"Sacra Capilla del Salvador", es un templo construido bajo patrocinio de Francisco de los Cobos como panteón anexo a su palacio de Úbeda, Jaén _ España.
Esta capilla exenta, panteón de Francisco de los Cobos, secretario universal del Emperador Carlos V y su principal consejero en asuntos de la hacienda imperial, es una obra maestra de Diego de Siloé, en cuya planta sublima todo el simbolismo funerario que encierra la rotonda como evocación del Santo Sepulcro. El proyecto de Siloé lo ejecutó Andrés de Vandelvira a quien se debe enteramente la Sacristía. El resultado es una Iglesia que está a la altura de la mejor arquitectura italiana del Renacimiento.
La Capilla de El Salvador aparece hoy como una unidad aislada, pero fue concebida por Francisco de los Cobos dentro de una compleja operación urbanística que suponía la transformación de una manzana completa de la irregular y saturada retícula urbana.
En 1536 las obras fueron rematadas por Andrés de Vandelvira y Alonso Ruiz, los cuales debían de seguir en todo momento las instrucciones redactadas por Siloé, publicadas por Don Manuel Gómez Moreno.
La planta está formada por una nave con bóvedas tardogóticas con capillas acasetonadas y una capilla mayor en forma de rotonda con casetones flanqueda por dos bellas bóvedas, bajo la torre una, la otra da acceso a la sacristía. En última instancia, el círculo nos remite al Panteón de Roma y al Santo Sepulcro de Jerusalén, la nave, por su parte, responde a las exigencias del culto.
En El Salvador se han unido los anhelos de inmortalidad pretendidos por su mentor, don Francisco de los Cobos, con la calidad arquitectónica y escultórica propiciada por grandes artistas del Renacimiento: Diego de Siloé, Andrés de Vandelvira y Esteban Jamete. La iglesia fue consagrada en 1559.
Una inscripción en uno de los pilares de la nave así lo recuerda: “Consagró esta Sacra Iglesia, el Rvdmo. Don Diego Tavera, de buena memoria, obispo de Jaén. Domingo día 8 de octubre del año 1539. Presidiendo en la silla de San Pedro, Pío cuarto y Reinando en España Felipe II de este nombre”.
Don Francisco de los Cobos y su esposa, Dª. María de Mendoza, dotaron con un rico patrimonio mueble, aumentado con sus descendientes los Marqueses de Camarasa, a la Sacra Capilla. De aquel valioso tesoro poco ha llegado de los últimos herederos de los Camarasa. De la abundante orfebrería aún custodiada en la sacristía destacamos una cáliz de plata sobredorada tardogótico de finales del siglo XV que, según la tradición, fue regalado por el emperador Carlos V a Cobos.
De excelente colección pictórica atesorada por Cobos nada queda en la Capilla, pues incluso las piezas no destruidas en 1936 como la Piedad (siglo XVI), de Sebastián del Piombo, un Calvario (siglo XVI) y una Magdalena penitente se encuentran en la actualidad depositados en la Casa de Pilatos.
Para paliar estas importantes perdidas la Fundación Medinaceli ha colgado una réplica de la citada Piedad en una de las capillas de la nave. Sólo ciertos restos pudieron salvarse del famoso San Juanito.
El gran retablo del Altar Mayor, parcialmente destruido en 1936, representa -bajo un guardapolvo del XVIII-, la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor, tradicionalmente atribuida a Alonso de Berruguete; el conjunto fue restaurado por el escultor José Luis Vassallo.
La gran reja, que separa el espacio central o rotonda del resto de la nave, se asienta sobre los capiteles marmóreos del patio del palacio cercano de Cobos y es uno de los ejemplos más relevantes de la rejería española, atribuyéndose su ejecución a Francisco Martínez y Francisco de Villalpando; está fechada en 1555, año de consagración de este espléndido templo funerario.
En la Sacra Capilla del Salvador y quizás de forma particular en la definición de su planta, Diego de Siloé culmina un camino -iniciado en España junto a Pedro Machuca hacia 1520- de recuperación de la arquitectura de la Antigüedad y de sus significados simbólicos a través de la asimilación de los modelos del renacimiento italiano.
Una visión detenida y global del Salvador conlleva la impresión de estar ante un templo en el que sorprende la simetría en la ordenación del conjunto y una rigurosa proporcionalidad milimétrica,impresión que responde a una estudiada dimensionalidad humana, tema muy utilizado en al Renacimiento.El templo acumula obras de arte de grandísimo valor.
Estamos ante una iglesia invadida de una luminosidad diáfanal que invitan al visitante a representar mentalmente la ambientación originaria de lo que fue una culta y humanista iglesia del siglo XVI español.
Bibliografía :http://www.renacimientodelsur.com
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