lunes, 30 de septiembre de 2019

La Villa Doria Pamphilj

La Villa Doria Pamphilj es el parque más grande de Roma _ Italia. Con una superficie de 184 hectáreas, situado justo fuera de las murallas en el barrio Gianicolense,. En su interior se encuentra el Casino del Bel Respiro o Algardi, que es sede oficial de representación del Gobierno de Italia.


Lo que en la época era solo una modesta parcela agrícola fuera de las murallas, la llamada Villa vecchia, fue adquirida por el noble Panfilo Pamphili el 23 de octubre de 1630. El escultor Algardi, quien se inspiró para el proyecto en la Villa Medici, una  estructura fue creada como museo de la infinida collección de estatuas antiguas y modernas de la familia Doria Pamphilj, la mayoría de las cuales se encuentra hoy en los Museo Capitolini.


En 1849, Villa Pamphili fue escenario de una de las batallas más sanguinarias de la defensa de la República Romana. Ya en el siglo XX, el Ayuntamiento de Roma inició las primeras expropiaciones y adquisiciones. El núcleo original de la villa fue comprado por el Estado Italiano en 1957, y definitivamente como el parque abrió al público en el año 1972.


En el siglo XX, la mansión de Villa Pamphili fue sometida a una reestructuración y reforma. Hoy es sede oficial de representación de la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia como acabo de mencionar y, por tanto, no está abierta al público.


El lugar más bonito es el jardín secreto, adornado por setos con formas incluyendo la flor de lis, escudo de armas de la familia. El Casino esconde muchas curiosidades, tales como un túnel de un kilómetro y medio de largo que conecta la Villa con el Vaticano, como vía de escape para los Papas.


La última construcción realizada fue la Capilla funeraria Doria Pamphili, para acoger los restos familiares, elaborada en estilo neogótico por el arquitecto Odoardo Collamarini en 1896. Durante años ha estado abandonada, hasta que en 2006 fue restaurada. A día de hoy, el panteón familiar sigue siendo propiedad de la familia Doria-Pamphilj.








El Arco de los Cuatro Vientos es un monumento conmemorativo junto a Villa Corsini data de inicios del siglo XVII. En 1849, resultó seriamente dañado durante el  bombardeo. Hoy es una biblioteca y una galería para exhibiciones temporales. 


Numerosas partes de Villa Doria Pamphili aún conservan considerable evidencia de la época romana y medieval. La frontera norte a lo largo de la Via Aurelia Antica coincide en parte con las estructuras del acueducto Traiano Paolo.



Además en muchas áreas del parque, se han identificado importantes estructuras funerarias romanas (particularmente las destacadas en el Casino del Bel Respiro). El Casale di Giovio conserva ejemplos de muros imperiales de gran valor y un dintel tardomedieval.




Una de las zonas más importantes de Villa Pamphili es el Jardín del Teatro, construido entre 1664 y 1652. En 1950 el arquitecto de la familia Pamphili, Andrea Busiri Vici, hizo un restyling, isnpirándose en los jardines ingleses.

El Jardín del Teatro se llama así por la gran exedra semicircular construida en el interior, que se destinaba a representaciones teatrales y musicales al aire libre.

Al lado de la exedra está el "Ninfeo dei Tritoni" o "del Satiro", una cueva excavada en la tierra, decorada con falsas estalactitas, dos estatuas de dos sirenas y dos faunos, sumergidos en el agua.

La villa alberga robledales, un bosque de pinos, dos estanques, céspedes, muchas variedades de plantas y paisajes.



Bibliografía : http://romacitta.es
                     https://civitavecchia.portmobility.it
                     

jueves, 26 de septiembre de 2019

"El caminante sobre el mar de nubes" Caspar David Friedrich,

"El caminante sobre el mar de nubes" obra del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich, data del año 1818 y con unas dimensiones de 74,8 x 94,8. Actualmente se conserva en el museo de arte en Kunsthalle de Hamburgo _ Alemania.


