Nacido en 1957 en Londres, Roger Wagner, ha sido descrito por Charles Moore en The Spectator como «el mejor pintor actual de temática religiosa en el Reino Unido». Ganó una beca de Literatura Inglesa en el Lincoln College Oxford en 1975. Mientras estudiaba, asistió a clases en la Escuela de Dibujo de Ruskin, donde actualmente es profesor del centro. Desde el año 1978 a 1981 estudió en The Royal Academy Schools con Peter Greenham, y posteriormente regresó a Oxford, donde ahora vive y trabaja.
Ha publicado varios libros de poemas ilustrados y tres volúmenes ilustrados con su propia traducción de los Salmos. Estudió Filología Inglesa en Oxford y posteriormente realizó estudios en la Royal Academy School of Art.
El trabajo de Wagner ha sido descrito como "totalmente diferente a cualquier otro artista contemporáneo". Refleja las inquietudes del ser humano acerca del universo y su modo de expresarlo de formas diversas. Refleja también el deseo de trascendencia del ser humano y la indagación que éste ha hecho de la naturaleza a lo largo de los siglos, con actividades propias del hombre como la ciencia o el arte, algo que los autores denominan como curiosidad penúltima.
El artista británico ha señalado que desde la Prehistoria existen evidencias de una relación entre el arte y la religión: “Sabemos que las comunidades primitivas llevaban a cabo ceremonias religiosas. Los impulsos que motivaban a estos primeros hombres a dibujar en las cuevas eran religiosos, según el artista pero al mismo tiempo estaban ejerciendo su curiosidad por conocer el entorno natural”.
En cuanto al arte figurativo, es notable el hecho de que su energía creadora ha ido menguando en la medida en que se ha ido alejando de la religión. Una influencia temprana fue la pintura de Giorgio de Chirico, a quien conoció en Venecia en 1973. Chirico describió su propio estilo como "metafísico" y, aunque muy diferente, el mismo término podría aplicarse a la obra de Wagner.
También podemos decir que sus obras se acercan a las obras de Fra Angelico, Blake, Palmer y Traherne, pero también a menudo imbuido de lo que Samuel Johnson describió como una característica de los poetas metafísicos en los que "las ideas más heterogéneas están unidas por la violencia en conjunto".
Las pinturas de Wagner, a pesar de todo su vigor de composición, a menudo poseen esa sensación de quietud en el centro de la tormenta, esa idea de esperanza frente a la desesperación. Wagner no tiene miedo de lidiar con problemas de juicio y sufrimiento, pero su teología se basa en el amor suficiente de Dios.
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