lunes, 21 de noviembre de 2016

La fotógrafa Karen Knorr

Karen Knorr nació en Frankfurt del Meno en el año 1960_ Alemania, pero se crió en San Juan de Puerto Rico, se educó en París y Londres y desde 1970 vivie y trabaja  en Inglaterra.

Estudió en la Universidad de Westminster  en la década de 1970. Actualmente es profesora de fotografía en la Universidad de las Artes Creativas en Farnham, Surrey.


Desde la década de 1980 en adelante su trabajo se ha comprometido cada vez más con el examen de las cuestiones de poder que subyacen en el patrimonio cultural. Este es el tema principal de su trabajo pero que se encuentra sutilmente bajo la riqueza visual y la inventiva de sus imágenes.



Sus fotografías satisfacen muchos de los requisitos de la fotografía tradicional al abordar el aspecto superficial de una especie o lugar, pero luego se trasladan a un espacio paradójico donde comienzan a cuestionar los supuestos claros de contenido de la imagen.


Karen Knorr celebra la rica cultura visual, los mitos fundacionales y las historias del norte de India, centrándose en Rajasthan y el uso de sitios sagrados y seculares para considerar la casta, la feminidad y su relación con el mundo animal. Al igual que los primeros fotógrafos pioneros encontraron en la India una gran cantidad de materia exótica, Knorr celebra la riqueza visual que se encuentra en los mitos e historias del norte de la India, para resaltar la casta, la feminidad y su relación con el mundo animal.


En India Song, su obra más reciente, los interiores son meticulosamente fotografiados con una cámara analógica de gran formato, y los animales vivos lo son en digital de alta resolución y se mezclan posteriormente en su ordenador, obteniendo imágenes originales y sorprendentes que reinventan el Panchatantra en el siglo XXI y que desdibujan los límites entre la realidad y la ilusión.


Animales fotografiados en los santuarios, parques zoológicos y ciudades que habitan palacios, mausoleos, templos, museos y lugares sagrados son el lugar elegido por esta fotógrafa y que derrocha arte e imaginación en cada de una de sus obras.


Un trabajo poético y misterioso que no nos permite sustraernos a la belleza de cada imagen, a la elegancia del lugar que compite con la del animal, ave o mamífero que ni siquiera nos mira, alejado de nosotros y del lugar en que se halla, prescindiendo del humano como lo hace en su entorno natural; lógico por otra parte si atendemos a la fórmula de creación de la autora.


De la misma forma que Karen Knorr mezcla pasado y presente en sus imágenes lo hace en su manera de trabajar; interiores fotografiados, donde inserta, ilumina, satura, hasta alcanzar el resultado deseado. Crítica y lúdica establece un diálogo entre las diferentes culturas, una investigación de la posición de la mujer en ellas, mezclando así arte conceptual, cultura visual y feminismo en cada una de sus creaciones.










jueves, 17 de noviembre de 2016

La noche estrellada, obra de Vincent van Gogh


La noche estrellada, obra maestra del pintor Vincent van Gogh, del año 1889, con unas dimensiones de 73,3 x 92,2 cm. Desde 1941 forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) _ Estados Unidos

En 25 de octubre de 1888 escribía a su hermano Theo,



Autorretrato de Vincent Van Gogh
en Metropolitan Museum of Art  

“Y no puedo hacer nada, ante el hecho de que mis cuadros no se vendan. Llegará un día, sin embargo, en que se verá que esto vale más que el precio que nos cuestan la pintura y mi subsistencia, de hecho, muy pobre.” 


La noche estrellada es uno de los muchos cuadros que Van Gogh vislumbró desde la ventana de la clínica de Saint-Rémy, donde se encontraba internado en 1889, victima de una profunda crisis depresiva.

“Y provisionalmente deseo quedar internado; tanto para mi propia tranquilidad, como para la de los demás”. (21 de abril de 1889).


Una real, que se corresponde con el paisaje ondulado de los montes Les Alpilles, y de la situación de los astros en el cielo, donde quedan perfectamente reflejados la constelación de Aries, la Luna y Venus.

Y otra imaginaría que se corresponde con el pueblo sobre el lugar donde realmente solo existen algunas casas de campo aisladas. La aldea, por tanto, se inventa parcialmente, y la torre de la iglesia evoca la patria de Van Gogh, los Países Bajos. Los olivos, son igualmente fruto de su imaginación y la memoria.


