Detalle de la portada del Pórtico de Santa María de Ripoll. La parte frontal de este pórtico está cubierta por un relieve realizado a mediados del siglo XIII. Se corresponde estilísticamente con el sarcófago de Ramón Berenguer III. Está compuesta por una serie de bloques de piedra adosados a la pared de la iglesia que tiene aproximadamente un metro de grosor. Se encuentra en el monasterio de Santa María de Ripoll en Girona _ España.
Es una pieza magnífica, cumbre de la escultura románica. Quedó muy deteriorada con los incendios ocurridos tras la exclaustración y las obras de restauración de este siglo, pero a pesar de la complejidad del conjunto de imágenes que lo componen, la representación de las mismas es de una notable sencillez.
Está dividido en siete franjas horizontales, las franjas se completan con los bienaventurados y los ancianos del apocalipsis, que han obrado con sabiduría y justicia, por lo que pueden dedicar la eternidad a adorar a Dios.
Las dos franjas centrales están dedicadas a la Historia de David y Salomón (las de la izquierda) y la de Moisés en la derecha. A la altura de los ojos se presenta por un lado (izquierdo) a David entre los músicos y a la derecha Dios da las tablas de la Ley a Moisés, Aarón, un príncipe sin identificar y a un obispo. En la parte inferior se pueden apreciar diversos animales místicos comúnmente identificados con las visiones del profeta Daniel.
El pórtico está franqueado por dos estatuas, prácticamente destruidas, dedicadas a San Pedro y San Pablo, guardianes de la puerta de la basílica. Alrededor de ellas se muestran diversas escenas, el ciclo de Caín y Abel, el de Jonás, etc. Completa el conjunto una representación de los doce meses del año.
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