jueves, 30 de mayo de 2019

"Madame Bergeret" obra de François Boucher

"Madame Bergeret" obra de François Boucher del año 1766 y con unas dimensiones de 105,4 x 143, 5 cm. Actualmente se encuentra en National Callery of Art de Washington, DC _ Estados Unidos.


François Boucher fue el maestro del estilo galante, propio del rococó francés. Sus temas mitológicos, sus cuadros pastoriles y sus desnudos muestran esa época de esplendor y decadencia en Francia, que se traduce en un arte libertino y hedonista, cuyo único objetivo es sacar partido de los sentidos.


Aprendiz de artistas desde muy joven, con 20 años ganó el prestigioso Premio de Roma, un viaje de estudios en Italia, en el que evidentemente absorbería ese nuevo arte que se estaba haciendo, un arte mucho más barroco que el barroco.


Su obra está inspirada en artistas como Watteau y Rubens. Del primero tomó algunos temas, pero los representó con una energía vital y un color más vivo que recuerda más a Rubens. 


De todas formas, empleaba una pincelada bastante pulida y buscaba un acabado muy detallista, sin la audacia de Rubens y más bien destinado a agradar a su clientela cortesana. Muchos de sus cuadros eran de pequeño formato, para estancias privadas y no para grandes salones oficiales, por lo que estaban pensados para ser vistos de cerca y su superficie recuerda a la porcelana.


A pesar de haber utilizado sus obras para varias de las publicaciones sobre la moda de mediados del siglo XVIII, aún no le he dedicado unos apuntes en solitario a esta personalidad de la moda: François Boucher.


Su aporte visual a la manera de vestir de aquellos años lo merece, no solo al retratar a esa gran promotora del estilo francés y favorita del rey Luis XV, Madame de Pompadour, sino por otros muchos legados como referencias iconográficas relacionadas con la indumentaria, sobre todo, del mundo íntimo de la mujer.



François Boucher (1703 –1770) nació en París, hijo del también pintor Nicolas Boucher, quien le brindó la primera educación artística. Posteriormente continuó su aprendizaje con varios maestros, entre otros con el pintor François Lemoyne. Siendo aprendiz de éste, con solo 17 años comenzó a trabajar el grabador Jean-François Cars, de quien aprendió la técnica del aguafuerte.


La obra de Boucher se caracterizaba por una pincelada que buscaba un acabado muy detallista. Obra destinada a agradar a la clientela cortesana. A pesar de que destacamos esta faceta del artista, Boucher también realizó retratos de la naturaleza, en los que insertaba a campesinos y personajes humildes, pero siempre con menos sentido épico e inocencia y más carga voluptuosa.


La mirada intimista del pintor se observa también en aquellas obras en que el entorno familiar contrasta con la pasión de sus escenas mitológicas.






Bibliografía : https://vestuarioescenico.wordpress.com

lunes, 27 de mayo de 2019

El Palacio Episcopal de Tortosa, Tarragona _ España

El Palacio Episcopal de Tortosa, Tarragona _ España es una verdadera joya de la arquitectura gótica civil. Probablemente el más bello palacio episcopal en la zona. Tiene una entrada por la calle Croera, donde la fachada oeste daba directamente al río hasta la obertura de la calle Felip Pedrell. 


Este frontón fluvial ha conservado bien vivos los vestigios de su pasado. El Palacio Episcopal se sitúa delante de la fachada de la Catedral. La puerta se abre a un acceso de arcadas apuntadas y salones a los lados de factura sencilla y severa.


El patio es un modelo perfeoto de gótico catalán. De planta irregular, este patio organiza el edificio. Presenta ua amplia escalera flotante hasta el piso segundo donde se conservan dos galerías formadas por arcos ojivales sobre estilizadas columnas fuste cuadrilobulado y bellos capiteles con decoración vegetal.


El edificio fue construido entre los siglos XIII y XIV, siendo su principal promotor el obispo Berenguer Prats (1316-1340), y remodelado en el siglo XVIII, cuando se añade un nuevo edificio adyacente, y el s. XIX. En 1931 fue declarado Monumento Histórico Artístico de interés nacional.


