viernes, 30 de septiembre de 2022

Mariano Benlliure Gil(1862-1947), trabajando en el busto de Joaquín Sorolla

 

Mariano Benlliure Gil(1862-1947), trabajando en el busto de Joaquín Sorolla  (1863-1923) en 1918, con unas dimensiones de 70 x 98 x 58 cm encargado por M. Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society y uno de los primeros patronos del Museo Sorolla, que lo regaló al Museo con motivo de su inauguración en 1932, para ser colocado en el jardín tercero, en el que todavía puede contemplarse actualmente, debajo de la pérgola.

En la Hispanic Society of America, se conservan dos réplicas más de la misma pieza, una en bronce y otra en mármol.



"El arte es luz. Tú la creas, tú eres arte", elogiaba Benlliure a Sorolla en un telegrama de 1917. "Yo estoy a tu lado en todo. Te abrazo, Joaquín", le escribió el pintor a su amigo en 1918, acostumbrados ambos incluso a tratarse de hermanos´. 

Ambas misivas son prueba de la cercanía y profunda admiración que comenzaron a fraguar desde su adolescencia en Valencia y que incluso engarzó sus trayectorias artísticas: aunque Sorolla tardó en obtener los reconocimientos que Benlliure había cosechado antes, como la mención de honor en la Exposición Nacional de Madrid, entre 1890 y 1901 trabajaron con afán infatigable y gozaron de éxitos y reconocimientos a la par, como la medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1900. 





Ambos alcanzaron el olimpo de la historia: uno, como maestro impresionista y luminista; el otro, como el último realista decimonónico.

Mariano convierte la pintura en escultura, o mejor dicho, hace una escultura que recuerda a la pintura, de ahí que podamos concluir que sus obras son el encuentro de las dos artes: composición, espacio y dibujo fusionados con el volumen, la forma y la textura, incluso el color se traduce en la combinación de volúmenes, en el logro de sombras y en la combinación de los materiales (mármol y bronce, terracota patinada, piedra natural y cerámica vidriada). El hecho de que gran parte de sus pinturas no se hayan localizado, se justifica precisamente porque las realizó en la época en que vivió en Roma y fueron vendidas en el extranjero, aparte de que nunca les concedió importancia al hablar de su obra.




Todos los que le conocieron y han transmitido sus recuerdos nos destacan enseguida su atractivo personal: un cuerpo ágil y vigoroso, con manos encallecidas como las de un jovial trabajador, con un rostro que atrae por sus ojos pequeños y expresivos, sano de color, densas patillas rizadas y poblado bigote, pero en especial prominentes orejas que él siempre destaca en sus autocaricaturas. Y sobre todo destaca en él una sonrisa franca, eterna y contagiosa, que se hace más cálida cuando con su afable cordialidad, tiende su mano llena de vitalidad. A ello une su especial indumentaria: un gorrito de tela negra, chaleco sobre la camiseta, brazos al aire y pantalones de polaina “porque se le enfrían los pies”, todo ello manchado de barro y de tiznes blancos de escayola…, parece un obrero de la construcción al pie de la obra.

Su relación de amistad se forjó durante la adolescencia en Valencia, se extendió a sus familias y se mantuvo hasta la temprana muerte de Sorolla a los 60 años. El pintor lo trataba de "hermano" y Benlliure actuó de este modo. Por ejemplo, inició a Elena Sorolla, hija menor del pintor, en la escultura..









Bibliografía : https://www.elmundo.es
                     https://apintoresyescultores.es

jueves, 29 de septiembre de 2022

La ermita de la Virgen de la Peña en Mijas

La ermita de la Virgen de la Peña fue excavada en la roca por frailes mercedarios. Se encuentra en Mijas, Málaga _ España. Se trata de una ermita cueva, excavada en la roca por un hermano Carmelita entre los años 1686 y 1682, a la que por el lado de la Epístola se le ha añadido una sacristía hecha con piedra irregular, tratando de simular una covacha natural. El exterior de los pies, realizado con idéntico material e intención, tiene acceso de medio punto y pequeña espadaña.



