Situado en el antiguo Barrio Latino, sus jardines se vieron ampliados con los diferentes propietarios y alcanzaron su máxima extensión en 1792.
El Palacio del Luxemburgo alberga al Senado francés. Fue transformado en prisión cuando estalló la Revolución Francesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes lo utilizaron como cuartel y construyeron un búnker en el jardín.
La reina regente de Francia, María de Médici, gracias a la inmensa riqueza de su familia, dueña de un banco con sucursales en toda Europa, decidió ampliar el pequeño jardín del palacio comprando poco a poco los terrenos adyacentes entre 1614 y 1631.
María de Medicí había proyectado la creación de numerosas fuentes y estanques que no llegaron a ser construidos, excepto la actual fuente de María Médici, denominada entonces "Gruta del Luxemburgo". Es el único monumento que queda del jardín inicial, aunque no llegó a funcionar como fuente.
Envía a un arquitecto a Florencia para hacer el plan exacto de su antiguo palacio, luego cambia de parecer y contrata a Salomon de Brosse que le propone un proyecto muy ambicioso. Desde 1622 había empezado a decorar la galería principal con obras del pintor Peter Paul Rubens, siguiendo así la tradición familiar de mecenazgo de las artes. Estos cuadros se encuentran hoy en la sala Rubens del Museo del Louvre.
En 1627 cedió o vendió el Petit Luxembourg al cardenal de Richelieu. La reina no vivió muchos años en su palacio; en 1631 fue obligada a exiliarse por orden de su hijo, el rey Luis XIII, tras el Día de los Engañados. A su muerte en 1642, María de Médici dejó el palacio en herencia a su hijo favorito, Gastón de Orleans.
Desde el año 2000, el Museo del Luxemburgo se ha posicionado como uno de los principales centros de exposición parisinos, con muestras que abarcan todos los períodos del arte mundial, combinadas con producciones de reconocido valor cultural en el marco de una prestigiosa programación y catálogos cuidadosamente editados.
Actualmente, conforma un conjunto museístico y cultural junto con el Palacio y los Jardines. La renovación fue encargada a los arquitectos Shigeru Ban y de Jean de Gastines, los mismos que diseñaron el Centro Pompidou de Metz, y museos como el MOMA y el Guggenheim en Nueva York. Se destaca por la utilización de materiales sostenibles, como tubos de papel reciclado y estructuras temporales.
En su momento albergaron obras que hoy en día se encuentran en otros museos, como acabo de mencionar, los ochenta y cuatro lienzos de Rubens dedicados a la gloria de María de Médicis y cien cuadros pintados por artistas como Leonardo da Vinci, Rafael, Veronese, o Rembrandt que fueron trasladados al Louvre en 1818. Pero quiza la joya del Palacio puede ser su espectacular biblioteca, con una gran riqueza de manuscritos y gran cantidad de volúmenes de libros.
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