
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