jueves, 2 de marzo de 2017

El nacimiento de Venus, obra de Sandro Botticelli,

El nacimiento de Venus, obra de Sandro Botticelli, del año 1484 y con unas dimensiones de 278,5 x 172,5 cm.  Se conserva en la Galería de los Uffizi, Florencia _ Italia 

El Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de Botticelli. Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para decorar uno de sus palacios de ocio en el campo. El tema mitológico era habitual en estos emplazamientos campestres, surgiendo imágenes como la Primavera o Venus y Marte.


Venus es la diosa del amor y su nacimiento se debe a los genitales del dios Urano, cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar. El momento que presenta el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a la isla de Citera, empujada por el viento como describe Homero, quien sirvió de fuente literaria para la obra de Botticelli.


Venus aparece en el centro de la composición sobre una enorme concha; Simonetta Cattaneo (1453 -1476) llamada Simonetta Vespucci después de su matrimonio, fue una musa y modelo de los artistas del Renacimiento italiano. «La bella Simonetta», según algunas fuentes, en Porto Venere, el lugar de nacimiento de la diosa Venus (suponiendo que esta última versión, surgida debido a los tardíos "creadores de mitos", compara Simonetta a Venus).


Botticelli ha conseguido una figura magnífica aunque el modelado es algo duro, reforzando los contornos con una línea oscura, como si se tratara de una estatua clásica. De esta manera, el artista toma como referencia la Antigüedad a la hora de realizar sus trabajos. Los ropajes se pegan a los cuerpos, destacando todos y cada uno de los pliegues y los detalles. El resultado es sensacional pero las pinturas de Botticelli parecen algo frías e incluso primitivas.

El título de la obra no es, por lo tanto, exacto, ya que el cuadro no representa el momento del nacimiento de la diosa, sino que muestra la llegada de Venus, sobre una concha, a la playa de una de las islas que tradicionalmente se le dedican, como Chipre, Pafos o Citerea. La diosa es empujada por el soplo de los dioses alados, entre una lluvia de flores.


La figura blanquecina se acompaña de Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa de la brisa, enlazados ambos personajes en un estrecho abrazo. En la zona terrestre encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en concreto de la primavera, ya que lleva su manto decorado con motivos florales.


La composición de este cuadro, a simple vista, es piramidal, los tres elementos del primer plano están dispuestos de tal forma que entre ellos se genera un triángulo visual (Alberti fundará esta definición:el cuadro es una intersección plana de la pirámide visua, los elementos de los extremos, generan una tensión hacia el punto central de la composición que también es el centro del espacio.


Observando cada elemento, es de notar que cada forma individual está dotada de un dinamismo orgánico, donde la curva es el movimiento principal. Las formas contorneadas de los cuerpos en contraposto, los cabellos ondeantes, y el gran concierto de caprichosos pliegues indican la presencia constante del viento circundante.


El fondo, ya separado por la línea, insinúa una ligera perspectiva, tanto por la presencia de las olas del mar que se van reduciendo en tamaño, una línea en forma de “v” y mimetizando con el cielo, y también notar como la tierra, hacia el lado izquierdo del cuadro, va disminuyendo en tamaño y agrisándose hacia atrás.


Todo este recorrido visual está acompañado del desprendimiento, a manera de lluvia de las rosas, que caen a manera de pluma.
La sensación espacial de profundidad se logra a través de la línea, además de la división del espacio matemáticamente.


Sobre el color, el tono general es policromático, es notable que el fondo goza de colores fríos y en primer plano, los colores cálidos y dorados, dándose un contraste por temperatura (frío y cálido) que a la vista se sienten armónicos y equilibrados.
En esencia el cuadro es una imagen mística que atrapa y nos deja en un estado de contemplación.


El movimiento ondeante y elocuente de los cabellos dorados de Venus, de las telas, gazas y demás ornamentos, responden a la necesidad y afán del pintor por perennizar el momento (como una fotografía instantánea) de la manera más fidedigna tal y como aparece en el poema de referencia. Responde también a una norma que León B. Alberti menciona en uno de sus postulados: “Debe de dotar de movimiento los accesorios sólo allí donde el propio viento pueda originarlo realmente”; según Warburg, el tratamiento agitado de los elementos ornamentales se pueden catalogar como una influencia de la Antigüedad.


Botticelli, lleno de conciencia neo-platonista, será el precursor de estas obras que irrumpen los espacios de palacios y casas de funcionarios y burgueses ilustrados, en una época de re-descubrimientos de textos griegos pertenecientes a poetas, filósofos y científicos de la edad Antigua Edad Clásica.


Boteticelli se convirtió en el máximo intérprete del neoplatonismo de la época, con su fusión de temas cristianos y paganos y su elevación del esteticismo como un elemento trascendental en el arte. Para dar forma a esta nueva visión del mundo, Botticelli opta por la gracia; esto es, la elegancia intelectual y exquisita representación de los sentimientos. 

Centrándose principalmente en la poesía y la filosofía de los humanistas contemporáneos del artista. Las obras no ilustran un texto en particular; más bien, cada una de ellas se basa en varios textos para su significado. Sobre su belleza, caracterizada por Vasari como ejemplificadora de la «gracia» y por John Ruskin como poseedora de ritmo lineal, no puede haber dudas. Ruskin (1890) considera que Botticelli es un claro exponente del romanticismo cristiano.

Por muchas explicaciones que intentemos dar sobre sus obras, nos quedamos cortos y casi sin palabras y con el nudo en la garganta al contemplar sus cuadros. Automáticamente al estar frente a la obra, el cuadro tiene tanta fuerza que te atrae y te abduce para el resto de tu vida. 




Bibliografía
E. Panofsky - La Perspectiva como Forma Simbólica.
Warburg - El Nacimiento del Paganismo










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