lunes, 26 de noviembre de 2018

Palacio Santoña

Construido en el siglo XVI, el Palacio de Santoña _ España, es un gran desconocido para gran parte de los habitantes y turistas de Madrid. Se encuentra en la esquina de las calles Huertas y Príncipe de la capital española.


Su aspecto exterior muestra trazas típicas de los palacios madrileños del siglo XVIII, con composiciones simétricas con perspectiva horizontal, combinando ladrillo con cantería, sobre todo en la portada principal labrada en granito.


Fue adquirido por los Duques de Santoña en el siglo XIX, que lo adaptaron a los gustos de la época, con una decoración exótica con influencias orientales, conservados hasta la actualidad. En 1933 el Palacio fue vendido a la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, su actual propietaria y de la cual es sede hasta la actualidad.

La escalera de honor

El primero de los ilustres habitantes que ha tenido el inmueble fue Muley Xeque, el príncipe heredero de Marruecos, que pasó aquí gran parte de su exilio a principios del siglo XVII. Con el pasar de los años, el Palacio se convertía en reflejo del devenir social.

Ángel protegiendo la virtud, obra de Carlo Nícoli.

El arquitecto del palacio Santoña fue José de Churriguera, pero tras su muerte en 1725, para la reforma del palacio recién adquirido se vio forzado a buscar un nuevo arquitecto. Resultó elegido Pedro de Ribera, continuador del estilo barroco de los Churriguera. Obra suya fue la portada de la calle Huertas, labrada en granito, ejemplo genuino del estilo de Ribera.


El sentido teatral y ornamentado de Churriguera, fue criticado por los puristas, pero se convirtió en un estilo popular, y se difundió por España, México y otras capitales latinoamericanas. Churrigueresco fue -en sus inicios- un término acuñado con sentido despectivo por los neoclacisistas, molestos por el desmembramiento formal, la profusión ornamental y la extravagancia académica de Churriguera, que llevó el dinamismo del barroco a sus extremos formales en España.

ángel renacentista escribiente y hojarasca de la
barandilla

Pedro de Ribera (1681-1742), fue discípulo de José Benito de Churriguera (creador del estilo churrigueresco). Siguiendo la estela de su maestro, llevó a su pleno desarrollo los principios del «Barroco exaltado», hasta el punto de ser considerado uno de los arquitectos más relevantes del Barroco final en España.

Salón de Baile

Supo introducir Ribera en su lenguaje arquitectónico novedosos elementos que singularizan su estilo. Entre ellos se pueden citar los baquetones en sección asimétrica y más salientes que los utilizados hasta su época, que enmarcan frecuentemente la puerta del edificio.

Detalle del Salón de Baile

Esta joya escondida en Las Letras, declarada Bien de Interés Cultural en 1995, pertenece a la Cámara de Comercio de Madrid, que lo alquila para eventos empresariales, premios y rodajes.


La escalera de honor es de los más espectacular. De tipo imperial, con tres tramos. Toda ella realizada en mármol de Carrara. La balaustrada y las esculturas que adornan la escalera pertenecen al artista italiano Carlo Nícoli. Las esculturas son copias de temas clásicos existentes en los museos italianos: la Diosa Fortuna (cuyo original se encuentra en los Museos Vaticanos), la Amazona (copia del Museo Capitolino de Roma) o Minerva (también de los Museos Vaticanos). 


Ya un diseño original del propio Nícoli es la escultura que preside la entrada a la planta noble y que se titula "El Ángel que defiende la virtud". Un león despierto, vigilante, nos recibe a la derecha. Su pareja en el otro lado es un león durmiente. Pequeños ángeles y escudos de los Duques adornan la balaustrada de mármol. 


El Salón Pompeyano, que fué decorada por el pintor catalán, Francisco Pla (destacó como decorador de teatros) con grutescos y rombos en los que representaba a personajes muy conocidos del arte o literatura italiana: Petrarca, Dante, Brunelleschi, Rafael o Miguel Ángel. Con cerámica de Capodimonte en medio. En el centro de esta pequeña, pero decoradísima sala, encontramos un velador de estilo imperio. Es muy del siglo XIX buscar una decoración recargada y, a la vez, de estilos eclécticos.



Hay que recordar también que todas las salas, excepto el comedor de gala, tienen ventanas al exterior y están muy bien iluminadas. Este salón presenta una forma alargada con cuatro balcones que dan a la calle Huertas. Hoy en día se le tiende a llamar Salón Oriental, sin especificar nacionalidad, porque en realidad hay mucha mezcla oriental en los motivos decorativos.

Techo representando Hermes y Afrodita en el Boudoir

Notable espacio de la ciudad, con enorme valor tanto por su arquitectura y las artes decorativas que pueblan sus interiores, como por la atmosfera y espíritu que dejaron sus ilustres moradores. El Palacio de Santoña constituye un trozo de la vida y de la historia de Madrid.





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Bibliografía : http://museomadrid.com







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