Si bien la mayoría de las obras maestras del arquitecto Antoni Gaudí se encuentran en Cataluña, una de ellas está escondida en Comillas, un hermoso municipio y una villa de la comunidad autónoma de Cantabria_ España.
El Capricho fue construido entre 1883 y 1885 como residencia de verano para Máximo Díaz de Quijano. Es conocido por su estilo modernista, que exhibe elementos arquitectónicos característicos de Gaudí, como la combinación de formas orgánicas, colores vivos y decoraciones detalladas.
Máximo Díaz de Quijano y Fernández de San Juan (1838-1885) era abogado de profesión y aficionado a la música y la botánica. Era concuñado de Antonio López y López, marqués de Comillas. Díaz de Quijano era un músico amateur, y por esta razón pensamos que el nombre de El Capricho responde, trasladado a la arquitectura, a cómo se utiliza en la música para designar piezas que no siguen las reglas y con variaciones de ritmo según un capricho personal. Gaudí se inspiró claramente en el proyecto de Embarcador (1876) que había realizado en la Escuela, con la diferencia de que en El Capricho hay una sola torre en lugar de dos.
El salón es la pieza principal. Tiene toda la altura del edificio y ventanas de guillotina. Al practicarlas, suena una agradable música producida por campanas tubulares, cada una con un tono diferente, que funcionan como contrapesos. Todo es obra del caprichoso poeta Gaudí, como los techos y artesonados de inspiración mudéjar, las aplicaciones de cerámica o las pequeñas chimeneas.
El juego de escaleras que conducen al semisótano y la escalera de caracol que lleva a la torre están muy bien resueltos, mostrando la gran habilidad de Gaudí con los desniveles, aprendida estudiando el diccionario de arquitectura gótica de Viollet-le-Duc. En el exterior, Gaudí mezcla la piedra, el ladrillo y la cerámica vidriada, cuyo motivo es la flor y las hojas de girasol, produciendo una agradable combinación con el verde intenso del paisaje de Comillas.
El Capricho se adapta al desnivel del terreno, con un semisótano, la planta noble y un desván. Tenía forma de U, que resguardaba del viento del norte, orientado al sur, un gran invernadero donde Máximo Díaz de Quijano aclimataba las plantas que le traían de ultramar.
El invernadero era la pieza central de la casa, a la cual se adosaban el resto de las habitaciones. Una solución de patio central que da luz desde dentro a un interior de entrada intencionadamente oscura, cogida de la arquitectura árabe y mudéjar, tan valorada por Gaudí y por los arquitectos modernistas de su generación.
Las rejas de hierro forjado en el Capricho son ejemplos destacados de la habilidad de Gaudí con este material. Algunas de estas rejas contienen elementos decorativos que pueden tener significados simbólicos. Los motivos naturales, como flores y hojas, están presentes en toda la fachada del Capricho. Estos elementos pueden tener significados simbólicos relacionados con la naturaleza, la renovación y la vida.
En el exterior, Gaudí mezcla la piedra, el ladrillo y la cerámica vidriada, cuyo motivo es la flor y las hojas de girasol, produciendo una agradable combinación con el verde intenso del paisaje de Comillas. Los tejados originales, hoy desaparecidos y desfigurados, eran de cerámica vidriada.
Las chimeneas que rematan las cubiertas son también profundamente originales. El elemento más destacado de El Capricho es la torre, toda ella revestida de azulejos con el girasol, los mismos que Gaudí utilizó en la terraza de la casa Vicens. Termina en una terraza similar a la de la bodega del Garraf y un templete sostenido por cuatro columnas de hierro fundido, con una graciosa barandilla.
Díaz de Quijano y Gaudí no llegaron a conocerse personalmente. Gaudí no visitó nunca Comillas. De la ejecución de las obras se encargó su amigo y compañero de promoción Cristòfor Cascante i Colom. Ambos eran ayudantes de Joan Martorell; y a partir de 1882 Cascante se había instalado en Comillas para dirigir las obras del palacio de Sobrellano y del Seminario, proyectados por Martorell. Cascante dispuso de una maqueta y de planos muy detallados de Gaudí, a quien consultaba todas las dudas por carta.
En la parte superior de la torre mirador del Capricho, hay una bola metálica que representa el sol. Este detalle simboliza la relación de Gaudí con la naturaleza y su fascinación por los elementos naturales. La arquitectura de Gaudí a menudo incorpora formas geométricas y figuras místicas. Al observar detenidamente las esculturas y detalles arquitectónicos, es posible descubrir símbolos y formas que representan conceptos filosóficos o religiosos.
Si bien, podemos circundar el edificio atravesando el jardín tanto por el lateral izquierdo como por el derecho, lo lógico es que avancemos por el segundo (orientación Norte), pues es el recorrido natural hacia la entrada de la residencia que, a su vez, conduce al encantador patio del fondo en forma de herradura. Dejemos el lateral izquierdo (Sur) para el final de la visita. Explorar el Capricho con una mirada más atenta y aprender sobre la filosofía y el estilo de Gaudí puede revelar detalles fascinantes y simbolismos que podrían considerarse "secretos" dentro de la estructura del edificio.
Bibliografía : https://indianosdelnorte.org/
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