La capilla del Palacio Episcopal fue construida a principios del siglo XIV, es de planta cuadrada y resuelve la cubierta del ábside con una vuelta de media estrella que descansa sobre pequeñas vueltas rinconeras o trompas angulares.





Los ventanales de la parte superior son simulados y en ellos puede apreciar su prolicromía original. La fachada interior de la capilla presenta un imponente trabajo escultórico de una riqueza extraordinaria: la Mare de Déu amb el Nen presidiendo el timpano está flanqueada por pequeños ángeles y esculturas en las columnas.



El patio constituye el núcleo principal de la construcción y desde éste, una amplia escala voladiza permite el acceso al primer piso donde se conservan dos galerías, formadas por arcos de ojiva sobre esbeltas columnas y capiteles con decoración vegetal.





Bibliografía : https://www.tortosaturisme.ca

jueves, 23 de mayo de 2019

El Tríptico de las Tentaciones de san Antonio obra Jheronimus Bosch

El Tríptico de las Tentaciones de san Antonio es un tríptico del pintor flamenco Jheronimus Bosch, fue realizada entre los año 1520 a 1530 y con unas dimensiones de 118 x 33.5 cm. Actualmente se encuentra en Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica.


El tema de las tentaciones de san Antonio es repetido a menudo en la historia del arte. Fue presentado por vez primera en el siglo X en pinturas al fresco italianas. En la Europa medieval, puede verse una auténtica acumulación del tema en libros iluminados y más tarde en grabados alemanes. Es un tema que interesaba por reflejar la lucha entre el Bien y el Mal, entre Cristo y Satanás.


Estos tres paneles interiores describen escenas de vida de san Antonio . A través del simbolismo se narran los tormentos mentales y espirituales por los que pasó el santo.



En el panel de la izquierda está el Vuelo y caída de san Antonio: en lo alto del cielo, el santo con las manos juntas, es llevado por una nube de demonios. Más abajo una gruta, probablemente un burdel más que el antro del santo, bajo una colina formada por un árbol con forma de hombre sobre sus manos y rodillas. 


Su parte posterior forma la entrada hacia la que se dirige una procesión sacrílega guiada por un demonio que lleva vestimentas sagradas y un ciervo, normalmente figura cristológica pero usado aquí en sentido sacrílego. En primer plano, el santo, exhausto, es sostenido por dos monjes antes de la caída y atraviesan un puente sobre un lago helado; otra de las posibles lecturas es que el demonio lo ha dejado caer y estos monjes caritativos lo ayudan.

​Debajo del santo se ven tres figuras, una de las cuales está vestida de monje y lee una carta. Sobre el lago un demonio pájaro con patines que lleva en el pico un rollo de pergamino con la escritura «graso». Puede que con esto se aludiera al escándalo de la venta de las indulgencias, la figura patinadora podría derivar de los grylloi del arte de época alejandrina.


El panel central, sin embargo, ejemplifica la atracción del Bosco por la habilidad santa de rechazar la tentación. Contiene escenas con todas las posibilidades de perversión ofrecidas al ermitaño. Antonio se arrodilla ante un altar, con su mano en el gesto de bendecir, y al tiempo señalando un Cristo en miniatura, y devuelve la mirada al espectador.


Sobre el fondo, a la izquierda, hay una ciudad en llamas mientras que a la derecha en el cielo un pájaro nave y otra navecilla volante. En primer plano extrañas embarcaciones navegan en una laguna, pudiéndose interpretar el grupo que está en el agua, a la derecha, como una parodia diabólica de la Huida a Egipto y de la Adoración de los Magos


.A la izquierda, siempre en primer plano, de un fruto (parece una calabaza) rojo salen demonios, uno de ellos toca el arpa y está sobre un pollo desplumado (el pájaro es símbolo masculino) y en los pies dos zuecos.


