viernes, 18 de diciembre de 2020

"Alegoría de la Fe" obra de pintor Johannes Vermeer


"Alegoría de la Fe" obra de pintor holandés Johannes Vermeer, fue realizada entre los años 1670 a 1672 y con unas dimensiones de 114.3 x 88.4 cm. Actualmente se encuentra en la Colección Metropolitan Museum of Art de Nueva York _ Estados Unidos.


Los pocos datos acerca de la vida de Vermeer han hecho que en su producción se combine el rigor histórico con la leyenda, ni siquiera su producción artística resulta lo suficientemente extensa -tan solo se han podido hallar unas treinta y seis obras firmadas por el autor para que arrojen datos fehacientes acerca de su personalidad artística.



La pintura que analizamos en esta ocasión, es muy parecida a las demás en cuanto a que su protagonista en una dama y se desarrolla en el mismo interior que el resto de sus composiciones, sin embargo en esta ocasión nos encontramos ante una pintura alegórica que lleva por título La alegoría de la fe, según los expertos en arte ésta habría de ser la segunda alegoría que pintaba el artista barroco, la primera de ellas dataría de 1666 y llevaría por nombre El arte de la pintura.


Tras un riquísimo cortinaje podemos observar la figura de una dama elegantemente vestida, ésta apoya uno de sus pies sobre una representación del globo terráqueo de Jadocus Hondius, mientras que se lleva al pecho una de sus manos en un gesto teatral.



Algunos expertos barajan la hipótesis de que pudo ser la orden jesuita quienes encargasen la pieza al maestro de Delft no obstante parece que esta hipótesis ha quedado descartada en los últimos tiempos ya que la estética jesuítica era mucho más recargada que la pintura de Vermeer.



Junto a la silla de primer plano observamos una serpiente sobre la que ha caído una piedra angular, apreciándose junto a ella una manzana, símbolo del pecado. En el techo se dispone un globo de cristal, inspirado en un libro de emblemas publicado en Amberes en 1636 por el padre Willem Hesius titulado "Emblemata Sacra de Fide, Spe, Charitate". Esta esfera de cristal que cuelga del techo se interpreta como un símbolo del entendimiento humano. Los especialistas consideran que la figura femenina es una clara representación de la Fe, siguiendo la "Iconología" de Cesare Ripa.



Johannes Vermeer fue un precursor en la pintura en relación a los principios de la composición. Empleó una división equilibrada de superficies, con las que también expresaba estructuras y situaciones complejas de forma sencilla y con pocos elementos. La geometría tenía un papel importante en la composición. Vermeer empleaba la luz de manera que casi llegaba a dar la impresión de que pintaba al aire libre. Además, no empleaba tonos grises para representar sombras. Vermeer se destacaba en la restitución de la luz, de la textura, de la perspectiva y de los colores trasparentes.


Fue el segundo y último hijo de un matrimonio de clase media que regentaba una posada. El padre, además, era fabricante de caffa, una especie de satén, y poseía autorización para comprar y vender cuadros. El joven Johannes optó por la pintura y, como estipulaban las leyes comerciales holandesas, tuvo que superar un período de aprendizaje de seis años en el taller de algún maestro. Cumplidos los 21, fue admitido en el gremio de San Lucas, el de los pintores y artesanos, y pudo firmar sus obras.






Bibliografía : https://arte.laguia2000.com

jueves, 17 de diciembre de 2020

Hans Op de beeck

El escultor Hans Op de beeck nació en Bruselas _Bélgica en el año 1969. Trabaja en la frontera entre varias disciplinas artísticas. Utiliza magistralmente las estrategias de escenificación de la arquitectura, los decorados, el cine, el diseño y las artes plásticas. Se dio a conocer con sus grandes ambientes transita­bles, que semejan los decorados de una obra aún por escribir.


Despiertan asociaciones con situaciones cotidianas, vivencias de la infancia o escenas de películas. Sin embargo, no existe una perspectiva narrativa fija, ya que el artista se limita a perfilar un campo de recepción en el que el observador pueda actuar.


