jueves, 20 de octubre de 2022

Sorolla en negro



"Sorolla en negro" nos invita a preguntarnos si asociar a Sorolla con el negro puede ser una paradoja o si, por el contrario, representa otro punto de vista para comprender y apreciar al artista en toda su complejidad.



Joaquín Sorolla (1863.1923) fue un pintor español que nació en 1863 en Valencia. Mostró una gran destreza con el pincel y el estilo impresionista. Así, centró sus esfuerzos en la representación de la figura humana. Luces que se entremezclan con sombras, el brillo, una tonalidad delicada, pinceladas enérgicas y la importancia del color, son algunas de las características que mejor vemos reflejadas en sus lienzos.



La intensa luz del Mediterráneo, las escenas llenas de color, los blancos de infinitos matices son los rasgos con los que se identifica al pintor Joaquín Sorolla y su vasta producción. Sin embargo, el negro, que puede considerarse como la antítesis del color, la oscuridad misma, también está presente de manera notoria en su paleta. 







De hecho, la exposición cuestiona la idea de que el color negro, y cuanto significa, está reñido con la poética del pintor valenciano. La propuesta curatorial niega, pues, una gran parte de la tradición crítica en torno a Sorolla, empezando por sus propios contemporáneos.


Comisariada por Carlos Reyero Hermosilla, con la colaboración de Blanca Pons-Sorolla, la exposición nace de una larga investigación que profundiza no solo en el estudio de la pintura de Sorolla, sino en la valoración estética y cultural de negros y grises en la pintura de entresiglos.






Su negro proviene de la realidad, de la gran tradición española y de la pintura internacional del momento y también proviene de tres lugares: “Primero de la realidad, en la que hay negro. Los señores distinguidos visten de negro, y él como pintor de la realidad observa y pinta en negro. 



La segunda fuente es la tradición española, presente en él a lo largo de toda su vida, no sólo en los primeros tiempos, como suele decirse, y donde se utilizaban los negros. Sobre todo El Greco, por eso el retrato que Sorolla hace de Manuel Bartolomé Cossío tiene un valor estético especial en la exposición, es el punto de partida. 



Son los negros brillantes del Greco, los negros de la moda española, los de Velázquez o Goya. Y la tercera fuente es la gran pintura internacional, franceses, como Manet, americanos como Whistler, e incluso los nórdicos, que por el redescubrimiento de la pintura española utilizan gamas negras. Y Sorolla es cosmopolita, conoce bien la pintura internacional”.


La muestra examina también el negro como color simbólico, aunque “Sorolla no es simbolista, pero todas las culturas conceden a los colores una simbología y el negro en Occidente aún hoy está asociado a lo oscuro, lo siniestro, lo tortuoso, la muerte, el mal. Sorolla es permeable a la realidad y en el cuadro de la celestina, la traficante va vestida de negro, algo siniestra como si fuera culpable del tema escabroso de las chicas que se prostituyen”. Y, prosigue, “aunque se le asocia a la España blanca, luminosa, alegre, Sorolla también se interesó por tipos amargos que se parecen a los temas de Zuloaga, bebedores, el alcoholismo como forma de degradación personal”.







Pero además Sorolla, gran aficionado a la estampa japonesa, que coleccionaba, empleó el negro para intensificar contrastes en poderosos cuadros como La mocita andaluza y Las tres madrileñas, donde chocan con el blanco y el rojo casi decorativamente. Y, por supuesto, concluye Reyero, aunque al pintor no le gustan los días grises porque si llueve no puede pintar al aire libre, sí le interesan las variaciones de la luz y una de las obras maestras de la muestra es Día gris en la playa de Valencia, donde domina el gris azulado de la tormenta y se ven hasta las gotas de lluvia racheada.



Fruto de ello, se ha reunido una cuidada selección de más de 62 obras procedentes tanto de la colección del Museo como préstamos de instituciones y de colecciones particulares. Algunas de las obras expuestas, especialmente las de coleccionistas particulares, permanecían inéditas para el conocimiento del público como María pintando, 1911 o Retrato de Manuel Bartolomé Cossío, 1908. Asimismo, se presenta por primera vez, tras su reciente restauración la obra de S.M. la Reina María Cristina. Estudio para “La Regencia”, 1903-1905.






Bibliografía:  https://www.lavanguardia.com
                     https://www.culturaydeporte.gob.es

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