martes, 9 de septiembre de 2014

Patio de los Elementos



En la ciudad alemana de Dresde, en el número 23 de la calle Görlitz, un intrincado sistema de desagües y embudos en el exterior de una casa de color turquesa guarda un poderoso secreto. Con el agua de la lluvia, el edificio se convierte en un poderoso instrumento.


La Casa de Canto en Dresde, Alemania


El entramado de tubos de la casa, que se encuentra en Neustadt Kunsthofpassag, un área de la ciudad que forma parte de un proyecto artístico llamado "El Patio de los Elementos", produce sonidos musicales.


Cuando llueve, la original casa retiene el agua de la lluvia, y el desplazamiento del agua por los diferentes desagües y embudos produce una dulce melodía que llama la atención de los turistas que disfrutan del natural espectáculo musical. Como la lluvia no es siempre la misma, cada espectáculo es diferente.



Detalle del embudo de la Casa de Canto



Conocida también como "La casa de canto", fue diseñada por los artistas Annette Paul, Christoph Rossner y André Tempel. La artista explicó que la inspiración para concebir la idea surgió cuando recordó "el teatro de la lluvia" que producía el paso de la lluvia por las tuberías de su casa de San Petesburgo.







Patio del arte: este conjunto de patios, con una más que curiosa forma y decoración, tiene un recorrido que empieza en el "Patio de los Seres Fabulosos", para visitar después el "Patio de la Luz", siguiendo por el "Patio de los Elementos", continuando por el "Patio de las Metamorfosis" y finalizando en el "Patio de los Animales".




 El Patio de los Animales



La fachada del Patio de los Animales está decorada con relieves de animales sobre un fondo verde y balcones hechos de mimbre. Es el hogar de la jirafa, el mono y la grulla.



El Patio de la Metamorfosis



El Patio de la Metamorfosis viene representado por una transformación lenta de unas láminas de papel que decoran sus paredes. Gracias a la idea de los artistas Annette Paul, Christoph Rossner y André Tempel, los turistas visitan esta fachada deseosos de que caiga un gran chaparrón, puesto que tuberías y embudos, que nos recuerdan a algunos instrumentos de viento, decoran la pared de este edificio. La lluvia cae a través de ellos y produce un sinfín de melodías. Un azul intenso da color a las piezas de música. Lo único malo es que, si no llueve, no hay música. Este curioso barrio es de gran atractivo turístico por las obras de diferentes artistas y artesanos que lo decoraron con gran gusto y originalidad.











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