miércoles, 17 de junio de 2020

Anna Rosalie Boch

 
Anna Rosalie Boch nació en Saint-Vaast, Hainaut, Bélgica (1848- 1938). Se formó con Isidore Verheyden y fue fuertemente influenciada por Théo van Rysselberghe, al que conoció en el Grupo de los XX, y quien pintaría un magnífico retrato de Anna.



Boch participó en la neo-impresionista movimiento. Sus primeros trabajos utilizaron un puntillista técnica, pero es mejor conocido por su impresionista estilo que se adoptó durante la mayor parte de su carrera.



En Bruselas, durante el otoño de 1883, un grupo de artistas insatisfechos con las fórmulas y principios instaurados en torno al arte, se reunieron para acordar una especie de declaración de independencia artística. Decidieron llamarse Los Veinte, porque ese era el número de sus componentes, pero también porque fijaron la línea de su horizonte en el siglo que se aproximaba; el XX.


Entre los más jóvenes de sus componentes, aparece la figura de la pintora y coleccionista belga Anna Boch, que ha pasado a la historia, no sólo por su excelente obra pictórica, sino también porque fue ella quien adquirió, en 1890, El Viñedo Rojo, del Vincent Van Gogh.


Cuando Van Gogh fue invitado a presentar una muestra de su obra en la exposición de Les XX del año 1890, respondió de inmediato, ofreciendo una lista de pinturas que consideraba las más apropiadas para el evento, entre ellas, El Viñedo, que finalmente se colgó en la Exposición de Bruselas y, como hemos dicho, fue adquirido por Anna Boch, a quien admiraba por su talento y que era un amigo de su hermano Eugène Boch que ya hemos publicado sobre sus obras.


Sus temática más frecuente fue el paisaje rural y las marinas, algunas escenas de género y naturalezas muertas. Con el uso de colores puros sin mezclar, en sus obras no oculta la pincelada, y por supuesto pronuncia un protagonismo ante todo a la luz y el color. De esta manera las formas se diluyen imprecisas dependiendo de la luz a la que están sometidas, y una misma forma cambia dependiendo de la luz arrojada sobre ellas, dando lugar a una pintura totalmente distinta.


A su muerte, y según los propios deseos de la artista, manifestados en su testamento, su colección fue vendida, y el dinero recaudado, fue destinado a para sufragar a sus amigos artistas más pobres en su vejez.

Menos 140 de sus propias pinturas fueron abandonados a su ahijada Ida van Haelewijn, la hija de su jardinero. Muchas de estas pinturas muestran Ida van Haelewijn como una niña en el jardín. En 1968, estos 140 pinturas fueron compradas por su gran sobrino Luitwin von Boch, el director general de Villeroy & Boch Cerámica. Las pinturas permanecieron en la casa de Ida van Haelewijn hasta su muerte en 1992. 



La compañía comenzó en la pequeña localidad francesa de Audun le Tiche, donde François Boch fundó una pequeña empresa de alfarería junto a sus tres hijos en 1748. Más tarde la empresa se trasladó a Luxemburgo, donde aún hay una fábrica de porcelana. En 1801 la compañía se trasladó a la ciudad vecina de Mettlach, Alemania. El 14 de abril de 1836, la compañía de Jean François Boch se fusionó con un competidor, Nicolas Villeroy, dando así lugar a Villeroy & Boch, V&B (o simplemente 'VB').



Bibliografía: https://focusonbelgium.be


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