lunes, 15 de febrero de 2016

El Palacio de Catalina en Pushkin


El Palacio de Catalina se encuentra en la ciudad de Pushkin en los alrededores de San Petersburgo. Se llama también Tsarskoe Selo y se traduce como "El pueblo del zar". El palacio fue construido en el siglo XVIII para la esposa de Pedro el Grande.


Después de la muerte de su hija la Emperatriz Isabel reconstruye el palacio según a su gusto en el estilo barroco ruso. El exterior destaca por su impresionante fachada de 306 metros de longitud; el patio de color turquesa, los tejados en plata y los capiteles y frisos en dorado.


La residencia tiene su origen en el año 1717, cuando Catalina I de Rusia contrató al arquitecto alemán - ya que, por cierto, ella era de Alemania - Johann-Friedrich Braunstein para construirle un palacio de verano. La ampliación del palacio duró 4 años.

En 1756 el arquitecto Francesco Bartolomeo Rastrelli le presento el palacio de 325 metros de longitud de la fachada a la Emperatriz Isabel.




Aunque el palacio se asocia popularmente con Catalina la Grande, realmente ella consideró su arquitectura de «nata batida» como anticuada. Cuando ascendió al trono, una serie de estatuas del parque fueron cubiertas con oro, de acuerdo con el último deseo de la emperatriz Isabel, pero la nueva emperatriz hizo que todas las obras se suspendieran al ser informada de los costes.



En sus memorias censuró la imprudente extravagancia de su predecesora: «El palacio se estaba construyendo entonces, pero era la obra de Penélope: lo que se hacía hoy, se destruía mañana. Esa casa que había sido demolida seis veces hasta sus cimientos, luego vuelta a construir hasta que alcanzó su estado actual. Se gastó en la construcción la suma de un millón seiscientos mil rublos. Existen cuentas que lo prueban; pero aparte de esta suma, la emperatriz gastó mucho dinero de su propio bolsillo en él, sin contarlo nunca».


El Salón Dorado o Salón del Trono, llamada en el siglo XVIII Galería Ligera, es una estancia formal dentro del palacio en el estilo barroco ruso diseñado por Bartolomeo Rastrelli entre 1752 y 1756. El Salón del Trono estaba pensado para albergar las recepciones más importantes como bailes, cenas de gala y mascaradas. El salón estaba pintado en dos colores y tiene una superficie aproximada de 1000 m2.


Ocupa toda la anchura del palacio, las ventanas en el lado oriental que dan al parque mientras que las ventanas del lado occidental miran a la plaza del palacio. Por la tarde se encienden 696 bombillas sobre 12-15 candelabros ubicados cerca de los espejos. Las tallas y las ornamentaciones escultóricas y doradas del salón fueron creados según esbozos de Rastrelli y modelos de Johann Franz Dunker.


No es sorprendente que la Sala de Ambar del Palacio de Catalina sea considerada la Octava Maravilla del Mundo - imaginense la habitacion completa, cubierta de paneles de ambar, brillantes y reflejando la luz del sol. El rey aleman Friedrich Wilhelm I de Prusia obsequió la habitacion como un regalo diplomatico al zar Pedro el Grande, en 1717, despues de que Pedro el Grande la hubiese admirado siendo huesped en Charlottenburg, Berlin.


La decoración de los interiores pasmaba por su magnificencia: las puertas lucían sutil veteado dorado, la enfilada de habitaciones daba sensación de estar adornada con encajes brillantes.

Entre las estancias del palacio destaca el gran Salón Dorado o Salón del Trono que es obra de Rastrelli. La visita a este salón puede abrumar al mas escéptico por la profusión de dorados que están presentes en cada minúsculo detalle de esta estancia, y que se multiplican hasta el infinito por la multitud de espejos.


En el techo podemos ver el fabuloso plafon de Giuseppe Valeriani "El triunfo de Rusia" de 1755. Otras estancias son: las Anticamaras, el comedor de caballeros, el comedor de cazadores, el salon de pilastras rojas de cristal, la Pinacoteca, el comedor verde de Cámeron, y de época mas tardía el despacho de Alejandro I y la escalera principal.


Uno de mis sueños es pasear por las avenidas sombreadas entre los pequeños y bonitos pabellones del Parque de Catalina, es ideal para quién busca tranquilidad y paz de espíritu. Un rasgo interesante del Parque es que consiste en dos partes, cada una con su propio estilo: el Parque Francés (arquitectónico) distinguido por el diseño geométrico de sus anchos paseos y el Parque Inglés que se caracteriza por un decorativismo que imita la naturaleza.




Bibliografía: www.petersburgo.info


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