Las obra de Beeck son un comentario al carácter tragicómico de nuestra condición humana, a cómo manipulamos nuestro espacio vital a la manera de un decora­do, tanto a pequeña como a gran escala, y a cómo tratamos de conjurar, dentro de este entorno antropomorfizado, nuestra propia irrelevancia y mortalidad con una serie de costumbres y rituales.


El artista belga, que se mueve como pez en el agua en el terreno de la escultura, las instalaciones, la fotografía, los dibujos o los cuentos, ha volcado toda su creatividad y fantasía en un preciosista universo gris habitado por personas y entornos monocromáticos que parecen hechos de efímero polvo.



Las personas grises son aquellas que, casi todos, procuramos evitar a toda costa; Hans Op De Beek las ha convertido en el centro de su obra y ha sabido verles la belleza y mostrárnosla.




La intención de Hans es mostrarle al espectador de su obra una realidad paralela anclada en la relación agridulce que tenemos entre el espacio, el tiempo y nuestra rutinaria existencia.



El concepto del autor no puede ser más gráfico, creando esculturas de tamaño real y ambientes inmersivos con materiales como la madera recubierta, el poliéster y el yeso pigmentado, el espectador va a sentir que el mundo que le rodea está carente de color, de manera literal y figurada.



Con el genial trabajo de este artista, se materializa aquello de "verlo todo gris", en esos momentos en los que no encontramos sentido a nada, en los que nos cuesta verle la luz y el color a la vida, cuando deberíamos desterrar la opacidad y la monocromía y dejarlas relegadas al estimulante arte de Hans Op De Beek.


La película se acompaña de una música electrónica de gra­ves potentes que el músico británico Scanner compuso para la ocasión. Originalmente, el material filmado para Staging Silence duraba más de cuarenta minutos. Op de Beeck cortó veinte minutos de película, pues quería mostrar tan solo escenas en las que el espectador comprendiera perfectamente la estrategia de escenificación. De esta manera, a partir de la sucesión de imágenes acompañadas de música, la película despliega una dinámica a la que es difícil sustraerse.




El título es una alusión a los decorados mudos, en los que el espectador, en ausencia de los personajes, puede proyectarse como único protagonista», sostiene Op de Beeck.
Staging Silence transita por la delgada línea que separa la ilusión de la desilusión. De manera similar a como ocurre en el teatro, la ilusión se crea de forma que pueda descubrirse como tal. Con su obra, Op de Beeck crea decorados, espacios de historias posibles que el visitante debe interpretar una y otra vez en su imaginación.







Bibliografía : https://www.fundacionbancosantander.com
                     https://culturainquieta.com/

miércoles, 16 de diciembre de 2020

El santuario de la Madonna della Corona se encuentra en un hueco excavado en el monte Baldo en Ferrara en la provincia Verona_ Italia. En el siglo XV fue ermita; la primera iglesia se inauguró en año 1530 y es el año 1625 que se convirtió en santuario, cuando los caballeros de Malta hicieron reconstruir la iglesia, que se completó finalmente en el año1680.




Durante los primeros siglos de existencia solo se podía acceder al monasterio a través de un estrecho y complicado sendero y no fue hasta mediados de 1400 cuando se mejoró el acceso gracias a la contrucción de un puente y unas escaleras mucho más cómodas y seguras.




En 1625 se inició el proceso de transformación en santuario, y ese mismo año se empezó a crear una nueva iglesia más amplia y se mejoraron las vías de acceso al mismo.



Al principio, el santuario se conocía como "Santa Maria di Montebaldo". En 1898 se decidió ampliarlo unos dos metros hacia la plaza de enfrente; así fue como en 1899 se reconstruyó la fachada en estilo gótico y se decoró con mármol de Sant'Ambrogio. En 1928 se hicieron algunos ajustes al altar mayor en el nicho de la Virgen.


El santuario se alza a 774 metros sobre el nivel del mar, aferrándose a las rocas que lo rodean como si estuviera esculpido en las propias paredes de la montaña que lo sujeta, entre una buena dosis de vegetación.




Una estampa única, solo apta para aquellos viajeros que no sufren de vértigo. Aunque quien lo padezca puede estar tranquilo porque desde que cayó una gran roca el 5 de abril de 1833 que derribó la rectoría y dañó los escalones de la iglesia causando dos muertes, se pusieron redes de protección para evitar estos accidentes y desde entonces no se ha registrado ningún indicente más de tal calibre.



