jueves, 17 de diciembre de 2020

Hans Op de beeck

El escultor Hans Op de beeck nació en Bruselas _Bélgica en el año 1969. Trabaja en la frontera entre varias disciplinas artísticas. Utiliza magistralmente las estrategias de escenificación de la arquitectura, los decorados, el cine, el diseño y las artes plásticas. Se dio a conocer con sus grandes ambientes transita­bles, que semejan los decorados de una obra aún por escribir.


Despiertan asociaciones con situaciones cotidianas, vivencias de la infancia o escenas de películas. Sin embargo, no existe una perspectiva narrativa fija, ya que el artista se limita a perfilar un campo de recepción en el que el observador pueda actuar.


Las obra de Beeck son un comentario al carácter tragicómico de nuestra condición humana, a cómo manipulamos nuestro espacio vital a la manera de un decora­do, tanto a pequeña como a gran escala, y a cómo tratamos de conjurar, dentro de este entorno antropomorfizado, nuestra propia irrelevancia y mortalidad con una serie de costumbres y rituales.


El artista belga, que se mueve como pez en el agua en el terreno de la escultura, las instalaciones, la fotografía, los dibujos o los cuentos, ha volcado toda su creatividad y fantasía en un preciosista universo gris habitado por personas y entornos monocromáticos que parecen hechos de efímero polvo.



Las personas grises son aquellas que, casi todos, procuramos evitar a toda costa; Hans Op De Beek las ha convertido en el centro de su obra y ha sabido verles la belleza y mostrárnosla.




La intención de Hans es mostrarle al espectador de su obra una realidad paralela anclada en la relación agridulce que tenemos entre el espacio, el tiempo y nuestra rutinaria existencia.



El concepto del autor no puede ser más gráfico, creando esculturas de tamaño real y ambientes inmersivos con materiales como la madera recubierta, el poliéster y el yeso pigmentado, el espectador va a sentir que el mundo que le rodea está carente de color, de manera literal y figurada.



Con el genial trabajo de este artista, se materializa aquello de "verlo todo gris", en esos momentos en los que no encontramos sentido a nada, en los que nos cuesta verle la luz y el color a la vida, cuando deberíamos desterrar la opacidad y la monocromía y dejarlas relegadas al estimulante arte de Hans Op De Beek.


La película se acompaña de una música electrónica de gra­ves potentes que el músico británico Scanner compuso para la ocasión. Originalmente, el material filmado para Staging Silence duraba más de cuarenta minutos. Op de Beeck cortó veinte minutos de película, pues quería mostrar tan solo escenas en las que el espectador comprendiera perfectamente la estrategia de escenificación. De esta manera, a partir de la sucesión de imágenes acompañadas de música, la película despliega una dinámica a la que es difícil sustraerse.




El título es una alusión a los decorados mudos, en los que el espectador, en ausencia de los personajes, puede proyectarse como único protagonista», sostiene Op de Beeck.
Staging Silence transita por la delgada línea que separa la ilusión de la desilusión. De manera similar a como ocurre en el teatro, la ilusión se crea de forma que pueda descubrirse como tal. Con su obra, Op de Beeck crea decorados, espacios de historias posibles que el visitante debe interpretar una y otra vez en su imaginación.







Bibliografía : https://www.fundacionbancosantander.com
                     https://culturainquieta.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario