martes, 28 de enero de 2025

El Anfiteatro en Londinium en La Guildhall Art Gallery de Londres

La Guildhall Art Gallery es un museo de Londres que alberga numerosas pinturas, esculturas y otras obras de arte. Todas las obras de este museo representan o tienen sus raíces en Gran Bretaña, en particular en Londres, ya sea en la actualidad o a lo largo de la historia. Fue creado en 1885 como un medio para preservar y mostrar el talento artístico de la ciudad capital. El edificio original de la galería sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial y no se reconstruyó hasta finales de la década de 1990.


Durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, conocidos como el Blitz (1940-1941), gran parte de Londres sufrió daños significativos, y el edificio original del Guildhall Art Gallery fue completamente destruido. La galería albergaba una valiosa colección de arte y documentos históricos, muchos de los cuales se perdieron o resultaron dañados durante los ataques.


Después de la guerra, se construyó un nuevo edificio para la galería, que fue inaugurado en 1999. Fue durante las obras de reconstrucción y ampliación, en los años 80, que los arqueólogos descubrieron los restos del anfiteatro romano bajo el área del Guildhall Yard. Este descubrimiento fue un momento importante para la arqueología de Londres, ya que no se sabía con certeza si existía un anfiteatro en Londinium.


El nuevo museo ahora incluye una sección dedicada a este hallazgo, con los restos expuestos en el sótano, junto con una reconstrucción interactiva para ayudar a los visitantes a imaginar cómo habría sido en su apogeo. Además, la tragedia del bombardeo de la galería original terminó revelando este importante legado de la historia romana de Londres.




Tras el abandono romano en el siglo IV, el anfiteatro quedó en desuso y, con el tiempo, fue cubierto por nuevas construcciones. En el siglo XII, se edificó el primer Guildhall de Londres junto a este sitio, y la zona evolucionó hasta convertirse en la plaza pública conocida hoy como Guildhall Yard.



Los visitantes pueden apreciar secciones de los muros originales y otras estructuras, además de una exhibición que ofrece una visión interactiva de cómo era el anfiteatro en su época de esplendor como acabo de mencionar.  En la superficie de Guildhall Yard, una banda de piedra oscura marca el perímetro del antiguo anfiteatro, indicando su ubicación y tamaño original.



Este hallazgo proporciona una valiosa perspectiva sobre la historia romana de Londres y la importancia de Londinium como centro urbano en aquella época.







Bibliografía : El Poder del Arte



jueves, 23 de enero de 2025

“Carnation, Lily, Lily, Rose” es una famosa pintura del artista estadounidense John Singer Sargent (1856-1925)


“Carnation, Lily, Lily, Rose” es una famosa pintura del artista estadounidense John Singer Sargent (1856-1925) ,creada entre 1885 y 1886 y con una dimensiones 174 cm × 153.7 cm. Actualmente se conserva en la Tate Britain en Londres_ Inglaterra.


La obra muestra a dos niñas encendiendo faroles de papel en un jardín al atardecer, rodeadas de lirios y rosas. Sargent capturó la luz del crepúsculo con gran maestría, utilizando colores suaves y una atmósfera etérea. Esta pintura es un ejemplo destacado del estilo impresionista y es reconocida por su delicada representación de la luz natural y la vida al aire libre, mostrando la maestría del artista en la representación de la luz natural y la atmósfera.






John Singer Sargent (1856-1925) fue un pintor estadounidense, reconocido por sus retratos y su habilidad para captar la luz y la atmósfera. Nació en Florencia, Italia, en una familia de expatriados estadounidenses. Desde joven, mostró talento artístico y recibió formación en París, donde estudió en la École des Beaux-Arts y bajo la guía de Charles Auguste Émile Carolus-Duran. Sargent se destacó rápidamente en el ámbito artístico, logrando reconocimiento por sus retratos elegantes y su técnica fluida.





A lo largo de su carrera, Sargent viajó extensamente por Europa y América, pintando tanto retratos formales como paisajes y escenas de la vida cotidiana. Aunque su obra es mayormente asociada con el Realismo y el Impresionismo, experimentó con diversos estilos y temas. Su pintura “Madame X” (1884) le generó controversia, pero también consolidó su fama. Más adelante, Sargent se alejó del retrato para dedicarse a paisajes, murales y acuarelas, mostrando una versatilidad impresionante. Falleció en 1925 en Londres, dejando un legado artístico que lo sitúa como uno de los pintores más influyentes de su época.