Es conocido como el Compás. El santuario se construyó en el interior de una gran roca. La imagen de esta Virgen data del año 850. Es una talla en madera. Según la leyenda, la imagen estuvo oculta durante cinco siglos y fue descubierta en el año 1586 por un albañil, padre de dos niños pastores que fueron guiados hasta el lugar por una paloma.



Los mjieños le profesan una gran devoción y en una de las paredes de la roca se pueden ver todas las ofrendas a la Virgen. El lugar se conoce como el Compás y es un excelente mirador desde donde se domina una impresionante vista de la Costa del Sol.



Los pueblos de Andalucía tienen una magia especial. Repartidos en todo el territorio, aparecen como pequeñas pinceladas blancas en medio de las verdes montañas o junto al azul del Mediterráneo. Hoy vamos a hablarte de Mijas, un pequeño y encantador enclave ideal para una escapada de fin de semana.



Se tiene conocimiento de Mijas desde la Edad de Bronce. Los primeros en asentarse en esta zona fueron los griegos y los fenicios, allá por el año 900 a.C. ¿Por qué eligieron concretamente este lugar? Por la enorme cantidad de minerales que había en la zona, especialmente zinc y mármol. De hecho, la Catedral de Málaga fue construida con mármol extraído en Mijas.



Más tarde pasaron por estas tierras los romanos, los visigodos y, por supuesto, los musulmanes  Estos últimos habitaron en la zona hasta el siglo XV, con la Reconquista llevada a cabo por Isabel la Católica.



Esta ermita protege la imagen de la Virgen patrona del pueblo. No se trata de un edifico arquitectónico propiamente dicho ya que el santuario se excavó en parte en una roca de naturaleza travertínica al que posteriormente se fueron añadiendo otras dependencias, sobre la que posiblemente existían los restos de una antigua estructura fortificada. En su interior y en una hornacina irregular abierta en la roca se encuentra la imagen de la Virgen de la Peña, Patrona de Mijas.



Es una construcción sencilla con una sola nave con planta rectangular, cubierta con armadura de madera a dos aguas, capilla con bóveda de arista en la zona del presbiterio y ligera decoración de yeserías. El altar presenta tres hornacinas, dónde se encuentra una antigua talla de la Virgen de los Remedios y la portada es un arco de medio punto enmarcado por pilastras que se abre hacia la Plaza de los Siete Caños.



En esa plaza existió hasta los años setenta del pasado siglo una fuente, ahora reconstruida en un lugar próximo, que fue construida en 1732 sufragada por los vecinos del Barrio de Santa Ana, que por aquel entonces era conocido como “Portugal”.




Bibliografía : https://www.mijas.es
                     https://andaluciarustica.com

martes, 27 de septiembre de 2022

"Majas al balcón" obra del pintor madrileño, Eugenio Lucas Velázquez



"Majas al balcón" obra del pintor madrileño, Eugenio Lucas Velázquez (1817. 1870) del año 1862 y con unas dimensiones 108 x 81 cm. (no expuesto). Actualmente se encuentra en Museo Nacional del Prado en Madrid _ España.




Pintor perteneciente al romanticismo español, llamado en el pasado Eugenio Lucas y Padilla, cuando se le creía natural de Alcalá de Henares. Bautizado un día después de su nacimiento en la iglesia parroquial de Santa Cruz de Madrid. Su padre, Julián de Lucas, era natural de Jabalea (Cuenca), y su madre, Juana Velázquez, del Obispado de Béjar. De su infancia y primera formación poco se sabe. Ante tal escasez de datos los historiadores del arte han conjeturado sobre su aprendizaje.


Se ha sugerido que estudió Letras en Alcalá de Henares, pero no hay constancia fehaciente de ello; lo que sí parece cierto es que asistió a las clases de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a tenor de dos hechos: en 1841 concurrió al concurso anual con dos caprichos y dos escenas costumbristas y años después (concretamente en el catálogo de la Exposición Universal de París de 1855). Se declarará alumno de dicha institución. José Lázaro Galdiano señala además que Lucas “se estableció como en casa propia en el Museo del Prado, copiando durante varios años a Velázquez y Goya y, por cambiar, a Goya y Velázquez”, a tenor del gran número de réplicas de ambos artistas que engrosan su catálogo.




