jueves, 16 de septiembre de 2021

"La primera comunión" de Josep Llimona

El escultor español. Josep Llimona, (1864 -1934), fue el hermano del pintor Joan Llimona, también sus hijos María y Rafael serían aristas, dedicados respectivamente a la escultura y a la pintura. Josep Llimona inició su formación en el taller de Federico Trías y a los catorce años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de la Llotja de Barcelona, donde estudió pintura con Martí Alsina y escultura con los hermanos Valimitjana y con Nobas. 



El Ayuntamiento de Barcelona le concedió en 1880 la pensión Fortuny para ampliar su formación en Roma, ciudad en la que frecuentó el taller de Enric Serra, asistió a la academia Gigi y recibió el influjo de la escultura cuatrocentista (sobre todo de Donatello) más que propiamente la de la clásica, junto a ciertos ecos medievales.


La primera comunión del año 1897, se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña Pese a su carácter narrativo y a hallarse aún en la línea de la escultura ochocentista, estas obras corresponden a una etapa en la que Llimona sentía una atracción cada vez mayor por la llamada "modernidad". 

En efecto, ya desde el año 1891, con su cabeza femenina titulada Modestia, se dejaba traslucir en Llimona el interés por la estética modernista, quizás por influjo del escultor Miguel Blay Fábregas, pero seguramente también como resultado de los viajes realizados a París y por toda Europa desde ese año.



Tales viajes lo llevaron a ponerse en contacto, en los primeros años del siglo XX, con artistas que representaban la superación del detallismo y del amaneramiento ochocentista, como Auguste Rodin, Constantin Meunier o Paul Albert Bartholomé; asimismo, le llevaron a conocer y a seguir una línea de búsqueda en la escultura clásica griega de formas, de volúmenes y de un halo de serenidad que le permitió conectar con el ideario artístico de Aristide Maillol y Manolo Hugué.


En 1901, a raíz de la muerte de su mujer, el carácter introvertido que siempre le había caracterizado pareció intensificarse; junto a esa introversión entonces acrecentada, su catolicismo acentuó la preocupación por reflejar el dolor físico y moral, que trató en una serie de figuras femeninas, desnudos muchas de ellas, que se convirtieron en tema frecuente de su producción escultórica.



Respondiendo a un modernismo ecléctico y como fruto de la inspiración en el sentimiento épico de Rodin y en el realismo de las figuras de Meunier, Llimona realizó un monumento en honor al doctor Robert (1903-1910), obra de temática social, de carácter realista y al mismo tiempo plenamente idealista en su exaltación alegórica del trabajo, las artes y las letras del pueblo catalán.


No dejó de cultivar durante toda su vida la escultura de temática religiosa, como muestran los numerosos monumentos funerarios que realizó para familias aristocráticas o de la alta burguesía.

En 1931, Josep Llimona fue nombrado presidente de la Junta de Museos de Barcelona, cargo desde el que procuró alentar la renovación de la vida artística y cultural barcelonesa, habiéndose convertido ya él mismo en uno de los escultores modernistas más destacados e influyentes en la vida artística catalana del primer tercio del siglo XX. 

Su trayectoria incluía innumerables exposiciones en España y en Europa y había sido reconocida con galardones internacionales; por su estatua ecuestre de Ramón Berenguer el Grande recibió la medalla de oro de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, y Desconsuelo mereció el premio de honor de la Exposición Internacional de Bellas Artes (1907).









Bibliografía : https://www.biografiasyvidas.com

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