El Palacio Real de Mysore es, realmente, un edificio fruto de la reconstrucción del antiguo palacio, devastado por un incendio y su posterior ampliación. Se encuentra en Mysore, al sur de India. Es la residencia del maharaja de Mysore, la dinastía Wodeyar.
El arquitecto inglés Henry Irwin, diseñó el palacio en una mezcla de estilos arquitectónicos hindúes, musulmanes, góticos y de Rajput. Vista desde el exterior de su fachada principal, la estructura tiene tres pisos de granito gris (el anterior palacio, de madera, había sido destruido por un incendio en 1897), coronados en las esquinas por torres con cúpulas, de un tono rojizo ocre, unas y con un apagado resplandor dorado, otras.
Las obras de este palacio se iniciaron en 1887 y finalizaron 25 años después, aunque en 1940 el complejo se amplió hasta convertirse en lo que es hoy: uno de los recintos palaciegos más hermosos de la India.
Aunque la dinastía de los Wodyers gobernó Mysore casi ininterrumpidamente durante más de 500 años, el palacio sólo tiene un siglo de existencia y apenas disfrutó de 35 años de consideración como sede real: la creación de la Unión India en 1947 supuso el fin de las monarquías y las cortes de los Maharajas.
Con una gran belleza en el exterior, en su interior todavía es más espectacular. Se pueden contemplar estancias decoradas con exquisitas pinturas, suelos policromados o hechos con piedras semipreciosas, maravillosas vidrieras, puertas con delicadas incrustaciones o columnas de mármol.
En el exterior del palacio y por las calles de Mysore, se encuentra un cerrado y rectangular patio interior. Flanqueando la escalera de bajada al mismo encontramos las esculturas de dos leopardos de bronce, a los que podemos ver repartidos por los jardines exteriores.
En su momento fue la residencia oficial del marajá y su séquito, ahora se ha convertido en el emblema más destacado y mediático de la ciudad, gracias no solo a sus colosales dimensiones y a sus lujosas salas, sino también a su hermoso jardín y a la iluminación exterior, compuesta por cerca de cien mil bombillas que alumbran el palacio durante media hora todos los fines de semana y días festivos. Tras el Taj Mahal es el palacio más visitado de la India.
Los Wodeyar fueron mecenas de las artes y contribuyeron significativamente al crecimiento cultural de la ciudad, lo que llevó a que se conociera a Mysore como la Capital Cultural de Karnataka. Aunque en sánscrito significa Mahisha búfalo, aquí Mahisha refiere a Mahishasura, un demonio mitológico que podría asumir la forma de tanto humanos como de búfalo.
Según la mitología hindú, el área alrededor de Mysore era conocida como Mahishūru y estuvo gobernada por el demonio Mahiṣāsura. El demonio fue asesinado por la diosa Chamundeshwari, cuyo templo se erigió en las colinas Chamundi.
Después de la independencia de la India, la ciudad se mantuvo como parte del Estado de Mysore. Al entonces rey de Mysore, Jayachamarajendra Wodeyar, se le permitió conservar sus títulos y fue nombrado Rajapramukh del Estado. Con los años Mysore se ha distinguido por ser un centro turístico y la ciudad se ha mantenido en gran medida pacífica, a excepción de los ocasionales disturbios relacionados con el conflicto del agua del río Kaveri.
Singh, Sarina (2009). South India. Lonely Planet.
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