Arthur Schopenhauer empieza su obra capital, El mundo como voluntad y representación, con la frase: “El mundo es mi representación”; proclama que lo identifica como un subjetivista acérrimo. Es el sujeto el que contempla al mundo como una proyección de sí mismo y lo identifica solo mediante sus propias ideas, sentimientos e ilusiones. Esta bien puede ser la doctrina de todo artista romántico, que apela antes al sujeto que al objeto.


Los artistas románticos se rebelaron contra los dictados de la razón, propios del siglo XVIII, llamado “siglo de las luces”, proclamando la supremacía del sentimiento y la subjetividad frente a la razón fría y calculadora, que juzgaron estéril. 


Para ellos el ser humano es ante todo una manifestación de las fuerzas naturales, de las cuales no puede desprenderse, de ahí su amor a la naturaleza, que en este cuadro se manifiesta como la gran protagonista, pero que no tiene sentido si no es observada y a la vez admirada por el sujeto.


El paisaje, que representa metafóricamente el espíritu del que lo contempla, es elocuente en su dramatismo y grandiosidad y se deja contemplar en toda su magnificencia. Solo un espíritu sensible, afín a un paisaje tan extraordinario, es capaz de apreciarlo profundamente, porque es él en sí mismo, es su esencia metafísica.


Se han hecho muchas interpretaciones de esta obra y en casi todas se advierte sobre el simbolismo de los elementos que aparecen en ella. El hombre, que contempla el paisaje y no tiene identificación particular por estar de espaldas, podría ser el propio Friedrich. Su postura y el bastón que lleva revelan que es un caminante que ha llegado a una eminencia del lugar y se ha quedado ahí para admirar el sublime panorama. 


Está solo, pues solamente en este estado se es capaz de estar en comunión con el mundo que lo rodea, sin la presencia de otra ánima. Se apoya en una fuerte roca, que representa fortaleza y las convicciones firmes, al igual que las demás escarpas rocosas, que junto a las altas montañas del fondo, son también una representación de las fuerzas telúricas que gobiernan la naturaleza. Las nubes que se levantan, que tienen un carácter etéreo en contraposición con las rocas, bien pueden representar las fuerzas sutiles que emanan de la sublimidad natural.



Técnicamente, esta pintura es de una manufactura propia de un maestro consumado, destacando las delicadas tonalidades azules, por cierto un color bastante difícil de tratar, combinadas con los tenues rosas que le dan una asombrosa armonía cromática. El contraste con estas tonalidades lo dan los tonos marrones de las rocas, estableciendo una dialéctica cromática entre ambas gamas de tonalidades dominantes. Las nubes están pintadas con una apariencia algodonosa y delicada, también en claro contraste con las recias texturas de las rocas.

Friedrich fue un extraordinario pintor de paisajes, pero no trabajó este tema como sujeto de estudios figurativos, ni de expresión vindicativa y autónoma, sino como representación de la subjetividad y la emoción que contemplaba en ellos. Para él la naturaleza era ante todo una expresión de la más profunda espiritualidad, que bien se enlaza con el panteísmo de muchos otros artistas románticos, sobre todo los alemanes. Se ha llegado a considerarlo el pintor alemán más importante del romanticismo y gozó de gran fama y estima durante su larga vida, a excepción de sus últimos años.




Bibliografía : https://www.blogger.com/

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Giovanni Boldini (1842 -1931) pintor italiano, nacido en Ferrara, se convirtió en uno de los más importantes retratistas italianos en el cambio de siglo. Instalado en París desde 1871, fue conocido como uno de los primeros pintores de Montmartre, aquel barrio que pronto sería espacio de encuentro de gran parte de la bohemia nacional e internacional. 


Influido a su llegada a la capital francesa por la obra de Meissioner y Fortuny, a quien no llegaría a conocer personalmente debido a la prematura muerte del pintor español, Boldini mantuvo un estilo único a lo largo de toda su vida, basado en la intuición del instante y el movimiento, reflejado con rápidas pinceladas, pero sin perder nunca de vista la figura y la expresión del retratado.


fue el octavo de 13 hijos de Antonio y Benvenuta Caleffi. Su padre, nativo de Spoleto, era pintor de matriz purista, alumno de Tommaso Minardi (1787 - 1871), y restaurador. Se dice que, dotado de notable técnica, hacía buenas copias de obras de Rafael y de paisajistas venecianos. De su padre recibió Zanin (como era conocido familiarmente Giovanni) las primeras enseñanzas de dibujo.


