jueves, 23 de marzo de 2023

Binibeca _ Menorca

Binibeca es un pequeño pueblo de pescadores situado unos 8 kilómetros al sur de Mahón, en el término municipal de San Luis en Menorca _ España. Sus laberínticas calles y sus casas encaladas lo convierten en uno de los pueblos más bonitos de Islas Baleares.




El poblado de pescadores de Binibeca fue construido en 1972 y, al ser uno de los lugares más turísticos de la isla, se encuentra completamente restaurado. Sus calles estrechas y sus casas encaladas (que parecen sacadas de una postal) forman un laberinto en el que desearéis perderos durante un buen rato.



Quienes lo visitan concuerdan en que es un lugar con mucho encanto. En él disfrutarás de un recorrido por sus calles laberínticas y llenas de cuestas. También de sus pequeñas casas, pintadas en color blanco y con balcones de madera. Y todas, con una estructura similar.




Un pueblo muy pequeño en el que apenas viven 200 familias, y cuya arquitectura blanca y encalada recuerda a la propia de las Islas Griegas. Si decides visitarlo, acércate a la iglesia de Binibeca, su plaza Mayor y el paseo marítimo: tres de los puntos más interesantes de la zona y de los primeros que se construyeron




¿Cómo nació esta población?. La idea inicial era crear un poblado idílico que atrajera a intelectuales, bohemios y escritores y pintores que encontrarían en Binibeca el lugar perfecto para la inspiración. De hecho, se consiguió y uno de los pintores más conocidos de la zona: Frances Poch Romeu se enamoró de Binibeca y la plasmó sobre el lienzo en numerosas ocasiones. Así es como un grupo de promotores de la zona decidió construir esta pequeña zona costera, levantando unas 165 casas, locales y tiendas.


La primera vivienda en construirse fue casa Candi y las últimas vieron la luz en la década de los 70. A lo largo de todo el pueblo se pueden leer carteles invitando a la calma y a disfrutar de la localidad sin prisas y en silencio, respetando así a sus vecinos.




Así es como se fue configurando Binibeca poco a poco. En realidad, no hubo demasiados planos ni muchos detalles, sino que se fue creando a medida que se iba adaptando al terreno de la zona.

En invierno, la localidad queda casi deshabitada y es cuando se aprovecha para pintar de nuevo las casas, se llevan a cabo tareas de mantenimiento de los jardines y calles empedradas. Después, llega la primavera y el verano, y aloja a cientos de curiosos y turistas que quieren disfrutar de un día en este peculiar lugar.













Bib ; https://www.barcelo.com
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