Se representa a una joven tocando una guitarra: con la mano derecha parece que rasguea, mientras la izquierda está sobre el diapasón. El clavijero está adornado con un gran moño de flores que hace juego con el tocado de la guitarrista. No se puede ver el número de clavijas ni de cuerdas, que deben ser seis simples por la época de ejecución de la obra. El modelo pequeño, como el que se representa aquí, era apropiado para las mujeres, por lo que tanto el mástil como el diapasón y el conjunto de la caja son de tamaño más reducido, lo que facilitaba la ejecución (Texto extractado del Proyecto Iconografía Musical, U.C.M.).




Sus maneras pictóricas son muy diversas y la tipología de sus obras varía bastante. Con  una gran imaginación, tomo ideas prestadas de los grandes maestros del pasado, a los que dedicó una gran atención, y su producción refleja conceptos románticos, ambientes dieciochescos y de comienzos del siglo XIX, escenas populares y fantasmagorías; también fue retratista y pintó algunos bodegones, siempre denotando en todas sus creaciones un considerable eclecticismo 












Bibliografía : https://dbe.rah.es
                     https://www.museodelprado.es/

jueves, 22 de septiembre de 2022



Alberto Giacometti en el,año 1950:en el parque de Eugène Rudier en Vésinet, posando junto a Les Bourgeois de Calais (Burgueses de Calais) de Rodin.

Auguste Rodin (París, 1840-Meudon, 1917) y Alberto Giacometti (Borgonovo, Suiza, 1901-Coira, Suiza,1966) nunca se conocieron. De hecho, cuando Giacometti llegó a París, en 1922, Rodin ya llevaba cinco años muerto. Sin embargo, a través de sus trayectorias artísticas podemos ser testigos de un interesante diálogo entre ambos con muchos puntos en común y también con algunas diferencias, algo inevitable en dos artistas tan libres a los que separa más de una generación.



Más allá de algunos aspectos puramente formales que comparten ambos artistas, como pueden ser el uso de la materia y la acentuación del modelado, la preocupación por el pedestal y el gusto por el fragmento o la deformación, el diálogo que se establece entre ellos va mucho más allá.




Rodin es uno de los primeros escultores considerado moderno por su capacidad para reflejar (primero a través de la expresividad del rostro y el gesto, con el paso de los años centrándose en lo esencial) conceptos universales como angustia, dolor, inquietud, miedo o ira; también es este uno de los rasgos fundamentales de la obra de Giacometti: sus obras posteriores a la guerra, esas figuras alargadas y frágiles, inmóviles, a las que Jean Genet denominaba “los guardianes de los muertos” expresan, despojándose de lo accesorio, toda la complejidad de la existencia humana.



Por sus series de dibujos que incansablemente exploran posturas que son formas y formas que son abstracciones; por sus esculturas que, una y otra vez, buscan el matiz de un gesto, la sutil diferencia de una expresión que transforma el punto de vista, Auguste Rodin (París, 1840 – Meudon, 1917) fue uno de esos tipos. Su incesante vuelta al origen, manifestada también a modo de implacable revisión de la antigüedad clásica y arcaica, enseguida cautivaron la atención del niño Alberto Giacometti (Borgonovo, 1901 – Coira, 1966) quien, en el estudio de su padre artista, en Suiza, absorbió esas enseñanzas para ponerlas en práctica intermitentemente en distintas fases a lo largo de su vida.



Rodin plasmó es su Monumento a los burgueses de Calais se compara con la acumulación de figuras espectrales que conviven sobre los pedestales de Giacometti; los pedestales con los que ambos jugaron y experimentaron se convierten en figuras deformadas en muchas de sus esculturas; y la deformidad y el accidente en que ambos se regodean se erige como una categoría artística en sí misma. Todo un juego de relaciones que, se fundamenta en deducciones objetivas extraídas de los archivos del artista suizo. Giacometti estaba en la escuela tenía que pagar el autobús, pero durante un tiempo tuvo que ir andando porque dedicó el dinero a comprar un libro con las obras de Rodin”.










































miércoles, 21 de septiembre de 2022

Las termas romanas situadas en la localidad de Bath, Somerset _ Inglaterra, se encuentran en un edificio muy bien conservado, gracias a lo cual se pueden apreciar muy bien los elementos arquitectónicos presentes en el edificio. Las termas propiamente dichas se sitúan por debajo del nivel de la calle y los edificios construidos a raíz de su descubrimiento se pueden dividir en cuatro grupos, entre los que están el «Manantial Sagrado», el Templo Romano, el Baño Romano y la Casa Museo. Estas estructuras datan del siglo XIX.



