Mucho antes de su éxito, un joven Rodin de apenas 24 años conoció al amor de su vida. Marie Rose Beuret, primogénita de una familia de viticultores, no tenía ninguna formación. Sabía leer, apenas escribía, confeccionaba flores artificiales y plumas para sombreros y, por las mañanas, posaba para artistas.
El escultor firma un testamento por el cual Marie Rose Beuret heredará la mitad de sus obras, si la donación al Estado que pretende Rodin no tiene éxito. El expolio fracasa por los pelos: tras más de 50 años de ternura y de lágrimas, Auguste Rodin decide casarse con Rose Beuret en 1917. Tiene 77 años y ella, 73. Es la unión conmovedora de toda una vida juntos. Ella fallece a causa de una neumonía dos semanas después. Con pequeños pasos de inválido, Auguste se acerca a su lecho de muerte para contemplarla y «Es tan bella como una estatua».
Rodin y su esposa Rose vivían rodeados de animales en Meudon. Entre los años 1896 a 1897. Rodin pide a un carpintero para que construya “una cabaña para conejos, un gallinero, un palomar y la cabaña del mono”. Además de otra cabaña para Lulu y Dora, las dos perras que ama.
Rodeado de animales de todo tipo, como pavos reales y un caballo con el nombre de Rataplan. A este último lo llevaba enganchado en un carruaje a la estación de tren de Meudon en sus viajes diarios a París.
En 1895, el escultor compró una villa en Meudon, donde Rose cocinaba y llevaba la intendencia. Rodin fue considerado en el extranjero como el maestro de la escultura moderna. Sin embargo, no era todavía profeta en su tierra. En el Salón de 1898, los críticos se burlaron de él ante su Balzac envuelto en una bata.
Aun así, Rose se convirtió en su compañera de fatigas recogiendo materiales para su amado o cuidando del taller y de sus bocetos cuando Rodin viajaba fuera de París.
Triste y debilitado, el escultor ya no trabajaba. Muere el 17 de noviembre de 1917 recluido en su villa de Los Brillantes. Auguste y Rose reposan el uno al lado del otro en una tumba sellada con un inmenso Pensador. Inseparables para siempre.
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