martes, 4 de julio de 2023

"La dama del abanico" obra de Alonso Sánchez Coello (1531-1588)


"La dama del abanico" obra de Alonso Sánchez Coello (1531-1588): Óleo sobre tabla fue realizado entre los años 1570 a 1573 y con unas dimensiones de 62,6 x 55 cm. Una obra no expuesta en el Museo del Prado en Madrid_ España.



Alonso Sánchez Coello, pintor nacido en Valencia pero formado en Portugal y Flandes, sirvió durante más de treinta años como retratista en la corte de Felipe II y, pese a los incendios del Alcázar de Madrid y del Palacio de El Pardo, en los que se destruyó gran parte de su obra, conservamos numerosos retratos de la familia real y de su entorno. De estos retratos la mayoría representan al rey, a sus mujeres y sobre todo a las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, por las que el monarca sentía una especial predilección.




No obstante, entre estas figuras regias también han llegado hasta nuestros días retratos de importantes personajes cuya identidad permanece en el anonimato. Es el caso del discutido Autorretrato, del retrato de Joven desconocida y de este fascinante retrato de La dama del abanico, que hoy presentamos aquí. Gracias a la indumentaria de la retratada, especialmente por el tipo de cuello de lechuguilla que sube hasta las orejas sin taparlas y está abierto por delante a la moda flamenca. La dama aparece representada siguiendo una de las fórmulas más habituales del retrato renacentista: de medio cuerpo, ligeramente girada hacia la izquierda y sobre un fondo neutro que realza su presencia con brillantez.




El retrato está resuelto con un pasmoso detallismo, aprendido por Sánchez Coello durante su estancia en Flandes. Destaca el delicado modelado del rostro, de la boca jugosa y de la nariz. Y sobre todo el extraordinario cuidado puesto por el autor en la captación de los ojos, cuyos iris azules reflejados con todos sus matices de color y brillo son, por sí mismos, una obra maestra de la pintura española. El riquísimo traje y el tocado, ambos cuajados de perlas, símbolo del estatus de la retratada, están también realizados con una precisión admirable. Y, junto a ellos, como atributo de la dama aparece el abanico que da nombre a la obra.



Una leyenda sitúa la aparición del abanico plegable en torno al siglo VII d. C., y atribuye su invención a un fabricante japonés que tuvo la idea al observar las alas de un murciélago. Corrobora esta leyenda el hecho de que los primeros abanicos plegables se denominaban "komori", palabra que en japonés significa murciélago.

En Europa, el abanico plegable aparece en el siglo XVI, probablemente a través de Portugal, país que en aquella época mantenía una intensa actividad comercial con Oriente. Así, en el viaje que Dª María de Portugal realiza a España en 1543 para casarse con Felipe II, se relaciona un "abanillo" que probablemente ya fuera plegable, constituyendo una de las primeras referencias de esta nueva modalidad de abanico.




En Flandes, donde estudió con Antonio Moro. En 1552 trabajó como pintor de la familia real en la capital portuguesa y en 1555 estaba de regreso en España, donde se convirtió en el retratista de la familia real y de su entorno más cercano, como la Infanta Juana y, a partir de 1559, de la corte de Felipe II.

​Era admirador de Tiziano, como él, experto en retratos y figuras sencillas, y de un detallismo propio de Velázquez.en sus obras la tradición prevaleciente en los gustos españoles de entonces, sino que combinó influencias de las escuelas manierista y romanista.


Bibliografía : ​https://cvc.cervantes.es
                     https://www.caecba.com

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