En su extensa obra predomina el retrato de bellísimas mujeres que pasean por maravillosos jardines o exhiben su riqueza recostadas de manera indolente en rincones de sus lujosas mansiones. Pueden acariciar un perro, gato, tocar el piano o aparentar que leen un libro, pero siempre miran directas al artista en poses sugerentes formando una rica galería de la sociedad cosmopolita de la que él fue un protagonista esencial.


Aunque nació en Italia, Boldini desarrolló la mayor parte de su carrera en el París de la Belle Époque de espaldas al movimiento al que por entonces se entregaron muchos de los artistas contemporáneos a él: el impresionismo. Sin representación en las colecciones públicas españolas y con escasa presencia en manos privadas, su obra es poco conocida en España.


En la Fundación Mapfre muestra su primera antológica en sus salas madrileñas se puede admirar con el Titulada Boldini y la pintura española a finales del siglo XIX. El espíritu de una época, entre las 120 obras que se exhiben se incluyen óleos de Mariano Fortuny, Eduardo Zamacois, Raimundo de Madrazo, Ignacio Zuloaga, Martín Rico y su gran amigo Joaquín Sorolla.


Boldini fue un artista de moda durante mucho tiempo y atento a los incontables encargos de la alta sociedad. Pero el éxito social y económico no puede sustraer el reconocimiento de su talento artístico. Por ello, la exposición confronta sus cuadros con los de maestros indiscutibles españoles que en algún momento estuvieron relacionados con él o que, como en el caso de Sorolla, llegaron a ser grandes amigos. 


Él no cambió su manera de pintar aprendida en Florencia. Tuvo un estilo único que mantuvo a lo largo de toda su vida, basado en la intuición del instante y el movimiento, reflejado con rápidas pinceladas, pero sin perder nunca de vista la figura y la expresión del retratado.


En la capital francesa se dedica a composiciones en las que la modelo forma parte de la narración de una escena cotidiana. El parque de Versalles o El banco del Bois son algunas de las obras más llamativas de una etapa en la que inicia su relación con el gran mundo y se convierte en un personaje esencial de la vida social. Las mujeres (y algunos pocos hombres) que retrata son siempre bellas, estilizadas, elegantes y ricas si se tienen en cuenta las joyas que lucen todas ellas.


Su éxito desbordante le lleva a viajar a Nueva York en 1897 y allí se le reconoce como maestro indiscutible del retrato moderno. Entre las celebridades que aparecen en sus lienzos, se encuentra su colega James Abbott McNeill Whistler. Poco antes, el propio Boldini se había pintado a sí mismo con una expresión de noble belleza que poco se ajustaba a su realidad física. Puede que fuera la misma mirada que generosamente repartió con toda su clientela.






Bibliografía : https://elpais.com/cultura
                     https://www.fundacionmapfre.org

lunes, 23 de septiembre de 2019

Yacimiento arqueológico de Paestum

El Parque Nacional de Cilento se encuentra localizado en la provincia de Salerno, en la región de  Campania _ Italia. Uno de sus lugares más conocidos por casi todos los historiadores del arte, es el yacimiento arqueológico de Paestum, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998. Entre las razones que motivaron su designación se encuentra el genio creativo de los grandes constructores de sus templos dóricos.


La región donde se encuentra el parque es una región montañosa cortada por varios ríos que desembocan en el mar Tirreno. Los colonos griegos se asentaron en este lugar en el siglo VII a.C. fundando la ciudad de Posidonia, en la parte norte de Cilento. A finales del siglo V a.C., la ciudad fue conquista por los lucanios ( Los lucanos fueron un pueblo sabélico, de la misma rama que los samnitas, que vivía en el sur de Italia. Desde lo que se conoce hoy como Basilicata se expandieron más tarde hacia Apulia y Brucia).


