jueves, 1 de agosto de 2019

"En el estudio" obra de Alfred Stevens

"En el estudio" obra de Alfred Stevens del año 1888 y 106.7 x 135.9 cm. Actualmente se encuentra en Metropolitan Museum of Art de Nueva York _ Estados Unidos.


Pintor belga (1823- 1906) donde fue formado por François-Joseph Navez, discípulo a su vez de Jacques-Louis David. Estuvo activo sobre todo en París, donde se estableció en 1844. Sus primeras pinturas reflejaban la vida miserable de las clases bajas de París. En sus primeros trabajos se evidenciaban las influencias de Gustave Courbet, desde finales de la década de 1850.


Cuando el aprendiz de pintor Alfred Stevens (1823-1906) comprendiera que París era el mejor lugar para consolidar su arte, se marcharía de su natal Bruselas en el año 1843 para no volver jamás. Por aquel entonces el Romanticismo iría poco a poco marginándose frente a su antecedente estético.


En sus obras nos vemos absorbidos por la belleza de sus mujeres, por la maravilla de sus vestidos y delicados tocados. Pero también por la delicadeza de sus expresiones, a veces sutiles pero que logran transmitir tanto, diáfanas, soñadoras y a veces taciturnas. 


Estas escenas de la vida cotidiana se entremezclan a veces con elementos exóticos, vestidos que nos recuerdan a kimonos japoneses, sombrillas de aspecto chinesco o detalles orientales. Sus pinturas son verdaderamente hermosas y evocadoras de una mujer bella, turbadora y misteriosa al mismo tiempo.


La pintura de toda la primera época parisina refleja la dicha de vivir de un hombre a quien la vida le sonríe; es la pintura de un hombre de éxito, enamorado de todas las mujeres. Mira a su entorno como curioso, emocionado pero sin apasionamientos, y expresa con cuidado minucioso los aspectos superficiales de la vida elegante en la que se encuentra imbuido. 


Las mujeres son representadas como muñecas mundanas, adorables maniquíes, con bonitos vestidos de bellos colores, pero sin alma. El pintor sólo copiaba lo exterior, pero tenía la maestría de inventarse hábiles títulos que llamaban la atención de los aficionados burgueses.



La pasión por todo lo que venía del Extremo Oriente le hizo escoger agradables accesorios para sus pinturas y le proporcionó el medio para enriquecer y variar su paleta. Stevens innovó algunas de estas modas, inicialmente se limitó a copiar, pero después inventó su propia decoración en los paños. De hecho, los trajes acabaron por no ser más que un pretexto para pintar.


En estas obras el artista aparece muy lejos, tanto en la concepción como en la forma, de sus primeros cuadros. Después pasó a pintar marinas, paisajes y algunos retratos, que distan mucho de las mujeres de los cuadros de sus inicios. 


En la actualidad muchas obras han perdido colorido debido a la sutilidad y fragilidad de los colores que empleaba. Dedicado plenamente a su trabajo, no se preocupó por crear continuadores ni discípulos, a excepción de algunas damas que acudían a los cursos que instituyó para ellas en su propio taller, donde cuatro o cinco veces por semana el maestro daba una vuelta por los caballetes y aconsejaba a las alumnas.






Bibliografía : http://madamemacabre.blogspot.com
                     https://www.ecured.cu

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