jueves, 17 de febrero de 2022

Frederick Sandys

Frederick Sandys (1829-1904), pintor, ilustrador y dibujante Victoriano, relacionado con el Prerrafaelismo e interesado por el retrato y los temas mitológicos. Estudió con su padre Anthony Sands, profesor de dibujo, pintor y retratista. Se educó en la Escuela Secundaria y en la de Diseño de Norwich. Uno de sus primeros patrocinadores fue el reverendo James Bulwer, Rector de Stody, para el que realizó dibujos y grabados.



Sandys se familiarizó con los prerrafaelistas en 1857, mientras trabajaba en su grabado ‘A Nightmare’, una parodia del ‘Sir Isumbras at the Ford’ pintado por Millais. Tras contactar con Rossetti, ambos se hicieron amigos. Sin embargo, a pesar de contar con su admiración, Sandys se mantuvo al margen del grupo.



Su primera ilustración independiente apareció en la revista Cornhill en 1860. En 1862 visitó Holanda y Bélgica. Tuvo una relación con Keomi Gray, modelo de Dante Gabriel Rossetti, 


Dibujante precoz, trabajó principalmente como ilustrador y retratista, aunque a finales de la década de 1850 y principios de 1860 también pintó en óleos.
Expuso con regularidad en la Real Academia desde 1851 hasta 1886, y en la Galería Grosvenor, en Londres, desde 1877. Se convirtió en miembro fundador de la Sociedad Internacional de Escultores, Pintores y Grabadores en 1898.



En la visión de la naturaleza​ de los prerrafaelitas influyeron la democratización de la ciencia y la gran expansión del interés por la historia natural a mediados del siglo XIX.

La visión prerrafaelita era óptica e investigadora. Al otorgar a los detalles naturales el mismo valor que al elemento figurativo principal subvertían la idea académica de una composición organizada jerárquicamente, en la que el fondo quedaba subordinado al foco de interés humano. 


Cada forma de la naturaleza era tratada con gran exactitud, de forma única y autónoma. Este detallismo en la representación pictórica motivó la comparación con el alcanzado por la fotografía y por el microscopio. Algunos críticos indicaron que una concentración de detalles tan excesiva creaba una sensación de hiperrealismo que iba más allá de las nociones aceptadas de realismo en el arte.





Su objetivo no era la ingenuidad, sino la autenticidad. Para ello la ciencia constituía una guía fiable. Pintar al aire libre en lugar de recurrir a la memoria era fundamental para liberar la mente de esquemas preestablecidos y de verificarlo todo a partir del motivo representado.



Un factor importante en la preferencia por la pintura al aire libre fue el deseo de captar el color tal como aparecía en la naturaleza. Esto los llevó a intentar distinguir entre colores «absolutos» (aquellos que poseen los objetos vistos por separado, sin influencia de ningún otro color) y «aparentes» (aquellos que se regulan entre ellos al ser vistos en conjunto).

En cuanto a los lugares representados en sus obras pictóricas, preferían zonas de la periferia de las ciudades, de fácil acceso en tren, siguiendo una especie de principio de proximidad.






Bibliografía: https://lienzos.blogspot.com/

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