En el panel de la derecha está la Meditación de San Antonio y la reina de los diablos: San Antonio intenta mirar al espectador, pero su vista queda fijada en una tabla rodeada con curiosas criaturas que están pecando. En el cielo dos figuras vuelan sobre un pez, según la creencia, el diablo concedía la facultad de volar a las brujas. En el fondo hay una ciudad con torres, en primer plano una mujer desnuda, esto es, el demonio en forma de reina. 


La reina-diablesa, otras tentaciones variadas, y la agresión física no pueden igualarse a su devoción, el tema más optimista del Bosco.​ Se vuelve hacia un tronco horadado a través de una tienda ladeada por un sapo, junto a él un enano con una capa roja con un molinillo y un aro andador, símbolo de la inconsciencia de la humanidad, en primer plano una tabla con los panes y la jarra de vino, última tentación del santo, está sostenida por demonios desnudos.


La pintura del Bosco se inscribe ambiguamente en la tradición flamenca de la que al mismo tiempo se aparta sutilmente en imaginería y técnica. Ya Karel van Mander, fascinado con su pintura, observó que utilizaba capas de pintura tan finas que a menudo dejaba que se viesen los fondos. En algunos aspectos su técnica carecía del refinamiento propio de los primitivos holandeses. Pero esa nueva técnica, que por otra parte no era exclusiva del Bosco, permitía al pintor trabajar más rápido, al secarse antes las finas capas de color, y con menor coste.​ Sobre una preparación a base de blanco de creta aplicada sobre el soporte, el Bosco dibujaba a pincel y con un material oscuro, con algo de carbón en su composición.

El tema de las tentaciones de san Antonio fue tratado por el Bosco y sus seguidores en diversas ocasiones, destacando el Tríptico de las Tentaciones de san Antonio del Museo Nacional de Arte Antigua de Lisboa. Otras dos versiones del mismo asunto, puertas de un tríptico procedentes del monasterio de El Escorial, se conservan también en el Museo del Prado, donde se catalogan como copias de el Bosco, así como una tercera versión de formato horizontal, de la que se conoce al menos otra copia en el Rijksmuseum de Ámsterdam.




Bibliografía : P. F. R. Carrassat, Maestros de la pintura, Spes Editorial
                    José Pijoán, «Jerónimo Bosch» en Summa Artis, Antología V,







lunes, 20 de mayo de 2019

La iglesia de San Bartolomé en Logroño

La iglesia de San Bartolomé es la iglesia más antigua de la ciudad de Logroño_ España. Logroño situada a la orilla derecha del río Ebro se constituye en localidad importante en la ruta Jacobea. La iglesia románica fue erigida a inicios del XII dentro del recinto primitivo de la ciudad, adosada a la muralla de la que su cabecera formaba parte. La torre alzada sobre la cabecera y rematada al gusto mudéjar en el XVI servía como magnífica atalaya defensiva.


Su construcción se conserva en parte estilo románico, en la cabecera y en la parte inicial de la torre, y transcurre durante el siglo XIII, con el estilo gótico en desarrollo, construyéndose la magnífica portada ojival, que contiene algunas esculturas románicas que narran la vida del santo y otros pasajes de la Biblia. La Iglesia de San Bartolomé está en el Hito Nº 9 en el Camino de Santiago Francés. Se encuentra a 612 km de Santiago de Compostela. Fue declarado Monumento Nacional en 1866.


La suntuosa portada gótica fue realizada en un cuerpo adelantado adosado al hastial(el hastial​ en arquitectura, es la parte superior triangular de la pared o muro de un edificio utilizado para disponer las pendientes de la cubierta, que se apoyan en él) de poniente del templo.


El tímpano de la portada, que muestra a Cristo Redentor entre la Virgen y San Juan, queda desplazado hacia abajo ya que en el siglo XVI el cantero Pedro de Acha reforma el coro y hace una pequeña ventana para que entre luz. De esta reforma es fruto también el arco renacentista que sustenta este coro.


Monumental en su diseño, cuenta con una sucesión de arquivoltas apuntadas en degradación, abocinadas, que se alzan sobre una doble banda de motivos decorados. En la superior, encontramos pasajes esculpidos de la vida de San Bartolomé, cobijados bajo doseletes. En la inferior, arquería ciega con remates trilobulados y pequeños motivos escultóricos colmatando las enjutas.