Su incorporación a la República de Roma se produjo en el siglo III a.C. Durante la invasión cartaginesa de Anibal, Paestum permaneció fiel a Roma, lo que la granjeó posteriormente privilegios, como la acuñación de moneda. En época imperial, Paestum fue perdiendo notoriedad a causa de no encontrarse en el ámbito de las principales calzadas romanas. Esta situación produjo su paulatino declive hasta su definitivo abandono a principios de la Edad Media.


Los más destacados monumentos de Paestum son los tres grandes templos dedicados a Hera, Ceres y Poseidón. Otros lugares de interés de la antigua ciudad griega de Poseidonia son sus murallas, que se extienden a lo largo de 5km., los edificios públicos situados a lo largo del cardo máximo y la Vía Sacra, como los templos ya mencionados, y el foro romano, construido sobre el ágora griega.


El templo de Hera, construido en estilo dórico, es el más antiguo de todos. En el siglo XVIII fue erróneamente interpretado como basílica. Sus colosales columnas han llegado hasta nuestros días, aunque su frontón colapsó en época medieval. El templo de Ceres, probablemente dedicado a Atenea, está fechado en torno al 500 a.C.


En la Edad Media fue convertido en iglesia, decisión que permitió su conservación. El templo de Poseidón, en realidad también dedicado a Hera, fue construido a mediados del siglo V a.C. inspirado en el Partenón ateniense. Es el mayor y mejor conservado de los templos de Paestum.


Paestum cuenta también con extraordinarias muestras de tumbas decoradas con pinturas murales, la mayor parte de ellas pertenecientes al periodo lucanio. La más significativa de la época griega es la Tumba del buceador, fechada en la primera mitad del siglo V a.C., y ejemplo único del arte griego con escenas figurativas. Sus muros están decoradas con pinturas murales que recrean banquetes. Los frescos originales se exhiben en el Museo Nacional, junto con el ciclo de pinturas lucanas.
    







Bibliografía : http://viatorimperi.es






jueves, 19 de septiembre de 2019

La mutilación de La Piedad de Miguel Ángel

El día 21 de mayo del año 1972, La Piedad de Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), en el Vaticano fue mutilado y atacada por un loco iconoclasta, se llamaba Laszlo Toth, nacido en Hungría, de profesión geólogo. “Si me matan, mejor, porque así iré directamente al paraíso”, dijo el perturbado a los gendarmes que lo habían llevado al puesto policial de San Pedro. 


Toth afirmó en un interrogatorio que en una vida pasada fue Miguel Ángel Buonarroti y que “tenía derecho a hacer pedazos la obra”. Además señaló que las iras divinas se desencadenarían si se restaura la escultura. 

“No hay duda de que soy el hijo de Dios. Su voz me ha dicho: eres mi hijo, tu nombre es Cristo y te ordeno destruir La Piedad que está en San Pedro”, afirmó Toth en su declaración.


Días después trascendió que el desequilibrado pretendía arrancar la cabeza de la Virgen, al no conseguirlo golpeó el brazo derecho que al caerse se quebró en varios fragmentos. 



El daño fue en el párpado izquierdo, el cuello, la cabeza y el velo de la Virgen María. Él también le arrancó el antebrazo izquierdo; sus dedos se cayeron por completo al tocar el suelo. Los funcionarios del Vaticano recuperaron más de 50 fragmentos de mármol después del alboroto, pero los turistas se llevaron muchos más. La escultura reparada ahora está protegida por vidrio a prueba de balas.


La restauración de la escultura tardó casi un año, concretamente hasta junio de 1973. Fue realizada por un equipo de expertos en unas dependencias de los Museos Vaticanos. Al finalizar la intervención fue colocada nuevamente en su capilla enmarcada por vidrios anti balas para protegerla del vandalismo.





"La lección de música", obra de Lord Frederic Leighton

"La lección de música", obra de Lord Frederic Leighton del año 1877 y con unas dimensiones de 36,7 x 35,5 cm. Actualmente se encuentra en Guidhall Art Gallery en Londres _ Inglaterra. 


