"La Joven de la Perla", también conocida como "Muchacha con Turbante", es una de las obras maestras del pintor neerlandés Johannes Vermeer (1632-1675), realizada entre 1665 y 1667, con unas dimensiones de 45,5 x 40 cm . Actualmente se conserva en el Museo Mauritshuis de La Haya en los Países Bajos.
La joven de la perla, corresponde al momento cumbre de su pintura. La mirada es la gran protagonista y se complementa con un gran modelado del rostro, donde los labios son un segundo centro de atención.
A lo largo de su vida, Vermeer trabajó lentamente y con sumo cuidado usando colores brillantes. No hay otro artista del siglo XVll que haya utilizado sus primeros trabajos, en forma tan exuberante, el caro pigmento que manifiesta el tono lapislázuli o ultramarino natural. Vermeer no solo empleaba esta técnica en elementos de este tono; los colores terrosos y ocres debían ser entendidos como luz cálida en una pintura fuertemente iluminada, que reflejaba sus múltiples tonos en la pared.
Este método fue inspirado muy probablemente por la comprensión que Vermeer tenía de las observaciones de Leonardo, donde manifestaba que la superficie de todo objeto compartía el color del objeto adyacente. Esto significa que ningún objeto es visto propiamente en su color natural puro.
Vermeer supo jugar a la perfección con la percepción del ojo humano, ya que la gran mayoría de los elementos que conforman el cuadro son en realidad manchas de colores, que el ojo completa y da forma.
El artista "no pintó todos los detalles que tú ves. Lo que se supone que es la nariz es solo un juego de luces y sombras, ¡el puente de la nariz no existe, es una continuación de la mejilla derecha!. Igual que el gran atractivo de la joven, su cautivadora mirada. ¿Curiosa, triste, enamorada? Vermeer dejó el contorno de los ojos indefinido y nuestro cerebro rellena los vacíos y determina cómo nos mira la chica. Por eso hay una chica diferente para cada espectador".
Es inevitable que la mirada del espectador no se dirija hacia la joya que la joven lleva en su oreja. Para Historia National Geographic este objeto es el "trampantojo más espectacular", ya que "el elemento que da nombre a la obra no existe, son apenas dos pinceladas blancas sobre el cuello que de lejos, nuestro cerebro interpreta como un círculo".
Tras la mayor restauración del cuadro en 1994, la sutil combinación del color y la íntima mirada fija de la chica hacia el espectador se han realzado mucho. Tal realce se debe a un contraste entre un fondo muy oscuro y lo que se puede ver del cuerpo vestido de la muchacha; es decir, hay un tenebrismo que en este caso resulta casi caravaggiano, aunque sin las actitudes dramáticas del estilo, y se mantiene la típica y cristalina tranquilidad que caracteriza a la mayor parte de las obras de Vermeer de Delft.
Johannes Vermeer fue un precursor en la pintura en relación con los principios de la composición. Empleó una división equilibrada de superficies, con las que también expresaba estructuras y situaciones complejas de forma sencilla y con pocos elementos. La geometría tenía un papel importante en la composición. Vermeer empleaba la luz de manera que casi llegaba a dar la impresión de que pintaba al aire libre. Además, no empleaba tonos grises para representar sombras. Vermeer se destacaba en la restitución de la luz, de la textura, de la perspectiva y de los colores trasparentes.
Bibliografía : https://www.uppers.es/cultura-y-entretenimiento
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