martes, 18 de enero de 2022

Retrato de Madame Léon Maître, obra de Henri Fantin-Latour

Retrato de Madame Léon Maître, obra del pintor francés Henri Fantin-Latour (1836-1904), del año 1882 y con unas dimensiones de 12.7 x 140 cm. Actualmente se encuentra en el Museo Brooklyn, situado en el barrio de Brooklyn de la ciudad de Nueva York_ Estados Unidos.



Madame Léon Maître era cuñada del pianista Edmond Maître, uno de los amigos más cercanos de Henri Fantin-Latour. Entre 1880 y 1887, el pintor incluyó retratos entre sus obras anuales en el muy popular Salón de París. Constantemente atrajeron una gran atención crítica y, ya sea que se encargaran o no, arrojaron precios altos.


Contemporáneo de los pintores impresionistas, el francés Henri Fantin-Latour destacó por sus cuadros florales y sus retratos de grupo de los intelectuales parisienses de la época. Hijo del también pintor Théodore Fantin-Latour, que le inició en el arte de la pintura, asistió a clases en la École de Dessin de París. Sin embargo, su verdadera formación la encontró en la copia de los maestros clásicos del Musée du Louvre, especialmente Tiziano y Veronés. Posteriormente, en 1861, fue discípulo durante un breve periodo de Gustave Courbet, aunque su realismo discreto e íntimo, tan diferente del de su maestro, hizo que pronto siguiesen caminos diferentes.



La obra de Fantin como retratista recorre una amplia gama de personajes: desde los familiares y amigos íntimos hasta los retratados por encargo. El retrato de Charlotte Dubourg, cuñada del pintor, el de su amigo Léon Maître o el del matrimonio Edwards, coleccionistas y promotores de Fantin en Inglaterra, son verdaderas obras maestras del género. La influencia del retrato de grupo holandés, y especialmente de Rembrandt, se deja sentir en Un rincón de mesa, uno de los cuatro retratos colectivos que Fantin dedicó a los pintores, poetas y músicos de su tiempo. Aquí, entre un puñado de exponentes hoy olvidados del parnasianismo literario, destaca la pareja formada por Verlaine y Rimbaud.


En 1855 conoció a James Whistler y con él realizó el primero de sus viajes a Gran Bretaña. Allí encontró la mejor clientela para sus bodegones y pinturas florales, que alcanzaron una fama extraordinaria por su realismo, comparable al de la pintura holandesa del siglo XVII.





A partir de la década de 1870 el giro hacia una temática más literaria le relacionó con el simbolismo. Paralelamente, en sus obras se reflejó su descubrimiento de la música contemporánea alemana de Robert Schumann, Johannes Brahms y Richard Wagner, que también le sirvió como fuente de inspiración.





Bibliografía : https://www.museothyssen.org/

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