El teatro imperial, originalmente llamado Burgtheater, es el Teatro Nacional de Viena _ Austria, y uno de los más importantes teatros del mundo, fue inaugurado en el año 1741.
Situado frente al nuevo Ayuntamiento, fue construido por los arquitectos G. Semper y K. Hasenauer (los mismos arquitectos que diseñaron el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural), en el emplazamiento que ocupaba el antiguo Hofburgtheater.
El Teatro Imperial fue uno de los teatros más espléndidos de Europa y, después de La Comédie Française, es el teatro más antiguo. Además, fue uno de los primeros teatros europeos de habla alemana y el más grande entre ellos, convirtiéndose en el coliseo teatral favorito de la aristocracia durante el s.XIX, aunque se vería desplazado del primer plano por el Teatro de la Ópera del Estado de Viena.
Durante la II Guerra Mundial el Teatro Imperial resultó gravemente dañado, por lo que tuvo que ser restaurado, recuperando, especialmente en el interior, partes de su decoración original.
La fachada, que presenta un cuerpo central convexo, está decorada con los bustos de nueve grandes dramaturgos; a la derecha tres autores austriacos: Halm, Grillparzer y Hebbel; en el centro se encuentran Goethe, Lessing y Schiller; y a la izquierda están Molière, Shakespeare y Calderón de la Barca.
En el interior destacan las escaleras de honor (que se salvaron de los bombardeos), cuyo techo está decorado con frescos relativos a la historia del teatro; éstos fueron realizados en 1888 por el joven Gustav Klimt, su hermano Ernst Klimt y su amigo Franz von Matsch.
Actualmente, el Teatro Imperial, presenta obras de teatro hablado de poetas clásicos y modernos, piezas experimentales y lecturas, todas ellas en alemán.
El auditorio iba a ser demolido por lo que se encargó a Klimt y Franz Matsch la realización de unos lienzos en los que representase el interior del viejo coliseo teatral. Los artistas solicitaron demorar este encargo hasta finalizar la decoración de las escaleras, solicitud que les fue concedida.
Al ponerse manos a la obra tuvieron un arduo trabajo ya que en el contrato se especificaba que tenían que integrar en la composición a unos 250 personajes entre ellos los importantes de la Viena del momento. Recibieron dos abonos de butaca para la temporada y pudieron contemplar al público que acudía a las representaciones.
The Death of Romeo and Juliet by Gustav Klimt
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Klimt fue el encargado de pintar la sala y para ello realizó un buen número de bocetos y dibujos preparatorios, teniendo que acudir a su familia y amigos como modelos, aunque también recibió la visita de bellas mujeres de la ciudad que deseaban ser inmortalizadas en el cuadro. Entre las personas que retrató se encuentran Katherina Schratt -actriz habitual del teatro y amante del emperador Francisco José I-, el cirujano Theodor Billroth y el futuro alcalde Karl Lueger.
El resultado es una obra de gran calidad, en la que se nos muestra el patio de butacas del teatro. Una lámpara en el centro del techo y diversos focos distribuidos en la segunda fila de palcos arrojan una tenue iluminación a la escena, creando de manera perfecta la sensación atmosférica de un interior. Las figuras son extraordinarias, adecuadas a su nivel social, vestidas con sus mejores galas, presentadas en elegantes actitudes. La perspectiva conseguida por el maestro resulta destacable pero lo más original es el tratamiento de la escena ya que Klimt sitúa a los espectadores en el papel de actores, confundiendo la realidad con la apariencia. El resultado es una obra de gran calidad por la que Klimt recibió en 1890 el Premio del Emperador, dotado con 400 florines.
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