Frederic Leighton (1830-1896) fue pintor y escultor, representante del clasicismo de la Época victoriana. Se inspiró en temas bíblicos y mitológicos. Pintó cuadros históricos y alegóricos. Durante algún tiempo estaba vinculado con los Prerrafaelistas que anunciaban el renacimiento del arte y la ruptura con el arte académico lo cual no le impidió desempeñar el papel de presidente de La Real Academia a partir de 1878.



Leighton es de los victorianos que eligen la Antigüedad clásica como refugio (otros, como los victorianos de la Cofradía Prerrafaelista, eligen la Edad Media). Y es debido a esa pasión suya por la Antigüedad clásica, que recibe el apodo de Jupiter Olympus. Un apodo que, obviamente, a su vez habla de un talento sobrehumano, celestial.


El orientalismo, tema popular en el arte europeo del siglo XIX, surgió a raíz de las campañas napoleónicas de Egipto (1798- 1801) y se consolidó gracias a una serie de importantes hallazgos arqueológicos y a la publicación de narraciones de viajeros. La mayoría de los artistas basaron sus pinturas en estas fuentes de segunda mano, pero lord Leighton formó parte del selecto grupo que se pudo permitir viajar a esos lugares.


En el año 1857 viajó a Argelia y allí se encendió su pasión por el arte de aquel país. Lord Leighton amasó una gran colección de baldosas y cerámicas, e incluso instaló un vestíbulo árabe en su residencia de Londres. A pesar del conocimiento que tenía de Oriente Medio, no pintó sus escenas orientalistas con la intención de que parecieran auténticas, sino que las plasmó al gusto occidental con el objeto de financiar sus viajes.


En La lección de música, el decorado interior y los pies descalzos de las muchachas pretendían rememorar el tema del harén, muy comercial por aquel entonces. Los fastuosos trajes formaban parte de una colección que Leighton había adquirido durante un viaje a Damasco en 1873. Las modelos, en cambio, eran obviamente europeas. La pequeña, concretamente era Corinnie Gilchist ( 1863-1946 ) que también posó para James  Whistler  (1834- 1903) y para la cámara de Lewis Carroll (1832- 1898).






miércoles, 18 de septiembre de 2019

Bruno Walpoth, escultor Italiano

Bruno Walpoth nació en 1959 en Bressanone _ Italia. Se inició a los 14 años como aprendiz del escultor Vincenzo Mussner Ortisei y desde entonces no ha parado de indagar en la forma humana, "buscando crear una figura que incluso tenga alma". Entre 1985 y 2008 ejerció de maestro en la escuela vocacional para escultores en Selva Val Gardena.




De corte realista, las delicadas, sutiles y a la vez impresionantes tallas que Walpoth realiza están esculpidas a tamaño real en madera de nogal y tilo. El hecho de que estén elaboradas en este material hace que el resultado final no sea tan detallado como los trabajos de otros escultores considerados hiperrealistas,


En Italia había una importante (aunque no suficientemente conocida) escuela de escultura en el gótico tardío y el Renacimiento temprano. Creo que mi obra tiene algo de estas influencias. A través de los años, he tenido la influencia de muchos artistas, no sólo talladores de madera. 


Pero nada más lejos de perder calidad o expresividad con ello, esta característica otorga un simbolismo de lo más particular al conjunto de su obra. La serenidad y claridad en las figuras del pintor del Renacimiento temprano Piero della Francesca, me han influenciado hasta hoy.


Entre los artistas contemporáneos, es un gran admirador de las obras del escultor británico Antony Gormley. También le fascinan las fotografías del estadounidense Jock Sturger. Su obra me ha inspirado durante cierto tiempo.


Según Bruno Walpoth, la madera es un material natural. Se siente bien. Huele bien. Puede ser diseñada de muchas maneras, especialmente en lo que respecta al procesamiento y acabado de sus superficies. Requiere un conocimiento de la veta que sólo puede adquirirse a través de años de experiencia directa.


La madera es un material muy apreciado por los escultores, por sus propiedades físicas y buenos resultados. La vitalidad de la madera como material orgánico. El encanto y el reto está en mantenerla viva a través de un hábil manejo de la superficie.







Bibliografía : https://infomag.es