El Castillo de San Felipe, también conocido como Fortaleza de San Felipe, es un castillo situado Setúbal _ Portugal. El proyecto de una fortificación moderna para defender este tramo del litoral portugués se remonta al siglo XIV.
En el siglo XVIII, la capilla en su interior adquirió su revestimiento de azulejos, firmados por Policarpo de Oliveira Bernardes (1695-1778) fabricante de azulejos e hijo y discípulo del ceramista António de Oliveira Bernardes, se incorporó, como éste, al llamado ciclo de los maestros de la producción de azulejos portugueses.
Se accede al interior por un Portón de Armas hacia el oeste en las murallas, defendido por dos baluartes. Un atrio da acceso a un túnel de sillares de piedra, con una ancha y suave escalera con escalones de dos grupos. La escalera está cubierta por una bóveda, y el rellano entre las dos partes da acceso a las casamatas. Al final de la escalera, en el terraplén, se encuentran los edificios de servicio: la Casa de Mando (antigua residencia del Gobernador de Armas) y la Capilla, a la izquierda.
La pequeña Capilla de San Felipe, patrón del castillo, presenta planta rectangular, cubierta por una bóveda de cañón. En su portal exhibe un frontón ornado con volutas y una torre campanario, entre pilastras. Su interior está completamente revestido por azulejos en colores azul y blanco, donde destacan los paneles con escenas de la vida de San Felipe.
Este castillo fue construido por órdenes Felipe I en 1590 para detener un ataque del ejército inglés sobre la Armada Invencible y para disuadir a los patriotas lusos de empreder acciones contra el dominio español.
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