Los edificios románicos son sobrios y robustos por el empleo de pesadas bóvedas que necesitan gruesos y casi cegados muros para soportarlas. La escultura y la pintura están en dependencia directa de la arquitectura y se caracterizan por el tratamiento antinatural de las formas y por el significado simbólico y teológico de las imágenes.


La Rioja durante aquellos siglos, perteneció al reino de Navarra y después Castilla. Tanto los reyes navarros como los castellanos la favorecieron en el campo de la cultura de muy diversas formas; fomentando las peregrinaciones a Compostela al trazar un nuevo itinerario que hacía discurrir el Camino por tierras riojanas desde Logroño a Grañón.


Durante los quince días que Logroño resistió el cerco del ejército francés en 1521, la torre fue atacada por la artillería enemiga sufriendo desperfectos, ya que se halla cerca de las murallas defensivas de la ciudad, y custodiaba la puerta de Herbentia, cerca del antiguo ayuntamiento. Años después se reconstruye en ladrillo, de estilo mudéjar con influencias aragonesas.



En la iglesia de San Bartolome, las Marcas de cantería se identificó en un total de 9 marcas de 7 tipos diferentes situadas en el exterior del templo (Las marcas de cantero son símbolos o alegorías grabadas por los canteros en la piedra que en la Antigüedad y Edad Media representaban realidades o ideas abstractas mediante sus rasgos, figuras o atributos; en la actualidad desconocemos su interpretación por haber perdido o cambiado su significado simbólico).






Bibliografía : Carlos Álvarez González, Folleto del taller
                     Logroño de 1941. 
                     http://www.arquivoltas.com

jueves, 16 de mayo de 2019

"La tarde azul "Soir Bleu" obra de Edward Hopper

"La tarde azul "Soir Bleu" obra de Edward Hopper, fue realizada en el año 1914 y con unas dimensiones de 91,4 x 182,9. Actualmente se encuentra en Whitney Museum of American Art en Nueva York _ Estados Unidos.


Se trata de una obra de gran formato, y para comprenderla hay que atender a la fecha de su realización, 1914, porque posiblemente la imagen sea una especie de reflexión de Hopper sobre Europa en las fechas previas al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Aunque al mismo tiempo también se puede entender como una especie de escena costumbrista de la vida nocturna parisina.


Toda la composición queda dominada por la figura de una mujer de pie, mientras que el resto de personajes los vemos sentados ante la barra de un bar. Y todas ellas tienen un aire cómico, de hecho se parecen mucho a las caricaturas que tanto le gustaba dibujar a Hopper.

Son muy habituales en los cuadros que pintó Edward Hopper a lo largo de toda su vida (1882 – 1967) la presencia de máscaras y de rostros caricaturescos. Es su modo de sumergirse él, y también el modo de sumergir al espectador, en el intrincado mundo de las sensaciones humanas. En realidad trata de despersonalizar a las personas para poderlas mostrar como personas. Es decir, tiene un tono muy surrealista.


Aquí en este conjunto de personajes, el único que parece que está cómodo con su máscara es el payaso. Además lo sitúa en el centro de la escena, y destaca por el colorido blanco de su maquillaje y su vestido, que destaca aún más sobre el fondo azul y las notas de color rojo de su maquillaje. Lo vemos sentado, con un cigarro entre los labios, absorto en sus pensamientos.


Sus imágenes de Nueva York, de corte cinematográfico, reflejan la vida urbana en América en el período de entreguerras. Realiza una serie de acuarelas de los acantilados y playas de Nueva Inglaterra.


Alejado de las modas y tendencias artísticas, su estilo recibe múltiples influencias, pero suele encuadrarse en el llamado “realismo americano”.Sus pinturas son lacónicas, en ellas se aprecia el vacío y el silencio. Las escenas que crea están invadidas por una leve acción, como el rumor de la brisa suave de una cortina.


