jueves, 22 de junio de 2023

Luisa Ignacia Roldán

El entorno de la España de finales del siglo XVII la miró con extrañeza cuando se casó por voluntad propia sin el consentimiento familiar, y siguió haciéndolo cada vez que daba un paso hacia su emancipación. El empeño de Luisa Ignacia Roldán le permitió convertirse en la primera escultora española reconocida oficialmente.




Nacida el 8 de septiembre de 1652 en Sevilla, Luisa Ignacia Roldán, más conocida como la Roldana, aprendió el oficio en el taller de su padre, Pedro Roldán, un reconocido escultor de la capital andaluza. Puesto que el negocio recibía una gran cantidad de encargos, la mayoría de los doce hijos del matrimonio (además de otros ayudantes) trabajaron en él. Un lugar que estaba destinado a determinar por completo la vida de la joven.



Luisa Ignacia fue quien más provecho sacó de este aprendizaje, absorbiendo todos lo detalles de las técnicas de su progenitor y poniéndolas en práctica en muchos de los encargos. A pesar de que no hay documentos que lo avalen, muchos estudios atribuyen algunas obras de esta época producidas en el taller a la escultora. Fue también en el taller de su padre donde conoció a Luis Antonio de los Arcos, quien se convertiría en su marido en contra de la opinión familiar. 







El suceso es conocido como el rapto de la Roldana. Puesto que una mujer debía permanecer bajo tutela masculina, salió de su casa avalada por un mandamiento judicial y pasó varios días bajo la custodia de otro hombre hasta que se celebró el matrimonio, el cual tuvo lugar el 25 de diciembre de 1671 en ausencia del padre de la novia. 

Para casarse con quien quería tuvo que acogerse a un mandamiento judicial y pasar varios días bajo la tutela de otro hombre



Su carrera profesional independiente del núcleo familiar comenzó también en Sevilla junto a su marido, con quien trabajaba codo con codo formando equipo y produciendo una gran cantidad de obras para satisfacer los encargos de conventos y cofradías. La pareja se hizo un hueco en el panorama artístico y pronto los encargos empezaron a llegar desde fuera de la ciudad. El Ecce Homo (1684) de la Catedral de Cádiz, donde el matrimonio residió por un tiempo, es la primera obra documentada oficialmente de la Roldana.



Su talento personal le hizo ganar fama y empezó a conseguir encargos importantes. En 1686, el cabildo de la catedral de Cádiz la contrató para la realización de diferentes tallas. Tras este cargo, su éxito le llevo a Madrid donde sus figurillas tuvieron mucha fama y decoraron muchos oratorios de palacios de nobles.



Tal fue su éxito, que, en 1692, fue nombrada escultora de cámara del Rey Carlos II. Un privilegio que hasta entonces había sido reservado para pocos hombres y para ninguna mujer, al menos, de manera oficial. La única mujer que tuvo este cargo de forma clandestina fue Sofonisba Anguissola.




Patrimonio Nacional ha restaurado la escultura 'El arcángel San Miguel venciendo al demonio' de Luisa Roldán, más conocida como La Roldana. La pieza, que mide 2,6 metros de altura y pesa casi 160 kilos, ha recuperado su aspecto original y ha revelado inscripciones realizadas por la autora, como, por ejemplo, en la peana. En ella se reivindica como escultora de Cámara en la Corte. Pero también firmó su escultura en uno de los pies del arcángel.




La escultura ya está instalada en la planta A de la Galería de las Colecciones Reales. Dada la envergadura de la obra se han necesitado más de 20 personas para el traslado, una precisa operación que ha requerido de una jaula protectora y de una grúa telescópica para bajar la pieza desde los talleres en la cuarta planta del Palacio. "Ha sido uno de los traslados más emocionantes, al ver al arcángel hacer su último vuelo para dirigirse a la Galería", ha asegurado Leticia Ruiz, directora de las Colecciones Reales.




Luisa representa una mujer independiente, un personaje inusual para la época por varias razones. Primero, porque se enfrenta a su padre casándose con un hombre que éste no aprueba. Y, segundo, porque se convierte en el sostén económico de la familia siendo la principal trabajadora y artista del taller.

Sus contemporáneos la reconocieron, sin embargo, su arte no siempre ha sido bien valorado. En algunos momentos de la historia, fue criticada y, ¡sorpresa!, un hombre intentó emborronar su talento. Es el caso de Ceán Bermúdez que, aunque muy amablemente destaca su inteligencia y talento, rompe todo tipo de halago considerando que Luisa se centró en las figuras pequeñas de barro porque la realización de estas era más sencilla y conforme a la delicadeza de su sexo





Bibliografía : https://historia.nationalgeographic.com
                     https://khronoshistoria.com

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