lunes, 23 de marzo de 2015

Un Jardín atípico en el Palacio de Wallenstein



Praga es una ciudad de historias asombrosas y de fascinantes leyendas. En cada esquina y ángulo que mires encuentras lugares de gran belleza que me tienen cautivada. Uno de estos lugares con encanto es El Palacio Wallenstein, que  está situado en de Mala Strana, Praga_ República Checa y, por lo tanto, fue el primer edificio no religioso construido en estilo barroco. Tanto el palacio como el complejo de jardines pertenecieron a Albrecht von Wallenstein.


Jardín del Palacio Wallenstein 


Los jardines mantienen el mismo diseño que en la época de su construcción, entre 1624 y 1630. Están presididos por un hermoso pabellón que recibe el nombre de Sala Terrena. Él construyó este complejo palacio a la altura de su fama, reputación y poder en un intento de rivalizar incluso con el Castillo de Praga. El arquitecto principal fue Andrea Spezza y luego, posteriormente, debido al fallecimiento de éste, fue Nicolo Sebregond.


Obra de Andrea Spezza


Casi todos los artistas que trabajaron en el palacio eran italianos. Tal vez el testimonio más distintivo del egocentrismo de Wallenstein es el fresco de sí mismo como Marte (el dios de la Guerra) que adorna el techo alto de dos pisos en la sala principal. Hoy en día, el palacio es la sede del Senado checo.


 La parte sur del Wallenstein


El palacio Wallenstein está conectado con la parte Sur del jardín a través de una sala terrena imponente, la cual se abre hacia el exterior con tres arcadas monumentales que sirven de espacio de transición. En el salón de gala encontramos un estilo decorativo muy elegante con arabescos, guirnaldas de flores y frutas, ángeles en estuco representando escenas mitológicas y frescos en los muros y en la bóveda. Al igual que en la gran sala de representación del palacio, el registro guerrero se expresa a través de la celebración de la gloria y las virtudes militares del Conde Wallenstein.


Monstruos grotescos en la pared 


En los ejes de la sala terrena encontramos un jardín regular, el cual se encuentra organizado a partir de diversas fuentes, decoradas con boj tallados, propios del arte topiario, y esculturas de bronce. Estas últimas son reproducciones de obras de Adrien de Vries, el mejor escultor en Bohemia de principios del siglo XVII (los bronces fueron de hecho robados por el ejército sueco al final de la Guerra de los treinta Años). Entre las esculturas encontraremos un hermoso caballo, escenas de combate de Hércules o combatientes anónimos y figuras mitológicas (Apolón, Venus y Adonis, Neptuno, Baco…). 


Muro de estalactitas artificiales


En completo contraste con la regularidad y la elegancia luminosa de esta parte del jardín, éste también cuenta con un extraño muro de estalactitas artificiales poseedor de un aspecto bastante inquietante. Máscaras haciendo muecas, serpientes, búhos, monstruos grotescos escondiéndose en el medio de las estalactitas, se prolongan hasta el otro lado de la sala terrena. Símbolo del declive y la ruina, del tiempo que pasa y de la decrepitud irreversible hacia la muerte, este tipo de gruta originaria de Italia es característica de la estética manierista.


Detalle de la serpiente 



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