John Singer Sargent era conocido por ser una persona reservada y modesta, a pesar de su enorme éxito como artista. Aunque disfrutaba de la compañía de la alta sociedad y frecuentaba círculos culturales, no le gustaba estar en el centro de atención. A menudo evitaba hablar de su vida privada y prefería que su obra hablara por sí misma. Sargent tenía una personalidad afable y era muy querido por sus amigos y colegas, pero también era perfeccionista y extremadamente autocrítico con su trabajo.









Bibliografía : El Poder del Arte


martes, 21 de enero de 2025

Salvador Dalí sentía una profunda admiración por Diego Velázquez

 

Salvador Dalí sentía una profunda admiración por Diego Velázquez, considerándolo uno de sus grandes referentes artísticos. Dalí valoraba especialmente la maestría técnica de Velázquez, su habilidad para captar la luz, la textura y los detalles en sus obras.

La admiración de Salvador Dalí hacia la figura y la obra de Velázquez es harto conocida. La costumbre de Velázquez de pintar en el mismo lugar en que tiene lugar la escena, lo que convertía sus cuadros en instantáneas fotográficas, probablemente logró seducir al artista. Esta admiración está presente desde muy pronto en Dalí, e incluso se pone de manifiesto en su vida privada.

Un ejemplo claro de esta admiración es la influencia que Velázquez tuvo en algunas de las obras de Dalí. Dalí realizó varias interpretaciones y homenajes a cuadros de Velázquez, como “Las Meninas”. Además, Dalí adoptó el característico bigote de Velázquez como una de sus señas de identidad, como una manera de rendir tributo al maestro español.

                                                                                                                                                          

En la obra de Salvador Dalí hemos hallado siempre una u otra forma de descubrir cuáles fueron sus influencias, sus filias y sus fobias. En algunas ocasiones nos lo manifiesta de manera evidente.Dalí llegó a expresar su respeto por Velázquez no solo a través de sus obras, sino también en sus escritos y declaraciones, reconociendo al pintor barroco como una de las figuras más importantes en la historia del arte.

Una anécdota interesante que muestra la admiración de Salvador Dalí por Diego Velázquez ocurrió durante una visita de Dalí al Museo del Prado en Madrid. Dalí, fascinado por “Las Meninas”, se pasó largas horas observando y estudiando la obra. Se dice que Dalí se acercaba tanto al cuadro para examinar los detalles minuciosos que los guardias del museo tuvieron que pedirle que mantuviera una distancia adecuada para proteger la pintura.




Dalí llegó a expresar su respeto por Velázquez no solo a través de sus obras, sino también en sus escritos y declaraciones, reconociendo al pintor barroco como una de las figuras más importantes en la historia del arte.

Una anécdota interesante que muestra la admiración de Salvador Dalí por Diego Velázquez ocurrió durante una visita de Dalí al Museo del Prado en Madrid. Dalí, fascinado por “Las Meninas”, se pasó largas horas observando y estudiando la obra. Se dice que Dalí se acercaba tanto al cuadro para examinar los detalles minuciosos que los guardias del museo tuvieron que pedirle que mantuviera una distancia adecuada para proteger la pintura.




Además, en una ocasión, Dalí declaró que cuando visitaba el Prado, sentía que Velázquez le hablaba a través de sus obras. Esta profunda conexión llevó a Dalí a realizar su propia versión surrealista de “Las Meninas”, titulada “Dalí de espaldas pintando a Gala mirando en el espejo invisible de Velázquez”.

Otra anécdota conocida es la del famoso bigote de Dalí. Él adoptó este peculiar estilo de bigote en homenaje directo a Velázquez, quien también lucía un bigote distintivo. Dalí llegó a afirmar que su bigote era una “antena de telepatía” que lo conectaba con el espíritu de Velázquez, una expresión típica de su personalidad excéntrica y teatral.

Su biblioteca privada está llena de obras sobre distintos autores que lo influenciaron a lo largo de su carrera, entre ellos uno en particular al que Dalí procuró destacar muy especialmente: Velázquez






Bibliografía : El Poder del Arte 
                      https://www.salvador-dali.org

jueves, 16 de enero de 2025

El retrato de la Archiduquesa Isabel Clara Eugenia fue realizado por Jan Brueghel el Viejo (1568-1625) y con colaboración Peter Paul Rubens(1577-1640)

El retrato de la Archiduquesa Isabel Clara Eugenia fue realizado por Jan Brueghel el Viejo (1568-1625) y con colaboración Peter Paul Rubens (1577-1640) alrededor de 1615 y con unas dimensiones de 113 x 175 cm. Actualmente se encuentra en Museo del Prado ( No expuesto) en Madrid _ España.


