Mujer sentada tocando la espineta es una obra del pintor holandés Johannes Vermeer (1632-1675), realizada alrededor de 1675, con unas dimensiones de 51,5 cm x 45,5 cm. Actualmente se conserva en la National Gallery de Londres _ Reino Unido.
Se trata de una de sus obras finales. La protagonista del cuadro es una joven deliciosamente vestida, que toca una espineta decorada (a veces se habla de un clavicordio o de un virginal), sentada en el interior de una estancia: en línea con la elegancia de los vestidos de la joven, también lo que la rodea es ornamentado y rico, aunque la vista se limita a una sola esquina de la estancia.
En primer plano se ha puesto una viola da gamba; sobre la pared del fondo, un cuadro, La alcahueta de Dirck van Baburen, que pertenecía a la suegra de Vermeer y aparece en otras obras del pintor.
El tema es parecido al de Dama parada cerca del clavicordio o espineta (1670-1673), con la mujer que se vuelve sonriendo al espectador, y manteniendo las manos posadas sobre el teclado del instrumento musical.
Como en otras obras tardías de Vermeer, se ha perdido la frescura, convirtiendo el sistema de distribución de los objetos en el espacio en un estereotipo. Aparece, además, un fondo con sombras de negro profundo. En este cuadro ya no es la luz la protagonista, cuando en sus obras anteriores el argumento del cuadro era, en realidad, «la penetración de la superficie de los objetos por la luz
Johannes Vermeer fue un precursor en la pintura en relación con los principios de la composición. Empleó una división equilibrada de superficies, con las que también expresaba estructuras y situaciones complejas de forma sencilla y con pocos elementos. La geometría tenía un papel importante en la composición. Vermeer empleaba la luz de manera que casi llegaba a dar la impresión de que pintaba al aire libre. Además, no empleaba tonos grises para representar sombras. Vermeer se destacaba en la restitución de la luz, de la textura, de la perspectiva y de los colores trasparentes.