Previamente a la pintura realizó un dibujo en tinta, que actualmente se encuentra en el Museo de arquitectura de Moscú. Incorpora dos elementos reales, pero desplazados de lugar, que juegan un papel importante en la interpretación del cuadro:

 los cipreses, árboles que rodeaban el monasterio y, que él podía ver lateralmente desde su habitación en una planta alta,y en primer plano, con una perspectiva similar a la que aparece en el cuadro.

-y la iglesia que, según Boime, se trata de Saint Martín, situada al Norte del hospital, y no al Este como lo pinta Van Gogh.


“Los cipreses me preocupan siempre…..en cuanto a líneas y proporciones, es bello como un obelisco egipcio…es la mancha negra en un paisaje…..pero es una de las notas negras más interesantes, de las más difíciles de captar ….” (25 de junio de 1889).


Estos cipreses rompen la división entre lo celeste y lo terrenal. El gran ciprés del primer plano se convierte por tanto en el elemento unificador entre el cielo y la tierra.


La obra fue pintada durante el día, de memoria. Van Gogh pinta al fondo en color azul y esto da una sensación de quietud y silencio en la tierra. el análisis del mensaje que se desprende de sus pinturas es positivo y alegre.

Los Ciprese,1889, obra de Vincent Van Gogk
 en Metropolitan Museum Of Art 

Durante su breve dedicación artística, Van Gogh consiguió el dominio técnico y una productividad que pocos artistas han conseguido. En sus obras consiguió fusionar las cualidades de sus predecesores neerlandeses, como la devoción a la naturaleza, con el uso del color y la técnica de la pintura francesa.





lunes, 14 de noviembre de 2016

El Museo de Inmigración en la Isla Ellis

Isla Ellis es un pequeño islote situado en el puerto de Nueva York, en la zona superior de la bahía próxima a Nueva Jersey_ Estados Unidos 
Ellis ha tenido tantas denominaciones como funciones diversas a lo largo de su historia. Durante la Primera Guerra Mundial el flujo de entrada de población disminuyó notablemente. Es en este momento, además, que el recinto es utilizado a la vez como lugar de reclusión de aquellos extranjeros considerados como enemigos o sospechosos.


Un edificio de estilo beaux arts, que  era la puerta de entrada hacia la llamada “Tierra de las Oportunidades”. Actualmente es el Museo de la Inmigración, entre los años 1892 y 1954 funcionaría como centro de procesamiento y admisión (o no) de inmigrantes más importante de su época. Doce millones de hombres, mujeres y niños cruzaron sus puertas, huyendo de la pobreza y la persecución en sus países de origen y en búsqueda de una vida más próspera.


Las exposiciones de este particular museo incluyen equipaje, fotos y artefactos que con la ayuda de la audioguía y el material audiovisual ayudan al visitante a sumergirse en la experiencia. Sus exhibiciones realizan un recorrido por la inmigración (europea en su mayoría) a los Estados Unidos.


Resaltando las causas históricas de estas oleadas migratorias y hablando de otros aspectos como el proceso que debían seguir los inmigrantes que arribaban aquí, el recibimiento una vez cruzadas las puertas y lo que les esperaba en su nueva vida al otro lado del océano.


Las estancias restauradas de el museo muestran cómo era la ajetreada vida de este punto fronterizo en pleno apogeo del éxodo europeo, salas de espera, de documentación, de revisiones médicas, habitaciones de confinamiento, ala hospitalaria e incluso las dos puertas, a ambos lados de la sala que significaban la admisión en América o la deportación.


Mirando las fotografías que se encuentran en la segunda planta, no dejo de pensar que se ha cambiado poco o nada en las formas y en las actitudes. Son las mismas miradas, los mismos niños y mujeres que podemos ver actualmente en cualquier lado del mundo que desgraciadamente tienen un conflicto en su país de origen.


Aproximadamente doce millones de personas llegaron a EEUU, como acabo de mencionar, por este que fue el mayor centro de inmigración del país. A un severo examen médico y un riguroso interrogatorio eran sometidos los inmigrantes que en su mayoría procedían de las clases más bajas europeas. Después de pasar por hospital militar y centro de detención de enemigos extranjeros, la estación de inmigración cerró las puertas en 1954.


