martes, 14 de abril de 2020

El Bosco Verticale obra de Stefano Boeri

Si hay un nombre en la arquitectura actual que podemos relacionar con la lucha contra el cambio climático y las emisiones de CO2, ése es el de Stefano Boeri, nacido en Milán en el año 1956. Boeri es un arquitecto milanés que se ha especializado en la integración de árboles en edificios altos o, lo que es lo mismo, en la elaboración de bosques verticales. 

Supe de sus obras arquitectónicas hace varios meses y pensé, en ese momento, donde hemos llegado los seres humanos para que lleguen a construir semejante edifico con estas características.  


Proyectos como el Bosco Verticale construido en Milán en el año 2014 no es un simple instalador de jardines en edificios. En pleno centro de Milán se encuentra el 'Bosque vertical', dos edificios (uno de 110 metros de altura y otro de 76) cubiertos en todas sus pisos por árboles. La torre más alta alberga nada más y nada menos que 480 árboles, mientras que el otro edificio tiene unos 280. Además, entre las dos torres cuentan con 5.000 arbustos, 11.000 plantas y demás hierbas sobre la fachada.


Para conseguirlo, Boeri y su equipo deben tener en cuenta un amplio abanico de factores. Diseñar un bosque vertical implica seleccionar especies vegetales, tener en cuenta las necesidades climáticas de las mismas y valorar las condiciones de iluminación solar, viento y, por supuesto, humedad de la región o la zona en la que se va a levantar el edificio. 


Teniendo en cuenta las especies que se van a colocar en el edificio, así será el mismo. Es decir: no es el edificio quien determina el tipo de plantas a colocar en él sino que son las plantas elegidas quienes determinan como será el edificio.


El trabajo de Stefano Boeri se sostiene sobre unos exhaustivos estudios. Dichos estudios permiten determinar cómo debe construirse el sistema de riego por goteo para cada planta, cómo deben fijarse las raíces de los árboles a los suelos en que deben plantarse y cómo podrán absorber el viento las ramas de aquellos árboles que se coloquen en las esquinas de los edificios. 


Para completar dichos estudios, Boeri decidió que se realizaran pruebas de resistencia en un túnel de viento en Florida especializado en estudiar el efecto de los ciclones sobre los diferentes materiales.


Los bosques verticales absorben CO2. Al llevar árboles a la ciudad, el arquitecto lucha contra el enemigo en el mismo terreno en que se produce el CO2.
Reducción del consumo energético en verano gracias al microclima que se produce dentro del edifico en el que se ha instalado el bosque vertical.



En invierno, la vegetación de la fachada norte, de hoja caduca, pierde sus hojas, lo que permite el paso de la luz.
La vegetación del bosque vertical absorbe micropartículas de polvo, lo que ayuda a reducir el calor que producen las ciudades.
Los habitantes del edificio ven mejorar su estado de ánimo gracias a la presencia de vegetación y de balcones en los que ésta está integrada.
Las personas que padecen vértigo dejan de sentirlo aunque vivan en pisos altos, ya que los árboles y la vegetación camuflan o disimulan la altura a la que se encuentran los habitantes del edificio.








Bibliográfico : https://pisobcn.com/bosques-verticales/





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