"La hora de la siesta", obra de José María Rodríguez-Acosta, fue realizada entre los años 1902 a 1904 y con unas dimensiones de 190 x 145 cm. Se encuentra en Museo de Bellas Artes de Granada _ España.
La hora de la siesta es una escena de corte costumbrista datada hacia 1903, que pertenece a la primera etapa del pintor, entonces muy influenciado por el magisterio de Emilio Sala. Como era habitual en artistas de formación académica para la elaboración de cuadros de un tamaño considerable, realiza numerosos bocetos de las figuras por separado y gracias a ellos sabemos que fue bastante fiel a la idea original.
Según los estudiosos se trata de un cuadro inacabado, ya que un lienzo de este tamaño solía firmarse y éste no lo está, puede ser que el artista no lo hubiera dado por finalizado, de ahí la pincelada casi impresionista, demasiado suelta y poco elaborada. Al colocar los rostros de los personajes sobre un fondo de naturaleza y alineados consigue unas figuras muy bien relacionadas entre sí.
Resulta llamativa la representación del perro que mirando al frente con la habitual curiosidad canina mantiene relación visual con el espectador, con ello el pintor consigue implicarlo en la escena. Esta obra nos sirve de documento de la sociedad de aquella época.
El cura es acogido en el jardín de una familia acomodada en la hora de la siesta, las dos sirvientas escuchan atentamente sus explicaciones, mientras que la joven dama, despreocupada de la visita, duerme plácidamente recostada en la higuera. La ausencia de algún hombre de la casa también parece ser significativa. Algunos autores han creído ver en todo ello un alegato intencionado del pintor contra la religiosidad.
Rodríguez-Acosta nació en el seno de una familia de banqueros, cuyo origen se remonta a la primera mitad del siglo XIX. No era ese, sin embargo, el camino que aquel joven iba a seguir. Excepción al ambiente que le rodeaba, convirtiéndose en el magnífico pintor que llegaría a ser.
Con su gran cultura artística y su limpio estilo, se inicia realizando paisajes granadinos y pintura costumbrista. Se ha dicho que no cesó de avanzar hasta su muerte. En el año 1899 se marchó a Madrid, donde se formó con el gran maestro Emilio Sala y se desarrolló su estilo entre el simbolismo y el modernismo.
José María Rodríguez-Acosta decidió construir su estudio de pintura en una ladera de la colina del Mauror en Granada. El artista abandona prácticamente los pinceles entre los años 1915 y 1930 para dedicarse a la planificación, construcción y decoración de su carmen granadino donde albergó su estudio de pintura, biblioteca y diversas colecciones de objetos artísticos. El lugar donde ahora descansa la fundación con su nombre.
Sus pensamientos, sus perspectivas, la imagen que quería que su obra proyectara hacia el exterior, hacia la propia ciudad. La edificación del emblemático espacio, que duró "alrededor de 20 años", la quiso plasmar el pintor granadino paso a paso, día a día, año tras año, con su cámara. El fruto de este trabajo refleja un "enorme valor histórico, patrimonial y hasta simbólico".
Como ilustrador destaca la carpeta de grabados que realizó para Sonetos del amor oscuro, obra inédita de Federico García Lorca, y su colaboración en la revista Litoral, en los números dedicados a la poesía árabe (1988-1989).
Comendador de la Orden de Alfonso XII, José M. Rodríguez-Acosta falleció en 1941, dejando tras él su obra, conservada en parte en numerosos museos, y el carmen que le sirvió de estudio, convertido hoy en la Fundación que lleva su nombre y con el que modificó radicalmente la arquitectura tradicionalista de Granada.
Bibliografía : http://www.fundacionrodriguezacosta.com
Tengo un cuadro de la hora de la siesta en cuanto lo puedo vender?
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