lunes, 11 de enero de 2016

Los dibujos de Francisco de Goya


En el conjunto de la producción de Goya (1746-1828), los dibujos de sus álbumes merecen un lugar destacado. En ellos pudo expresar con total libertad su peculiar visión del mundo, a modo de diario visual. Concebidos para ser contemplados en la intimidad, estos dibujos constituyen la obra más privada del pintor y la de contenido más directo, crítico y mordaz.

Los álbumes fueron desmembrados por Javier Goya en diferentes lotes, y a su muerte en 1854, vendidos por su hijo Mariano, momento en el que se inició su dispersión. Un nutrido grupo llegó al Museo del Prado, pero los demás se fueron repartiendo entre colecciones privadas y museos de todo el mundo. Los nueve pertenecientes a la Hispanic Society fueron adquiridos en 1913 a Raimundo de Madrazo por el propio Huntington durante su estancia en París.




A partir de su estancia en 1796 en Sanlúcar de Barrameda junto a la duquesa de Alba, Goya se convertirá en un dibujante infatigable, elaborando ocho álbumes de dibujos hasta su muerte en Burdeos. De variada condición material, los álbumes reflejan la evolución estilística de Goya, así como sus preo­cupaciones e intereses, observando la realidad o recreán­dola alegóricamente. La importancia de los dibujos en el conjunto de la producción artística de Goya es comparable a la de sus pinturas y estampas, tanto desde un punto de vista cuantitativo -los diseños conservados se aproximan al millar-, cuanto por su relevancia en la renovación formal y técnica del arte del dibujo a fines del siglo XVIII.


Aquellos Polbos, obra de Francisco de Goya, de 1799,
en Dallas Museum of Art


El primero de sus álbumes, conocido como de Sanlúcar o Álbum, fue rea­lizado en 1796 durante la estancia del pintor en la finca que la duquesa de ­Alba, recién enviudada, poseía junto a la desembocadura del Guadalquivir. El Museo del Prado conserva tres hojas de este álbum, con dibujos en ambas caras del papel, del que solo se conocen ocho hojas en total. El segundo es el denominado Álbum de Madrid o Álbum B, realizado entre 1796 y 1797, que inició durante su convalecencia en Cádiz y terminó a su regreso a la capital del reino


The Sleep of Reason, obra de Francisco de Goya de 1799
Museum of Fine Arts,Budapest



Si los primeros dibujos enlazan directamente con la sensualidad femenina del Álbum de Sanlúcar, pronto comienzan a aparecer las representaciones de inequívoco tono satírico, con leyendas incorporadas en su parte inferior. En estas obras está presente el carácter crítico que tendrá su máxima expresión en los Caprichos, publicados en 1799. Tanto las estampas de esta serie como gran parte de los dibujos del Álbum de Madrid, son ante todo una sátira concebida como medio para combatir los vicios de los hombres y los absurdos de la conducta humana.


Precise Folly, obra de Francisco de Goya de 1815
en el Museo Lázaro Galdiano


El lenguaje visual de los Álbumes está elaborado con un acentuado sentido pictórico. La línea es sustituida por los efectos de mancha que caracterizan la técnica de la aguada de tinta china, cuyo tono grisáceo adopta una mayor o menor intensidad dependiendo de la concentración de tinta. 


Quien lo creyera, por Francisco de Goya, de 1799
en National Gallery of Ats, Washington DC

El tono grisáceo adopta una mayor o menor intensidad dependiendo de la concentración de tinta. Se conocen ­cerca de un centenar de dibujos. Uno de los que más dispersión sufrió, también dibujado por ambas caras del papel, del que se conservan cinco hojas en el Museo del Prado.


El amor y la muerte, obra de Francisco de Goya, de 1799
National Gallery of Art, Washington DC

Constituye uno de los más bellos ejemplo del dibujo goyesco por la elegancia de la disposición de las figuras y el extraordinario dominio de la aguada. El genial pintor introduce en ellos una novedad técnica, el lápiz litográfico. Es probable fuese preparatorio para una series de estampas que tenía previsto realizar pero que no llegó a materializar. La temática es diversa, pero en general representan gentes en la calle, en actitudes muy variadas y casi siempre en situaciones anormales, en las que impera muy frecuentemente lo irracional.


Hasta la muerte, obra de Francisco de Goya, de 1799
en The Museum of Fine Arts, Houston 



                                                   
                                        













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