viernes, 14 de mayo de 2021

Georgia O'Keeffe

Georgia O'Keeffe (1887 -1986) fue una artista estadounidense, conocida especialmente por sus pinturas de flores, rascacielos de Nueva York y paisajes de Nuevo México. O'Keeffe ha sido reconocida como la "madre del modernismo estadounidense".

Georgia está tan sola en el arte del último siglo como lo estaba en su retiro de Nuevo México, donde empezó pasando veranos y otoños y acabó quedándose de manera permanente, habitando una casa de arquitectura tan desnuda como las osamentas que le gustaba pintar en un estudio con un ventanal desmesurado de cinco metros de largo en el que cabía entera la inmensidad del paisaje.



En una foto se la ve de espaldas, desde lejos, caminando por el lomo de un cerro árido, seguida por un perro. En otras que le hizo Alfred Stieglitz, mentor primero y luego cómplice, amante clandestino que después fue su esposo, se la ve por otro paisaje igual de desértico llevando a pulso un lienzo ya montado en un bastidor, con un aspecto más de exploradora que de pintora.




Georgia O’Keeffe había vivido hasta los 12 años en una casa en mitad de una pradera en Minnesota, rebosante de fertilidad vegetal en los veranos y en los inviernos batida por las tormentas de nieve. Esas amplitudes que una imaginación europea no sabe concebir las llevó consigo cuando fue a estudiar arte en Chicago, aventajada y muy pronto innovadora, tanteando desde muy joven las formas del cuerpo femenino y las concisas abstracciones que ya perseguían la médula desnuda de lo real.




O'Keeffe estudió y se posicionó en la parte superior de su clase en la Escuela del Instituto de Arte de Chicago de 1905 a 1906, estudiando con John Vanderpoel. Debido a la fiebre tifoidea, tuvo que dejar un año su educación.​ En 1907, asistió a la Liga de estudiantes de arte de Nueva York, donde estudió con William Merritt Chase, Kenyon Cox y F. Luis Mora.​ En 1908, ganó el premio Still-life de la Liga de William Merritt Chase por su pintura al óleo Dead Rabbit with Copper Pot. Su premio fue una beca para asistir a la escuela de verano al aire libre de la Liga en Lake George,Nueva York.



O'Keeffe comenzó a crear imágenes simplificadas de cosas naturales, como hojas, flores y rocas.​ Inspirada por precisionismo, Green Apple, terminada en 1922, representa su noción de vida simple, significativa. O'Keeffe dijo ese año, "es solo por la selección, por la eliminación, y por el énfasis que vemos el verdadero significado de las cosas". Música azul y verde expresa los sentimientos de O'Keeffe sobre la música a través del arte visual, usando colores audaces y sutiles.


Está considerada una de las fundadoras del modernismo americano. Los expertos destacan de O'Keefffe, una de las grandes figuras de la pintura estadounidense, su gusto por el horizonte, por lo infinito, por los grandes espacios, algo que ella llamaba "la lejanía", así como por los paisajes de Nuevo México, que reflejaban este concepto. O'Keeffe pensaba que, precisamente, los grandes espacios eran la característica más importante del paisaje estadounidense.





La pintora trata estos temas de forma figurativa y en todas sus obras sobresalen la severidad de líneas, el colorido claro y transparente y los audaces esquemas competitivos que producen diseños abstractos. Tanto público como crítica identificaron su obra como la expresión del nuevo arte indígena americano.



Ampliamente reconocida como una de los fundadoras del modernismo americano, O'Keeffe consiguió una posición destacada en la conducción de los círculos de arte entre los años 1910 y 1970.




Y es que desde muy pequeña, O'Keeffe sabía que lo suyo sería la pintura. Después de graduarse en secundaria, entró en el Art Institute of Chicago y más tarde en el Art Student League de Nueva York donde aprendió con grandestreza y rapidez los principios del realismo imitativo. 


Durante la década de 1920 O'Keeffe llegó a su madurez artística, que se manifestó en una particular combinación de simbolismo, abstracción e interés por la fotografía. Ya en esos años pintaba gigantescas flores como si fueran vistas en close-up o primer plano y que constituyen su trabajo más reconocido. Esas flores hicieron que gozara de un gran reconocimiento en vida -de hecho, en 1922, una pieza suya alcanzó los 25.000 dólares, una de las cifras mas notables para un pintor vivo de su época-. Acabaría pintando 268 obras.





El museo presenta la primera retrospectiva en España de Georgia O’Keeffe (1887-1986). A través de una selección de aproximadamente 90 obras, el visitante puede sumergirse en el universo pictórico de esta artista, considerada una de las máximas representantes del arte norteamericano del siglo XX.

  





Bibliografía: https://www.expansion.com
                    https://elpais.com
                    https://www.museothyssen.org

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