Villa Chigi en Roma

La Villa Chigi, ubicada en Roma, es conocida por su rica historia y magnífica decoración. fue diseñada por el arquitecto italiano Gian Lorenzo Bernini y se construyó entre 1652 y 1656 para el cardenal Flavio Chigi, sobrino del Papa Alejandro VII. La decoración de la villa presenta elementos artísticos y arquitectónicos significativos.

La villa es un ejemplo destacado de la arquitectura barroca romana, con su fachada impresionante y características típicas de este estilo, como líneas curvas, volutas y esculturas ornamentadas.

La villa está rodeada por hermosos jardines, también diseñados por Bernini, que complementan la arquitectura y proporcionan un entorno encantador.

El interior de la villa cuenta con pinturas y frescos de artistas prominentes de la época, como Carlo Maratta y Giovanni Francesco Romanelli. Estas obras maestras decoran techos y paredes, contribuyendo a la belleza artística del lugar.

Bernini también contribuyó con esculturas a la decoración de la villa. Sus obras escultóricas son conocidas por su realismo y expresión emotiva.

La Villa Chigi ha experimentado modificaciones y cambios a lo largo de los años, pero sigue siendo un ejemplo destacado de la rica tradición artística y arquitectónica de la Roma barroca. La villa ha sido utilizada para diversas funciones a lo largo de los siglos y en la actualidad se utiliza en parte para eventos oficiales.

Para la familia Chigi Bernini construye dos iglesias: la colegiata de Ariccia y la de Castel Gandolfo. También edificó la Iglesia de Sant'Andrea en el Quirinal, encargada por Camilo Pamphili, una iglesia pequeña de planta elíptica con la entrada en el eje menor y un óculo en el centro.

 Gian Lorenzo Bernini en 1665,
                         pintado por Giovanni Battista Gaulli.                      

Gian Lorenzo Bernini es el arquitecto más representativo de todo el barroco italiano. Sus características como arquitecto barroco fueron:Dar mucha importancia a lo decorativo, tanto en el interior como en el exterior. Los elementos constructivos (columnas, pilastras, etc.) se multiplican, pero con función decorativa, siendo su único fin dar ritmo arquitectónico.

Frontones, entablamientos, etc. se rompen, las curvas se compenetran con líneas rectas, buscando siempre presiones dinámicas.