Los romanos no lo dudaron ni un instante. Habían conquistado un lugar perfecto para construir unas termas. Tan perfecto que no era necesario ni calentar el agua, ya surgía a unos 46º de manera natural y os puedo dar fe de su buen sabor, y según la audio guía, con más de 47 minerales. 




Las fuentes de agua termal de Bath fueron descubiertas, según la leyenda, por el príncipe celta Bladud alrededor del año 863 a.C. cuando un baño en sus aguas curó la lepra que había contraído. Siempre según la leyenda, fue el mismo Bladud (Bladud se convirtió en el noveno rey de los Britanos y se supone que fue el padre del famoso rey Lear… el de Shakespeare), quien fundó una ciudad alrededor del manantial dando vida a la que hoy conocemos como Bath.




La realidad, basada en restos arqueológicos, es que los humanos hemos estado rondando las fuentes termales de Bath desde el año 8.000 a.C. como poco. Y que, antes de que llegaran los romanos, ya había un santuario celta dedicado a la diosa Sulis en las inmediaciones de las fuentes termales.



La llegada de los romanos a Gran Bretaña supuso, eso sí, la “domesticación” de las aguas termales de Bath. En el continente había otros lugares con este tipo de manantiales y los romanos ya las disfrutaban y eran expertos en aprovecharlas. En el año 43 comenzaron las obras de construcción de la ciudad de Aquae Sulis, un santuario del descanso y la relajación.







La palabra SPA es un acrónimo de la frase latina «Salus Per Aquam» o «salud a través del agua». El nombre de Aquae Sulis proviene de la diosa celta –de las tribus celtas locales, Dobunni y Durotriges– del manantial: Sulis. Los romanos, que no eran de perder dioses, mantuvieron a Sulis y subieron la apuesta con Minerva que también tenía poderes curativos. Nació así la diosa Sulis Minerva. Y, como no, un templo dedicado a ella.


La caída del Imperio Romano supuso también la caída de Aquae Sulis. Es más, la ciudad romana se abandonó y, en el siglo VIII, las ruinas de las casas sin techo rodeaban los baños. ¿Cómo lo sabemos? ¡Por un poema en el Exeter Book!






John de Villula, nombrado obispo de Bath y Wells en 1088. Recuperó la ciudad y construyó nuevos baños. Como un milenio antes, pronto enfermos de toda Gran Bretaña “peregrinaron” hasta las aguas de Bath para curar sus males.



Los enfermos fueron dando paso poco a poco a los ricos, los aristócratas y hasta la realeza (uno de los manantiales cambió de nombre a Queen’s Bath por la reina Ana Estuardo, hoy se conoce como King’s Bath). Cualquiera que fuera alguien en el siglo XVIII tenía que pasar por la ciudad y, mejor aún, tener una casa en ella.

Fue en ese entonces cuando se descubrieron los primeros restos de la piscina principal. Se desató la locura: la época romana volvía a la vida y los aristócratas ingleses querían recuperarla.


Gran parte de lo que se visita en las termas de Bath es romano. La piscina principal está como en sus orígenes, con sus 45 planchas de plomo que hacen impermeable todavía hoy su metro y medio de profundidad. En la época del Imperio Romano, estaba cubierta por una bóveda de cañón de madera que posteriormente fue sustituida por una de piedra. Esta bóveda estaba a 20 metros de altura, lo que convertía al edificio en el más alto de la ciudad y de los más altos de la Britania romana. El techo desapareció y ahora la piscina está al aire libre. El Sol favorece la proliferación de algas que dan un aspecto verdoso y poco saludable al agua que no tenía cuando los baños funcionaban a pleno rendimiento.