Los primeros indicios de la existencia en la zona de este lugar de culto datan de 1200, pero fue a medida que pasaron los años cuando se comenzó, poco a poco, a conformar la obra religiosa que podemos disfrutar en la actualidad.


A finales del siglo XIX, gracias al trabajo del arquitecto Giuseppe Magagnotti (Verona) y al ingeniero Emilio Paor (Trento), la iglesia fue ampliada añadiéndole una nueva fachada de estilo neogótico repleta de mármoles”, indica a Traveler.es el actual rector de la iglesia Pietro Maroldi.


A medida fue pasando el siglo XX, el santuario vivió una serie de remodelaciones y en 1974 comenzaron las obras a cargo del arquitecto Guido Tisado en las que se pretendía extender el proyecto logrando una estructura más amplia y eliminando aquellas partes que hubiesen quedado obsoletas o fueran perjudiciales para la infraestructura o para los futuros visitantes, por lo que fue demolida parte de la misma.





Bibliografía : https://www.traveler.es

viernes, 11 de diciembre de 2020

“San Jorge y el dragón" del pintor italiano Paolo Uccello

“San Jorge y el dragón” obra del pintor italiano Paolo Uccello, fue realizada en el año 1430 y con unas dimensiones de 62.2 x 38.8 cm. Actualmente se encuentra en el National Gallery of Victoria, Melbourne _ Australia.


Paolo di Dono, más conocido como Paolo Uccello (1397- 1475), pintor cuatrocentista y matemático  que destacó por su obra pionera en la perspectiva visual en el arte. Vasari alabó la perfección a la que Paolo Uccello había llevado el arte de la perspectiva, pero reprochó el haberse dedicado a ello "sin medida", abandonando el estudio de la representación de las figuras humanas y animales, señalando que este «gran pintor florentino, que, dotado de un sofisticado ingenio, se complació en investigar los complicados mecanismos y las extrañas obras del arte de la perspectiva; y a esta tarea tanto tiempo le consagró, que si hubiera dedicado el mismo esfuerzo a las figuras (pese a que las ejecutaba bien) habría conseguido ser aún más único y admirable»


Con este mismo tema, existen otras dos versiones realizadas por el pintor italiano Paolo Uccello. Cuenta la leyenda que el caballero San Jorge rescató a una princesa del dragón que pretendía devorarla, porque había sido entregada como sacrificio por su pueblo para apaciguarlo. La princesa estaba a punto de ser devorada cuando apareció San Jorge y con su lanza hirió al dragón y luego le ató la cabeza con el cinturón de piel de cordero que llevaba la princesa y lo amansó. Luego se marcharon a la ciudad y se postraron frente al rey, entonces San Jorge le cortó la cabeza al dragón, se la entregó y con ello se acabaron las tribulaciones que padecía la gente a causa de la temible amenaza. Entonces, el rey en agradecimiento le dio a San Jorge a su hija en matrimonio.


Esta leyenda se hizo muy popular en la Edad Media y dio origen a diversas expresiones, tanto artísticas como literarias en toda Europa y en el Imperio bizantino. La leyenda ha pasado a tiempos modernos como un cuento para niños. 


Uccello, como acabo de mencionar, pintó la misma historia y presenta otras dos escenas de la leyenda de forma simultánea. Por un lado muestra a San Jorge hiriendo al dragón en la cabeza con su lanza y por otro, a la princesa sosteniendo con su cinturón al dragón para amansarlo.



Las dos figuras, tanto la de San Jorge como la de la princesa se encuentran frente a frente enmarcando la escena con el dragón al centro. Hay un contraste en los elementos que configuran el fondo ya que detrás de la figura de San Jorge sobre su caballo se halla un paisaje luminoso y abierto, realizado con base en una rígida perspectiva cónica.




La misma que rige la representación del caballo rampante y en el otro lado, detrás de la princesa, se encuentra la siniestra caverna donde habitaba el dragón, representando un espacio cerrado y lúgubre. De esta forma, la mitad derecha del cuadro representa la luz y con ella la salvación de la amenaza, mientras que la parte izquierda representa el tormento y las tinieblas. 