Actualmente el centro de inmigración de Ellis Island, cuenta con más de treinta galerías independientes y dos teatros. Más de dos mil objetos que incluyen pasaportes, joyería, herramientas, artículos religiosos y vestimentas, se exhiben en el museo. 


Para alejar los inconvenientes de la inmigración en la ciudad de Nueva York, se pensó en construir una serie de nuevos edificios en alguna de las islas situadas frente a Nueva York y a Jersey City. Esta isla era conocida por los indios como Kioshk, “Isla de Gaviotas”, luego fue llamada Isla de las Ostras Pequeñas por los holandeses. Los corsarios que ejecutaron supuestos delincuentes en la isla hacia 1760, la llamaron Gibbet Island, Isla de la Horca o del Patíbulo.


En cualquier caso da igual como se llamase, las fotografías hablaban por si solas. El hombre actualmente trata mucho peor a sus semejantes mientras más avanzamos en este siglo XXl. Os dejo mas fotografías, ya que me sobran las palabras para explicar como me sentía allí al ver unos rostros que con sus miradas. A través del tiempo te decían de todo.


Algunas fotografías eran de grandes tamaños, y así entrabas en este ambiente que vivían. Hoy cien millones de norteamericanos descienden de los que ingresaron al país por la Isla Ellis. 



Para la mayoría de ellos fue suelo de esperanza y realizaciones, entre ellos ingresaron Misha Auer, Frank Capra, Charlie Chan, Claudette Colbert, Ronald Colman, Xavier Cugat, Jimmy Durante, Bob Hope, Bela Lugosi, Edgard G. Robinson, Igor Sikorsky, Eric Von Stronheim y Johnny Weissmuller. Para el medio millón que llegó y fue deportado a las puertas de su anhelo fue tierra de lágrimas y tristeza. 










jueves, 10 de noviembre de 2016

"Jarrón de girasoles", obra de Claude Oscar Monet



"Jarrón de girasoles", obra de Claude Oscar Monet del año 1880 con unas dimensiones de 101 x 81cm. Se encuentra en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York _ Estados Unidos.


Mirando los cuadros de las salas espectaculares del arte europeo del Metropolitan me encontré con este cuadro, desde lejos me decía: "es imposible que este cuadro se encuentre en el museo, tendría que estar en museo de Arte de Filadelfia", pero al acercarme al cuadro me di cuenta de que pertenecía nada más y nada menos que al gran Monet.


Lo primero que podemos pensar al ver el cuadro es que la obra pertenece a Vincent Van Gogh pero nada más lejos de la realidad, al indagar llego a la conclusión de que para empezar Monet pintó este cuadro 8 años antes de que lo hiciera el pintor holandés. De hecho, es probable que se inspirara en este cuadro a la hora de realizar sus famosos girasoles.


La primavera de 1880 será muy fructífera para Monet. Su situación económica parecía salir a flote con la venta de algunos cuadros y decidió exponer en el Salón de ese año, enviando dos trabajos aunque uno fue rechazado. No sólo realizó paisajes tomados a "plein-air" -véase Mujer sentada bajo los sauces o Lavacourt- sino que también se interesó por composiciones protagonizadas por flores, especialmente girasoles que causaron años después una grata impresión a Van Gogh. 

Jarrón con doce girasoles del año 1889, obra de Van Gogh
en Museo de Arte de Filadelfia _ Estados unidos  

Como es habitual en su estilo, las flores no están reproducidas con exactitud, recortándose sobre el fondo azul-violáceo. Emplea colores complementarios -amarillo y violeta; azul y naranja; verde y rojo- siguiendo las teorías de Delacroix que los impresionistas hicieron suyas y trabaja con una pincelada rápida y empastada, utilizando los trazos de manera expresiva para obtener un resultado difícilmente superable.

Dos girasoles, obra de Van Gogh
 en Metropoltan Museum of Art de Nueva York

Pero para Van Gogh el amarillo tenía un especial simbolismo, era el color que representaba su mundo interior, hecho que se demuestra porque mandó pintar de ese color su casa en Arlés, donde por primera vez tenía algo propio, un espacio personal, que pensaba convertir en una comunidad de artistas dedicados únicamente a la creación artística. El amarillo es para el artista la vida, el calor, la luz, al ser el color del sol; como él mismo expresó en una carta a su hermano. De allí la importancia de los girasoles de Vincent, aunque se inspirara en la obra de Monet, sus serie de girasoles, es y será unico y de su firma para siempre.