Jan Brueghel el Viejo (1568-1625) fue un pintor flamenco conocido por sus detalladas obras que abarcan una amplia variedad de temas, incluyendo paisajes, naturalezas muertas, escenas religiosas y alegóricas. Era hijo de Pieter Brueghel el Viejo, otro famoso pintor flamenco, y hermano de Pieter Brueghel el Joven.



Jan Brueghel el Viejo era apodado “el Brueghel de Terciopelo” debido a su habilidad para crear texturas suaves y detalladas en sus pinturas. Colaboró con otros artistas famosos de su tiempo, como Peter Paul Rubens. Juntos, combinaron el talento de Brueghel para los paisajes y las naturalezas muertas con las figuras dramáticas y dinámicas de Rubens.




Este retrato muestra a la archiduquesa, hija del rey Felipe II de España, en una pose majestuosa y vestida con la moda de la época, destacando la habilidad de Rubens para capturar la personalidad y el estatus de sus retratados.


Es importante mencionar que Rubens colaboró estrechamente con Jan Brueghel el Viejo en varias obras, combinando sus talentos para crear composiciones que integran figuras humanas y paisajes detallados.



Mientras Rubens pintaba a la archiduquesa y otras figuras humanas, Brueghel añadía los fondos detallados de paisajes y naturaleza. Esta combinación de talentos no solo mostraba la habilidad artística de ambos, sino que también enriquecía el simbolismo de las pinturas, mezclando elementos humanos y divinos con la majestuosidad de la naturaleza.



Muchos de los retratos de Isabel Clara Eugenia fueron encargados para ser enviados a otras cortes europeas. Esto era una práctica común para reforzar alianzas políticas y matrimoniales. Los retratos servían como una “carta de presentación visual” de los monarcas y gobernantes, y era crucial que reflejaran el poder y la dignidad del sujeto retratado.




Rubens tenía una habilidad única para capturar no solo la apariencia física, sino también el carácter y la autoridad de sus sujetos. En el caso de Isabel Clara Eugenia, su representación no solo muestra a una figura noble, sino también a una mujer fuerte y piadosa, capaz de gobernar en tiempos de crisis. Esta percepción fue esencial para consolidar su imagen pública en los Países Bajos y más allá.



La Archiduquesa Isabel Clara Eugenia fue una figura importante en los Países Bajos españoles durante el siglo XVI, gobernó los Países Bajos junto con su esposo, el Archiduque Alberto de Austria.

En estas obras, la Archiduquesa es representada con un aire de serenidad y majestad, rodeada de un entorno natural minuciosamente detallado. El contraste entre la monumentalidad de las figuras de Rubens y la delicadeza de los paisajes de Brueghel es una característica destacada de su colaboración.











Bibliografía : El Poder del Arte



martes, 14 de enero de 2025

Sarah Bernhardt (1844-1923) en el papel de Juana de Arco, en el año 1890

Sarah Bernhardt (1844-1923) en el papel de Juana de Arco, en el año 1890. Aparte de su profesión de actriz, se interesó por la escultura y la pintura. Llegó a exponer varias veces en el Salón de París entre los años 1874 y 1896 y recibió premios y menciones honoríficas en ambas disciplinas. Escribió también tres libros: su autobiografía titulada Mi doble vida, Pequeño ídolo y El arte del teatro: voz, gesto, pronunciación.




El estilo de actuación de Bernhardt se basaba en la naturalidad. Detestaba profundamente las viejas normas del teatro francés, donde los actores declamaban histriónicamente y hacían gestos exagerados. Rompió con todo lo establecido, profundizando en la psicología de los personajes. Estudiaba cada gesto y cada entonación del texto que debía decir, buscando la perfección natural sin que se notara ningún tipo de artificio.



En 1879 realizó su primera salida de Francia, concretamente a Inglaterra, donde estuvo seis semanas haciendo dos representaciones diarias y obtuvo un éxito rotundo. Al llegar al país fue recibida espectacularmente, lo que indica que su fama había cruzado las fronteras de Francia. En esta primera visita conoció a un joven escritor llamado Oscar Wilde.


Sarah Bernhardt, fue inmortalizada en numerosos retratos por algunos de los artistas más destacados de su tiempo. Uno de sus retratistas más reconocidos fue Georges Clairin, quien pintó a Bernhardt en múltiples ocasiones, a menudo en poses exóticas y teatrales que reflejaban su personalidad dramática. Antonio de La Gándara y Jean-Paul Laurens también contribuyeron a su legado visual, con retratos que subrayaban su sofisticación y su estatus como una de las grandes figuras del teatro. A través de estas obras, Bernhardt no solo se consolidó como una de las actrices más famosas de su época, sino también como una musa para los artistas de finales del siglo XIX y principios del XX.





