miércoles, 2 de octubre de 2024

"La Mesa de los Pecados Capitales", obra de Hieronymus Bosch (1450-1516)


"La Mesa de los Pecados Capitales", obra de Hieronymus Bosch (1450-1516), realizada entre 1490 y 1510. Es un óleo sobre tabla con unas dimensiones de 120 x 150 cm. Actualmente se encuentra en la Sala 056A del Museo del Prado, en Madrid_ España.

La "Mesa de los Pecados Capitales" del Bosco, es una obra enigmática y compleja que, como muchas de las creaciones de Hieronymus Bosch ha generado múltiples interpretaciones y teorías a lo largo de los siglos. Aunque no hay secretos en un sentido literal o documentado, existen varios detalles y elementos simbólicos que podrían considerarse "ocultos" o misteriosos, ya que reflejan mensajes religiosos, morales y filosóficos.


La obra es un reflejo visual de los "siete pecados capitales" (ira, envidia, avaricia, lujuria, gula, pereza y soberbia). Cada uno de ellos está representado en escenas circulares, pero estas imágenes no son simplemente representaciones literales de los pecados. Están llenas de detalles y matices simbólicos que reflejan el comportamiento humano y las consecuencias espirituales de estos pecados. Por ejemplo, los personajes en cada escena parecen estar atrapados en situaciones cotidianas, mostrando que el mal y el pecado están presentes en la vida común.





En el centro de la obra hay una imagen de "Cristo resucitado"ntro de lo que parece ser un gran ojo. Este elemento es interpretado como el "Ojo de Dios"* o el "ojo que todo lo ve", lo que sugiere que Dios está observando continuamente los pecados de la humanidad. En torno al ojo están escritas las palabras latinas: "Cave, cave, Deus videt" ("Cuidado, cuidado, Dios lo ve"), recordando que todo lo que hacemos está bajo la mirada divina, una advertencia moral poderosa.




La mesa circular también ha sido interpretada como una "alegoría de la vida humana", desde el nacimiento hasta la muerte. En los paneles laterales (las esquinas) aparecen cuatro escenas adicionales, que representan la **muerte, el juicio final, el infierno y el paraíso**. Esto sugiere que los pecados capitales que cometemos a lo largo de nuestra vida tienen consecuencias eternas.


El hecho de que la obra esté diseñada como una mesa es peculiar en sí mismo. Se ha especulado que podría haber sido un encargo especial, posiblemente como una advertencia moral durante las comidas, o incluso para incitar a la meditación sobre los pecados en un contexto social. También podría simbolizar que los pecados están siempre presentes en nuestras acciones cotidianas, algo inevitable en la vida terrenal.



Como en muchas obras del Bosco, hay detalles oscuros y grotescos que invitan a múltiples interpretaciones. En la escena del infierno (representada en uno de los paneles exteriores), aparecen figuras monstruosas y torturadas, lo que puede leerse como una advertencia sobre los tormentos que aguardan a quienes se entregan al pecado. La **iconografía del infierno** en la obra del Bosco es siempre rica en criaturas fantásticas y demoníacas, elementos que han desconcertado a los estudiosos.



La obra puede verse también como un reflejo de las creencias religiosas medievales sobre la naturaleza del pecado, la salvación y el juicio. El Bosco vivió en una época de profunda religiosidad y tensión moral, lo que pudo haber influido en su representación detallada de los vicios humanos. La pieza parece estar impregnada de ideas apocalípticas y esotéricas que estaban en boga en el contexto religioso de su tiempo.


Aunque estos "secretos" no son necesariamente ocultos en un sentido literal, son símbolos, mensajes y detalles que enriquecen la comprensión de la obra y han llevado a muchos a interpretarla de diversas maneras.



Las figuras corpulentas, de poca estatura y en ocasiones algo desmañadas, no se parecen en general a las que solemos encontrar en las obras de El Bosco; son igualmente poco frecuentes las superficies definidas, los contornos oscuros y los colores brillantes y planos, entre los que predominan el verde y el ocre; por ello, se ha pensado que este cuadro podría ser una obra de su taller. Sin embargo, actualmente se ha invertido la tendencia, con lo que suele figurar en los catálogos entre las primeras obras realizadas por propia mano del artista, máxime cuando algunos detalles son de alta calidad pictórica,


El nombre de cada pecado aparece escrito en latín con claridad en cada uno de ellos en la parte inferior, pero las inscripciones aquí pueden considerarse totalmente superfluas: resulta inequívoco; así, los personajes que consumen vorazmente todo lo que lleva a la mesa el ama de casa, representan la gula.





El marco de los siete pecados capitales, en la representación de El Bosco, comprende todos los seres y todos los estamentos; no obstante, la representación de la avaricia se dirige a un estamento determinado: el avaro aparece como juez injusto que acepta sobornos; parece que los jueces de la época estaban especialmente predispuestos para este vicio. Esta crítica de determinados estamentos y clases sociales aparece asimismo en otros cuadros de El Bosco.






Bibliografía : El Poder del Arte
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