Aquí, y en el resto de termas romanas, hombres y mujeres se bañaban juntos hasta el siglo II. Entonces, el emperador Adriano, mucho más puritano, lo prohibió. Por eso las instalaciones están duplicadas y hay zonas diferentes para cada sexo. La zona de baños contaba con habitaciones para masajes, saunas, baños de vapor… hasta uno de los primeros jacuzzis de la historia: una bañera semicircular en la que entraba el agua caliente a presión creando burbujas.





Tan jacuzzi era que hasta contaba con bancos dentro del agua en los que se sentaban tanto ancianos con reuma como soldados con heridas de guerra esperando que las aguas sagradas de la diosa les ayudaran a curarse.



También aquí hay algunas proyecciones que devuelven a la vida las salas con romanos y romanas disfrutando de las aguas termales, de los masajes o de la conversación. Además de lugar de curación, los baños, como en el resto del Imperio, también eran centros de ocio y lugares donde hablar de negocios.





La parte exterior, principalmente la terraza, estaba revestida de estatuas victorianas que representaban a los gobernantes y a los mayores emperadores romanos. Entre las estatuas se encuentran el emperador romano Claudio, el emperador Vespasiano, Julio César, el emperador Adriano, el emperador Constantino y la estatua de Agrícola. Estas estatuas se erigieron en 1894 para preparar la inauguración oficial en 1897.






La estatua original de Julio César fue objeto de vandalismo en la década de 1980 y se rehizo hace unos 18 años. Además de los emperadores, también hay estatuas de algunos reyes, como el rey Edgar y el rey Cole, realizadas en el siglo XV. Edgar se convirtió en rey el 11 de mayo de 973, mientras que Cole lo hizo en 125.


La estatua de la diosa Minerva se encuentra en el museo de los baños de Bath, uno de los objetos más notables Britannia, descubierta durante unas obras de ampliación de alcantarillado.


La diosa, además de sanar a través de las aguas sagradas, también recibía quejas de los devotos, mediante lo que se conoce como “tablillas de maldición” de Bath. Los devotos escribían sus malos deseos en láminas de plomo que luego enrollaban y lanzaban a la fuente sagrada esperando que se cumplieran. 


Al final de la zona museística, se accede a los baños propiamente dichos. Caminamos sobre huellas de antiguos romanos, miles y miles de personas que durante más de cuatro siglos visitaron estas termas.





Bibliografía: https://saltaconmigo.com
                   https://www.tootbus.com












martes, 20 de septiembre de 2022

Daniel Popper

El escultor sudafricano Daniel Popper es reconocido por realizar diversas esculturas de gran tamaño asociadas a dioses gigantes de la mitología. Crea instalaciones de arte interactivas que a menudo son de una escala monumental. El trabajo del artista, quien reside en Ciudad del Cabo, invita al público a contemplar diversos temas. 



Conocido por sus instalaciones que combinan esculturas y música, las esculturas figurativas de Popper se han vuelto icónicas. Daniel Popper es un artista multidisciplinario de Sudáfrica, reconocido a nivel mundial por sus inmensas esculturas y sus fantásticas instalaciones de «arte urbano», creando crea trabajos tanto temporales como permanentes.



Su última pieza, llamada «Prosperar» tiene casi 9 metros de altura y está construida con 14 toneladas de hormigón reforzado con fibra de vidrio. Sus figuras enriquecen los paisajes donde son instaladas, mimetizándose sin robar protagonismo al esplendor de la naturaleza.






Algunas de sus obras están construidas de madera, hormigón reforzado con vidrio, fibra de vidrio y acero, las esculturas varían en pose y estética general. Hallow, que se encuentra en la entrada del arboreto, es una escultura poética que evoca la instalación con dosel de helechos que el artista dio a conocer a fines del año pasado en Fort Lauderdale.




Sentient, por otro lado, rodea un busto central con un ensamblaje surrealista de rasgos faciales representados en trozos de madera en ángulo. Cada uno está construido a una escala monumental, mide casi ocho metros de alto y pesa varias toneladas.

Como acostumbra, Popper vuelve a poner el foco de su discurso artístico sobre la conexión entre los humanos y los elementos de la naturaleza y la Tierra, al mismo tiempo que crea conciencia de una forma simbólica con sus colosales figuras.





Bibliografía: https://culturainquieta.com