miércoles, 29 de julio de 2015

Picasso entre los años 1916 y 1924



Se trata de una obra del genio cubista, entre los años 1916 y 1924. Durante este periodo, Picasso abandona momentáneamente el cubismo y comienza a trabajar en distintos estilos. El dibujo adquiere el rango de sublime en las manos de Picasso. Mientras pintaba obras como ésta, seguía experimentando con el cubismo sintético.

Siendo ya en 1916 un artista consagrado, gracias a sus contactos, pudo penetrar en el mundo del ballet y el teatro. Así, estableció estrechas relaciones con la alta sociedad, y pudo visitar Nápoles y Pompeya y admirar los originales de las obras de arte más importantes de la antigüedad clásica. La primera participación que tuvo en el teatro fue a través de los bocetos para el telón, el decorado y el vestuario del ballet "Parade":


Retrato de Olga en un sillón de 1917, obra de Pablo Picasso
 Museo Picasso Paris 



Olga Koklova había nacido en Niezin (actual Ucrania) el 12 de junio de 1891. Tenía 25 años cuando conoce a Picasso y fue la mujer que más llegó a influir en el artista malagueño.
Olga era bella, pero también ambiciosa, intransigente y tozuda, su rostro transmitía un aire de lánguida tristeza, rasgos que quedarían reflejados en algunos cuadros.



Retrato de Olga en el sillón: Museo Pablo Picasso


La entonces rusa se decía descendiente de noble cuna, lo cual hubo de influir en el interés de Picasso hacia ella, e hija de un general. Los biógrafos del pintor coinciden en comentar el hecho de que, el día en que fueron presentados por Jean Cocteau en un camerino del teatro durante los ensayos de ballet, Olga se insinuó a Picasso y, a la par que abría su escote, le dijo: «Yo soy Olga Koklova, la sobrina del zar». La bella eslava había tomado la firme decisión de casarse con el ya rico y famoso pintor.



Retrato de Olga Koklova



En abril de 1918, Olga y Picasso se instalan en el hotel Lutetia de París, y, unos meses más tarde, el 12 de julio, contraen matrimonio, tanto por lo civil como por lo religioso: para contentar a la bailarina, Picasso accede con gusto a hacerlo por el rito ortodoxo ruso; como testigos firmaron Max Jacob, Jean Cocteau y el poeta Guillaume Apollinaire, sus mejores amigos de entonces.







Bibliografía recomendada: http://pincultura.blogspot.com.es
                                            http://www.gibralfaro.uma.es





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