Las escenas están atravesadas por la lanza de San Jorge, que está alineada con el ojo de la tromba que aparece en el cielo, señal de la intervención divina. Así, la luz se impone sobre las tinieblas por medio de la gracia de Dios.


Pocos datos se conocen de su vida, su primera biografía la escribió Giorgio Vasari más de un siglo después de su fallecimiento y los datos son poco fiables ya que Vasari se basó sobre todo en leyendas para escribir su obra. Siendo un niño entró como aprendiz al taller de Lorenzo Ghiberti, el gran escultor florentino que por ese entonces realizaba las puertas del baptisterio de la catedral.

                         
                                   San Jorge del año 1470 en The National Gallery


También empezó por esta época una entrañable amistad con Donatello, quien se convertiría en uno de los escultores más sobresalientes de la época. Sin embargo, aparentemente las preferencias del joven Paolo se inclinaron más por la pintura que por la escultura, aunque recibió también formación en orfebrería y arquitectura. A los diecisiete años concluyó su formación y se unió a la cofradía de pintores conocida como “Compañía de Pintores de San Lucas” con lo que empezó su labor autónoma como artista independiente.


                                San Jorge y el Deagon, 1460  Museo Jacquemart-André





jueves, 10 de diciembre de 2020

El pintor australiano Joel Rea

El pintor australiano Joel Rea nació en Queensland en 1983, obtuvo su Bachiller en Bellas Artes en 2003 en el Colegio de Arte Queensland de la Universidad Griffith. Un artista autodidacta, y su obra es producto de "mucho ensayo y error". Sus trabajos son visualmente impactantes. Juega permanentemente con su propia imagen y las distorsiones de la proporción y el espacio, situando sus personajes en entornos imposibles y situaciones surrealistas. 


Técnicamente excelentes, sus pinturas nacen de los elementos de la realidad circundante para florecer sobre el lienzo tras pasar por el filtro de su imaginación. Planea muy cuidadosamente antes de coger el pincel. Pero alguna vez ha abandonado pinturas por la mitad para comenzar piezas más excitantes.


Tiende a ser muy reduccionista en lo que escoge pintar para establecer su imaginería. Disfruta todos y cada uno de los temas de la vida. Ve belleza en casi cualquier objeto. A veces busca hacer llegar un mensaje o historia, otras veces sólo quiere hacer algo bello y fresco, y encontrar el significado después.


Respecto a sus artistas favoritos se inclina hacía Salvador Dali, Mark Ryden, Ron English, Roberto Parada, Gustave Dore, Leonardo Da Vinci y Mark Tansey. Es una lista corta de los más de 100 grandes artistas sobre los que vuelve constantemente. Ama los artistas e ilustradores que combinan grandes ideas con habilidad técnica. Esa es la clase de la pintura que le hizo querer ser un artista cuando era un jovencito.




Joel Rea piensa que la locura sólo mejora el arte si hay técnica suficiente. su estilo de pintura requiere una concentración como la que necesitas para un examen de matemáticas, así que tiene que estar en calma y centrado.




Sus ideas pueden parecer locas, pero la mayoría provienen de su entorno inmediato, como el perro gigante, que es su perro Jax. Hacerlo gigante es divertido y le recuerda la fascinación de la niñez con los dinosaurios y películas como "Los Viajes de Gulliver". Admite como a veces muestra en sus pinturas, que como individuo esta dividido entre la comprensión del negocio y el chico skater artístico que lleva dentro. Pintó a sí misma como esa identidad dual para mostrar su conflicto interior y disfruta pintando y discutiendo acerca de esa saludable dualidad.


Trabaja el surrealismo contemporáneo y las siguientes pinturas son todas al óleo y contradictoriamente tienen un efecto realista altamente cautivador. En el verano de 2013 este artista fue clasificado por la revista americana Art Business News como uno de los treinta artistas menores de treinta años que esta revolucionando el mundo de las artes en el mundo. 





En una entrevista Rea dijo que su obsesión por los tigres era muy difícil de explicar (ya que en la mayoría de sus pinturas encontrarás uno) y que cuando estés viendo el cuadro veas personajes llenos de posibilidades alternas y metáforas que representan la emoción humana.