El mundo pictórico de Hopper, de imágenes congeladas en el tiempo, en las que se perciben relaciones ambiguas de sus personajes con el entorno, de imágenes llenas de misterio, que dan rienda suelta a la imaginación del espectador, tiene un dramatismo tal que uno entiende por qué algunos directores de cine se sintieran atraídos por él. Alfred Hitchcock se inspiró en el óleo “Casa junto al ferrocarril” para la tenebrosa casa de “Psicosis”.




Bibliografía : https://arelarte.blogspot.com
                     https://arte.laguia2000.com

             

lunes, 13 de mayo de 2019

Iglesia de San Xinés de Padriñán

La conocida Iglesia de San Xinés, trasladada desde el lugar de Aldariz a Sanxenxo en 1670, es de estilo marinero, característico de las órdenes mendicantes de los siglos XIV al XVI. Una localidad y perteneciente a la provincia de Pontevedra, en la comunidad autónoma de Galicia. Se sitúa en la parte meridional de la comarca del Salnés, en la costa bañada por el océano Atlántico en la ría de Pontevedra y de Arosa, en sus zonas más occidentales. 


En cuanto a su estructura, su planta es rectangular, con un ábside más estrecho que la nave, dando lugar a dos capillas a los lados (la de de San José, 1688, y la de Purificación, 1710) que forman los brazos de la cruz, mientras que en la fachada de la Iglesia se puede observar la Virgen del Carmen, un rosetón y una cruz de piedra labrada.


El pórtico, orientado a poniente, destaca por su sencillez y austeridad. Originalmente el arco de la puerta debió ser de medio punto, aunque actualmente presenta un aspecto distinto. Sobre la puerta una pequeña imagen de la Virgen del Carmen con el Niño en brazos, y sobre esta un pequeño rosetón labrado en piedra.


En el interior de la iglesia, podemos observar tres escudos de piedra que llevaban varios siglos ocultos bajo cascotes han quedado a la vista en la iglesia antigua de Sanxenxo, una vez que se han finalizado los trabajos de restauración de estas labras heráldicas, que hunden sus raíces en la fundación misma de la villa turística.


Los escudos cayeron en el olvido, a la par que los linajes que representaban y el rastro de estos escudos se perdió en la noche de los siglos. Un proyecto de restauración del año 2009 en la capilla de Nuestra Señora de la Purificación sirvió para retirar escombros del fondo del piso y fue al darle la vuelta a las losas cuando aparecieron los emblemas heráldicos.


En el siglo XVI las familias más prominentes del municipio dejaron escritos en piedra su poder, autoridad y origen. Sus escudos de armas lo dejaban claro, pero el paso del tiempo conllevó cambios en los elementos arquitectónicos del templo, algunos forzados por la incursión pirata de Francis Drake en la villa.


La Iglesia de San Xinés de Padriñán, sita en el corazón del pueblo de Sanxenxo, es uno de los pocos vestigios que todavía se conservan de los tiempos más primigenios de esta localidad.

Son muchas las leyendas que engalanan su historia, asegurando incluso que fue trasladada desde Aldariz a finales del S.XVII como acabo de mencionar.



se trata de un edificio renacentista de principios del S.XVI, que probablemente sustituyó a un templo todavía más antiguo. Por lo tanto, ni su estilo arquitectónico es el “Gótico mariñeiro”, ni la iglesia estuvo nunca ubicada en Aldariz.


El origen de la leyenda de Aldariz, según algunos expertos del historia del arte, puede deberse a unos textos que hacían alusión al traslado al templo de San Xinés, de los restos de un priorato situado en la zona, que dependía del Monasterio de la Armenteira.


Realizaron una limpieza de toda la zona, que quedó al mismo nivel mediante el uso de un mortero. Por otra parte, policromía deteriorada se restauró con una técnica de reintegración con acuarela.

Este hallazgo se suma a otras pinturas, de los siglos XVI y XVIII, que se encuentran en otras paredes de la iglesia. Los historiadores afirmaron  que "estos restos murales y las sepulturas pertenecen a las familias fundadoras de la iglesia de San Xinés, y, quizás, de la propia villa de Sanxenxo"




Bibliografía : https://www.diariodepontevedra.es