lunes, 27 de junio de 2016

Salón de Coraceros en el palacios del Quirinal


El Palacio del Quirinal se encuentra en lo alto de la colina homónima en Roma _ Italia. Tiene una superficie de 110.500 m² y es el sexto palacio más grande del mundo en superficie. A modo de comparación, su inmediato predecesor en esa lista de los mayores palacios, el Palacio Real de Madrid.

Gian Lorenzo Bernini, bajo el papado de Alejandro VII, proyectó la construcción de la Manica Lunga (Manga larga), realizando el primer diseño entre 1657 y 1659; el edificio fue continuado entre 1722 y 1724 por Alessandro Speechi bajo el papado de Inocencio XIII y lo terminó Ferdinando Fuga entre 1730 y 1732 en el papado de Clemente XII. 


Nos encontramos en el salón más grande y más solemne del palacio, sede de muchas importantes ceremonias y audiencias del Jefe del Estado. El salón sigue manteniendo un aspecto similar al que debió tener al ser construido a principios del siglo XVII. Son de aquella época el majestuoso artesonado y el pavimento de mármoles multicolores que hacen de espejo a su dibujo geométrico.


También son del siglo XVII las puertas de mármol y la monumental puerta doble de acceso a la Capilla Paulina. La gran luneta de mármol donde está representado el Lavado de los pies, obra de Taddeo Landini, fue esculpida en 1578 para la Basílica de San Pedro y fue sucesivamente trasladada al Quirinal en 1616.

El friso pintado en la parte superior de las paredes, también es de 1616 y pertenece a  un grupo de pintores que trabajaron bajo la dirección de Agostino Tassi, Giovanni Lanfranco y Carlo Saraceni. 

Acorde con la función de este salón, en el que el papa recibía a soberanos y embajadores, en el friso se ven representadas ocho misiones diplomáticas llegadas a Roma desde países lejanos durante el pontificado de Pablo V Borghese. Especialmente conocida y estudiada es la imagen del japonés Hasekura Tsunenenaga, que fue recibido por el papa en el Quirinal pocos meses antes de que se realizaran los frescos.


A principios del siglo XX el salón sufrió un periodo de decadencia: primero se proyectó utilizarlo como pista de patinaje y en 1912 fue transformado en cancha cubierta de tenis. La decoración de tapices del siglo XVIII que cubre las paredes procede de dos series distintas: la primera, francesa, está dedicada a la Historia de Psique, mientras que la otra, en parte francesa y en parte napolitana, ilustra los avatares de Don Quijote.







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