lunes, 16 de noviembre de 2015

La techumbre de la Catedral de Teruel




La catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel, es una de las construcciones más características del mudéjar en España, y una de las escasas catedrales españolas, junto con la de Tarazona, construidas en este estilo.

Actualmente, la catedral está considerada como Bien de Interés Cultural y fue declarada Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.

Una de las maravillas que acoge es la techumbre de la catedral. Hasta el momento actual no se ha hallado documento alguno relativo a la construcción de la techumbre mudéjar que cubre la nave central de la catedral de Teruel.


Detalle del techo


A propósito de la fábrica de la catedral ya se ha precisado que el cuaderno de cuentas, conservado en el Archivo Catedralicio de Teruel, titulado Recepta de la obra de Sancta María, que data del año 1335, se refiere a las obras de enlucido y de pintado de la fábrica del crucero y ábsides, dirigidas por el maestro Coglor Yuçaf de Huzmel.




Exciten datos en la que se ha basado la atribución de la cronología de la techumbre a dicha fecha de 1335, así como la autoría de la pintura a Domingo de Peñaflor. Tales cronología y autoría fueron aceptadas por la mayor parte de los especialistas que trataron el tema con posterioridad, entre los que destaca la historiografía más ilustre, con nombres tan rotundos como Ráfols, Post y el marqués de Lozoya.




Hasta la edición y el estudio del mencionado documento, realizados en 1973 por Santiago Sebastián y César Tomás Laguía, no se ha estado en condiciones de rechazar la interpretación errónea del marqués de Monsalud y de precisar la naturaleza y alcance de las obras realizadas en la catedral en 1335, como ya se ha dicho.


Escena de alarde

Casi todos los techos mudéjares son artesonados, esto es, elementos meramente decorativos. En este caso se trata de un cubrimiento en techumbre, cuyo armazón sostiene la parte superior de la nave y consolida la estructura. Se la ha llamado la «capilla sixtina» del arte mudéjar, por su gran valor arquitectónico y pictórico. Mide 32 metros de longitud y casi 8 metros de anchura y data del siglo XIV.




En sus casetones hallamos motivos históricos, religiosos, costumbristas. Oficiales, artesanos, personajes históricos, seres fantásticos. Toda una galería de tipos humanos, una extensa variedad en la imaginería pictórica, que se conservó en perfecto estado debido a que fue cubierta por un falso techo neoclásico en el siglo XVIII, que dejó la pintura mudéjar a salvo de las inclemencias del tiempo.







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