lunes, 6 de abril de 2015

El Museo Catedralicio de Zamora


El Museo Catedralicio de Zamora es el principal museo de la Diócesis de Zamora. Fue inaugurado en 1926 con el objetivo de albergar obras procedentes tanto de la propia Catedral como de otras parroquias de la diócesis, con el objeto de ser mostradas al público.

Sin duda alguna el principal atractivo del Museo es la colección de tapices franco-flamencos de los siglos XV y XVI, compuesta por una veintena de piezas, tan importante como escasamente conocida. es el principal museo de la Diócesis de Zamora _ España.


Tapiz de "Tarquinio Prisco


En él se expone parte de una magnífica colección de tapices flamencos, entre los que destaca el de Tarquino Prisco, obra maestra tejida en Flandes hacia 1475; los de la Guerra de Troya, procedentes de los talleres de Tournai y confeccionados en el último tercio del siglo XV; los tapices de la viña, elaborados en Bruselas en torno a 1500; los de la historia de Aníbal, confeccionados por el licero bruselense François Geubels en torno a 1570, y los del rey David, de fines del siglo XVI, confeccionados posiblemente en un taller de Audenarde.


Detalle de "Muerte de Aquiles


Los tapices flamencos, así como la producción pictórica de los maestros de la pintura flamenca, se convirtieron en una mercancía de lujo que se exportaba por toda Europa en la Baja Edad Media y durante todo el Antiguo Régimen.

La especial relación que se estableció entre la región denominada Flandes (una imprecisa forma de referirse a la zona septentrional del Estado Borgoñón) y los reinos cristianos peninsulares medievales (especialmente la Corona de Castilla, y luego la Monarquía Hispánica -que incorporó los Países Bajos de los Habsburgo-), de donde provenía buena parte de la lana que llegaba a los talleres textiles de Brujas, Gante, Amberes, Bruselas,Malinas, Arrás o Tournai, ha llevado a la historiografía a identificar rasgos artísticos comunes que se han definido como estilo hispano-flamenco. 


Detalle del lado izquierda de "Tienda de Aquiles"


Los tapices están realizados con urdimbre y trama de lana en los colores azul marino, azul, rojo, rosa, violeta, verde, blanco, gris, crema y pardo, y seda en oro, crema, azul y verde, dominando los colores claros y el rojo intenso.

No hay separación entre escenas, con gran cantidad de personajes en cada tapiz, la mayoría identificados con el nombre. La lectura es de izquierda a derecha y de arriba abajo, concentrando los temas más importantes en la parte inferior y dejando la superior para lo más anecdótico. También presentan inscripciones en francés en la parte superior y en latín en la inferior en las que se va narrando la historia, con letras en amarillo sobre fondo rojo.


 Tienda de Aquiles

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Como era habitual en los tapices de esta época, no tiene bordura pero presenta en la parte superior tres inscripciones que relatan los acontecimientos representados mediante abundantes figuras separadas en tres escenas. El tapiz es uno de los objetos más antiguos que puede considerarse mueble decorativo. De él se hacía uso para cubrir vanos y paredes, suelos y muebles importantes; pues hasta el siglo XVI se confundían los tapices propiamente dichos con los tapetes y alfombras. Desde el siglo XV los tapices se empleaban también como colgaduras en la decoración de las vías públicas con motivo de cualquier celebración importante (procesión, entrada real o recepción solemne, que llegaban a ser muy complejas -arquitectura efímera-). A partir el siglo XVII se popularizó el uso de las alfombras y los tapetes, distinguiéndolos perfectamente de los tapices, definidos por su posición vertical.


Detalle de la " Destrucción de Troya"




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