martes, 13 de diciembre de 2022

Placa conmemorativa de Canelo

Placa conmemorativa de Canelo, obra de Martínez Montiel y Luis Francisco, fue realizada el 19 de junio del año 2012. Se encuentra en la Calle Canelo, en Cádiz _ España.

Todos conocemos la historia de Hachiko, el perro japonés que esperó el regreso de su dueño durante diez años, pero pocos conocen la historia de Canelo, que evoca la conocida retórica de que «cuanta más gente conozco, más quiero a mi perro»

En 1990, el dueño de Canelo lo dejaba junto al gaditano Hospital Puerta del Mar para someterse a una diálisis, donde tenía la costumbre de quedarse esperándolo. Algo salió mal y el hombre falleció, lo que hizo que Canelo permaneciera allí, no un día ni dos, sino 12 años. Durante su larga espera el «perro de los gaditanos» llegó a ser denunciado y fue trasladado a la perrera hasta en dos ocasiones, provocando movilizaciones populares de vecinos y protectoras de animales, que finalmente consiguieron su indulto. Desde ese momento, la Asociación Agaden se hizo cargo del animal, apadrinándolo y proporcionándole las vacunas y los permisos necesarios para que pudiese seguir esperando a su dueño sin tener más problemas, amparado por la Ley.




Hubo mucha gente interesada en apadrinar a un perro tan querido y famoso por su enternecedora historia. Canelo pasó por dos adopciones, pero no quería otro hogar que no fuera el de su amo, por lo que tuvo que ser devuelto a la calle antes de que muriera de pena. La fatídica mañana del 9 de diciembre de 2002, un Volvo oscuro terminaba con su vida arrollándolo en el paso de peatones que tantas veces había cruzado a las puertas del hospital.

Dos años después de su muerte, por iniciativa de Agaden y con el visto bueno del Ayuntamiento, la asociación protectora de animales y las federaciones de vecinos 5 de Abril y Cadice, se decidió darle su nombre a una calle peatonal que el animal frecuentaba. En este callejón se colocó una placa de bronce con el torso en relieve del animal, conmemorativa de este acto de fraternidad y lealtad incondicionales. En la placa leerse: «A Canelo, que durante 12 años esperó en las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2005».




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