martes, 10 de septiembre de 2024

El desaparecido" El Castillo de San Felipe"

Situado en la orilla sur de la bocana del puerto de Mahón,en Islas Baleares _ Españ. El Castillo de San Felipe se levantó a mediados del siglo XVI, siguiendo la traza del ingeniero italiano Juan Bautista Calvi. Durante las sucesivas dominaciones británicas el castillo fue ampliándose hasta que, en 1782, tras el asedio español se consiguió la rendición y España recuperó la soberanía por el Tratado de Amiens, ordenando Carlos III la demolición del Castillo.




Una fortaleza histórica fue construido en el siglo XVI por orden de Felipe II como defensa ante los ataques de piratas y las incursiones de potencias enemigas, especialmente los turcos y los franceses. Su ubicación estratégica era clave para controlar el acceso al puerto, uno de los más grandes y seguros del Mediterráneo.





Durante el siglo XVIII, el castillo sufrió varias modificaciones debido a los diferentes conflictos bélicos, como la Guerra de Sucesión Española, en la que Menorca fue ocupada por los británicos. Los británicos ampliaron la fortaleza y la convirtieron en un punto militar clave en sus luchas con Francia y España por el control del Mediterráneo. 





Sin embargo, después de la segunda ocupación española, en 1782, se ordenó su demolición parcial para evitar que cayera en manos enemigas de nuevo, aunque algunas partes quedaron intactas. Hoy en día, se pueden visitar las ruinas del castillo, incluyendo túneles y galerías subterráneas, que ofrecen una interesante visión de la historia militar de la isla. Es un sitio popular entre los turistas que visitan Menorca y tiene un gran valor tanto histórico como cultural.





La orden de destruir el Castillo de San Felipe fue dada por el rey Carlos III de España, en 1782, tras la recuperación de Menorca por parte de las fuerzas españolas. Después de la Guerra Anglo-Española (1779-1783), Menorca, que había estado en manos británicas desde 1763, fue recuperada por España gracias al **Tratado de París**. Carlos III decidió la demolición del castillo para evitar que una potencia extranjera, especialmente los británicos, pudiera volver a utilizarlo como base militar. El castillo había sido un punto clave durante las ocupaciones británicas y su existencia representaba una amenaza si la isla volvía a caer en manos extranjeras. Así, en lugar de permitir que el castillo sirviera como un recurso militar para futuros invasores, se optó por su destrucción parcial.






En tiempos de **Isabel II**, en el siglo XIX, se llevaron a cabo algunos trabajos adicionales relacionados con el castillo. Durante su reinado (1833-1868), Isabel II autorizó la construcción de nuevas defensas y fortificaciones en el puerto de Mahón, lo que incluyó algunas intervenciones en lo que quedaba del Castillo de San Felipe. Aunque no fue ella quien ordenó la demolición original, su gobierno sí tuvo un impacto en la infraestructura militar de la zona, como parte de los esfuerzos por reforzar la defensa de la isla en el contexto de los conflictos del siglo XIX. Entonces, si bien Isabel II estuvo involucrada en temas defensivos en Menorca, la demolición principal del castillo fue efectuada bajo **Carlos III** en 1782.








Lo impresionante de esta visita se encuentra bajo tierra: varios niveles de galerías subterráneas realizadas por españoles e ingleses en sus distintas ocupaciones.
El castillo supone para Menorca algo más que una antigua fortificación: es el testigo de casi dos siglos y medio de agitada historia. El visitante contemplará el verdadero esfuerzo humano realizado en los siglos XVI, XVII y XVIII, un extenso laberinto de galerías subterráneas donde estuvieron tres mil ingleses, soldados y civiles, bajo tierra durante seis meses, en la conquista española de 1782.
San Felipe, desde la orilla sur del puerto de Mahón, cierra esta amplia ensenada, eslabón estratégico de las comunicaciones españolas con Italia durante los siglos XVI y XVII, y más tarde arsenal naval británico de apoyo a Gibraltar.





Se extiende aproximadamente por unos **4 kilómetros**. Aunque no todos los túneles están accesibles al público debido a su estado de conservación y seguridad, una parte significativa de ellos se puede visitar hoy en día. Estos túneles fueron excavados en la roca y su longitud y complejidad reflejan la importancia estratégica de la fortaleza. Algunos recorridos guiados permiten explorar los más relevantes, proporcionando una idea clara de la magnitud y sofisticación del sistema subterráneo que sirvió para proteger y abastecer la fortificación durante los asedios.







Bibliografía : El Poder del Arte 


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