"Manuela González Velázquez tocando el piano", obra de Zacarías González Velázquez, fue realizado en el año 1820 y con unas dimensiones de 62.2 x 82.2 cm. Se encuentra en el Museo Museo Lázaro Galdiano en Madrid _ España.
Pintor español. Fue pintor de cámara y académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, de la que llegó a ser director de pintura y director general. Comenzó su formación en el estudio de Mariano Salvador Maella y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando -dirigida por su padre, el pintor Antonio González Velázquez-, donde fue premiado en 1778 y 1781, respectivamente. Como decorador, destacan los trabajos que realizó al fresco en los reales sitios, en el palacio de El Pardo y en la Casa del Labrador de Aranjuez, con representaciones alegóricas y mitológicas.
Está retratada de medio cuerpo, luciendo un vestido a la moda imperio de talle alto y manga corta, collar y pendientes de perlas, con el cabello ensortijado, adornado por diademas y un vistoso tocado de flores, a modo de corona. La muchacha, que aparenta unos doce años de edad, vuelve su rostro sereno e inexpresivo al espectador, mientras ejecuta una pieza musical, sentada ante un piano, también de estilo imperio, sobra cuyo atril reposa el cuaderno de la partitura cerrado, en el que puede leerse la inscripción: "A. Señorita / Velazquez".
Sobre el frente del teclado están grabadas las iniciales "A.G.V." entrelazadas, con talla vegetal. Identificada la modelo durante muchos años con la propia hija de Zacarías, Ana María González Velázquez, con cuyas iniciales coinciden tanto la inscripción de la partitura como las tallas en el piano, recientemente Núñez Vernis apuntó su verdadera identidad, al afirmar que, en realidad, se trata de la niña Manolita González Velázquez, sobrina del artista, aportando así mismo detalladas noticias biográficas de la modelo.
Así, Manuela González Velázquez y Díaz era hija del arquitecto Isidro González Velázquez -hermano de Zacarías-, y de su segunda esposa, doña María Teresa Díaz Jiménez, calculándose su nacimiento en torno a 1810. Obra maestra absoluta de la producción retratística de Zacarías González Velázquez, el presente lienzo es ejemplo excelente de la absoluta asimilación por este maestro de las doctrinas más ortodoxas del academicismo clasicista importadas de Francia y que tan tímida repercusión tuvieron en la pintura española de los primeros años del siglo XIX.
Así, el retrato revela ciertamente todos los aspectos más característicos del estilo maduro del pintor, despojado ya de todo eco de cualquier afectación del decorativismo rococó: su ejecución precisa, el refinamiento extremo de su dibujo, el torneado de las carnaciones a base de suaves esfumaturas, la limpieza del silueteado del rostro, los grandes ojos almendrados y la boca y la nariz breves son rasgos que, comunes a otros retratos femeninos familiares, se repetirán con frecuencia en los modelos humanos del pintor.
Sus obras se enmarcan en la transición del barroco al neoclasicismo. Las más tempranas muestran un predominio del dibujo sobre el color, mientras que en sus pinturas finales el cromatismo se enriquece y adquiere mayor relevancia, al tiempo que muestra una inclinación preciosista en el tratamiento de las telas y los elementos secundarios, lo que se hace aún más patente en sus retratos.
Bibliografia: http://database.flg.es
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