viernes, 1 de febrero de 2019

"L'Air du soir"(El Aire de la tarde), obra de Henri-Edmond Cross

"L'Air du soir" (El Aire de la tarde), Henri-Edmond Cross (1856-1910), del año 1893 y con unas dimensiones de 164 x 116 cm. Actualmente se encuentra en Museé de Orsay en Paris _ Francia. 


Pintor puntillista francés, ingresó en el año 1878 en las Écoles Académiques de Dessin et d'Architecture de Lille, donde asistió al estudio del pintor Alphonse Colas. Se trasladó a París en 1881 y continuó su formación en el estudio de Émile Dupont-Zipcy.


Aquel año concurrió por primera vez al Salón y decidió cambiar su nombre por el de «Henri Cross», versión inglesa y reducida del original, para no ser confundido con el famoso pintor romántico, Eugène Delacroix; más tarde, en 1886, adoptaría finalmente el nombre de «Henri-Edmond Cross», para distinguirse del escultor francés Henri Cross.


En abril de 1893, Henri-Edmond Cross, instalado desde hacía dos años en el Sur de Francia, recibió una carta por la cual su amigo, el pintor Paul Signac, le propuso lo siguiente: "¿Por qué, ya que a ambos nos gusta y conocemos este país del sol, no intentamos erigirle un monumento decorativo?". Para Signac este monumento se convertiría en la época de la armonía que integró el ayuntamiento de Montreuil y para Cross será "El Aire de la tarde".


El pintor ha elegido representar un atardecer, cuando el calor y la luz se apaciguan. Todo en su obra traduce la plenitud del momento representado: la suavidad del sol poniente, la armoniosa composición en cuya se equilibran las horizontales y verticales, las figuras con poses suspendidas en el tiempo.


Si el pintor sigue fiel a la técnica neo-impresionista del punto, debe no obstante adaptarla al gran formato de su composición, por lo que utiliza una amplia pincelada rectangular que, creando un efecto de mosaico, intensifica el carácter decorativo del cuadro.


Las ambiciones decorativas de la obra, nuevas en el artista, como la disposición clásica de la composición en la que las figuras se integran perfectamente en un paisaje ideal.

Desde mediados de los años noventa Signac y Cross abandonaron los diminutos puntos de color por pinceladas más amplias y ordenadas, semejantes a teselas de mosaico. El así llamado «neoimpresionismo de segunda generación» tendría una importancia decisiva en la gestación del Fauvismo, fruto del paso de muchos de los futuros artistas fauves, como Matisse, Derain, Puy, Manguin, Camoin, Marquet y Valtat, por Saint-Clair y Saint-Tropez a comienzos del siglo XX.







Bibliografía: https://www.musee-orsay.fr

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