Fue inmortalizada también por  Alphonse Mucha, con su estilo característico del Art Nouveau, creó varios pósteres teatrales icónicos que capturaban la elegancia y el carisma de Bernhardt. Jules Bastien-Lepage, un pintor del realismo, también la retrató, destacando su presencia magnética en un famoso cuadro de 1879. Estas obras no solo celebraban su talento, sino que también ayudaron a construir su imagen como un ícono cultural.



El rodaje se estaba realizando en su casa, en el Boulevard Péreire, puesto que la actriz estaba ya muy delicada de salud. El 15 de marzo de 1923, tras rodar una escena, quedó totalmente agotada y se desmayó. Nunca se recuperó. Once días más tarde, el 23 de marzo, falleció en brazos de su hijo Maurice.

Su entierro fue multitudinario. Unos 150 000 franceses acudieron a despedirla. Fue inhumada en el cementerio parisino del Père-Lachaise.

A pesar de ser llamada «la divina Sarah» por su carácter excéntrico y caprichoso, Sarah Bernhardt trabajó en innumerables proyectos teatrales demostrando un carácter perseverante, una gran profesionalidad y dedicación a su arte.






Bibliografía : El Poder del Arte

domingo, 5 de enero de 2025

"El belén napolitano del Museo Salzillo"

EL Museo Salzillo es uno de los museos más emblemáticos de la Región de Murcia_ España. Creado en la primera mitad del siglo XX, más concretamente en 1941 por Orden Ministerial.
El belén napolitano fue reunido por los hermanos Emilio y Carmelo García de Castro y un dato curioso que  no fue esculpido por Francisco Salzillo, como podría pensarse por el nombre del museo. Este belén es una obra única atribuida principalmente al taller de Giuseppe Sanmartino y a otros artistas napolitanos del siglo XVIII. Giuseppe Sanmartino es uno de los escultores más destacados del estilo napolitano, conocido también por su famosa obra, el Cristo Velado en la Capilla Sansevero en Nápoles.






El belén cuenta con más de 400 figuras y representa con gran detalle escenas típicas de la vida cotidiana y religiosa del Nápoles de esa época. Estas piezas fueron adquiridas por el Conde de Floridablanca y posteriormente donadas al museo, donde se han convertido en una de sus principales atracciones.




El estilo napolitano de los belenes surgió en la ciudad de Nápoles durante el siglo XVIII, consolidándose como una tradición artística de gran riqueza y detalle. Este estilo combina la representación religiosa del nacimiento de Jesús con escenas de la vida cotidiana del Nápoles de la época, integrando elementos sagrados y profanos en un mismo conjunto. Las figuras se caracterizan por su realismo extremo y la atención minuciosa a los detalles, desde las expresiones faciales hasta los pliegues de las vestimetas.






Los escultores utilizaban cabezas y extremidades de terracota pintada, cuerpos de madera o alambre, y telas reales ricamente adornadas para las ropas. Las composiciones incluían no solo el pesebre, sino también paisajes arquitectónicos y escenas de mercado, posadas, y vida rural. El resultado era una representación teatral que reflejaba tanto la devoción religiosa como la vida vibrante y colorida de la sociedad napolitana. Este enfoque hacía de los belenes algo más que simples representaciones del Nacimiento: eran verdaderas narrativas visuales donde lo cotidiano y lo divino coexistían.





El desarrollo de este estilo fue posible gracias al trabajo conjunto de escultores, pintores, bordadores y arquitectos, así como al apoyo de la aristocracia y la iglesia. Durante el reinado de Carlos III de Borbón, los belenes napolitanos alcanzaron su apogeo, convirtiéndose en símbolos de estatus para la nobleza, quienes competían por tener las composiciones más elaboradas en sus palacios.

Artistas como Giuseppe Sanmartino, conocido también por su obra maestra el Cristo Velado, y Matteo Bottiglieri destacaron en la creación de estas figuras realistas, mientras que otros como Francesco Celebrano aportaron dinamismo y teatralidad a las escenas. La mezcla de materiales y técnicas, junto con la incorporación de elementos del entorno napolitano, dieron a estos belenes un carácter único. A día de hoy, el estilo napolitano sigue siendo un referente mundial en la tradición belenista, y su legado se mantiene vivo en talleres artesanales de Nápoles, que continúan reproduciendo la magia y el realismo de estas pequeñas obras de arte.



Bibliografía: El Poder del Arte