miércoles, 30 de septiembre de 2020

CODERCH & MALVIA

Compartir la creación de una obra de arte resulta complicado, ha de existir una predisposición que permita que dos personalidades encajen artísticamente- E proyecto que une a estos dos artistas es poco común, tan honesto y auténtico como sus obras.
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Joan Coderch nació en Castellar del Vallés_ Barcelona (1959) y se licenció en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y Javier Malavia nació en Oñati, Guipúzcoa (1970) y se licenció en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.

Su andadura individual como escultores los llevó a coincidir en los talleres de una gran empresa dedicada a la producción artística. Allí descubrieron sus afinidades y coincidencias tanto en el terreno artístico como en el personal. Y, finalmente, en el año 2015, deciden embarcarse en este proyecto que los llevará a acercarse a diferentes maestros de referencian en el mundo de la figuración, tales como Maillol, Rodin, Marini y Bourdelle.


Así, el centro de su discurso estético es el ser humano, su material el bronce y su búsqueda la excelencia. A partir de modelos del natural las piezas escultóricas se muestran no solo como un resultado figurativo, sino como la exploración de diferentes actitudes humanas frente a la vida.


Figuras hiperrealistas cuyo objetivo es tocar "la fibra sensible" del espectador. Así, el punto de partida es siempre el mismo: bocetos y modelos de "carne y hueso" que acaban convirtiéndose en obras contemporáneas. Cuidan hasta el más mínimo detalle.


Tienen otra peculiaridad: la de modelar a cuatro manos. Dos mentes y dos pares de manos y ojos para trabajar en una misma pieza. Eso enriquece cada una de las obras, admiten. "Nos desprendemos de cualquier ego que pudiéramos tener y unimos nuestras fuerzas para conseguir el mejor resultado posible", ya que ambos tienen un objetivo común.


Y todas se esculpen en un mismo material: el bronce. El porqué de esa elección es claro: por una parte "es la tradición", ya que se considera un material noble y, por otro lado, según los artistas es, "un material con durabilidad y calidad que está por encima de la mayoría de los materiales", aparte de que "te registra cualquier textura y gesto que hagas en el original", reflejando así la sensibilidad que buscan en cada figura. Asimismo, explican que los colores verde o incluso azul que coge el bronce se consiguen a base de ácidos y altas temperaturas a las que someten al material.


Las fuentes de inspiración son tan ricas como diversas. El ballet, el teatro, la literatura... Toda disciplina artística es válida para la pareja de escultores. Tras cinco años trabajando mayoritariamente en galerías y museos, Juan Coderch y Javier Malavia se han marcado un objetivo a corto plazo: sacar sus esculturas a la calle. Quieren que todo el mundo pueda acceder a sus obras, porque "las piezas se perciben de forma muy distinta en la calle".





Cabe recordar que Coderch & Malavia Sculptors fueron los ganadores del 52 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura (2017) que cada año organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, cuenta con el patrocinio de Google, y recogieron de manos de S.M. la Reina Doña Sofía. Además, también cuentan con la Medalla de Escultura «Mariano Benlliure» del 84 Salón de Otoño, así como con otros numerosos e importantes galardones.







Bibliografía : http://www.apintoresyescultores.es/
                     https://www.deia.eus/cultura

lunes, 28 de septiembre de 2020

El Castillo de Donegal

El Castillo de Donegal fue una de las fortalezas más importantes para uno de los clanes más poderosos de Irlanda. Los temibles O’Donnells construyeron el castillo en el siglo XV y se quedaron en la casa de la torre hasta que se vieron obligados a abandonar su hogar. Ubicado en una curva en el río Eske, en lo que ahora es el centro de la ciudad de Donegal _ Irlanda.

Construido al estilo de La arquitectura jacobina que corresponde con la segunda fase del Renacimiento en Inglaterra, anterior al estilo isabelino. Su nombre se corresponde con el Rey Jacobo I de Inglaterra, con cuyo reinado se asocia.


El nombre Donegal que significa «Fortaleza del extranjero» en irlandés. El nombre probablemente se refería a un asentamiento vikingo que alguna vez se ubicó en este rincón de Irlanda, pero nunca se ha encontrado evidencia arqueológica de una gran fortaleza. De hecho, la estructura fortificada más grande de la zona parece haber sido el Castillo de Donegal.


Los O’Donnells ejercieron una gran influencia en la Isla Esmeralda desde el siglo XIII hasta principios del siglo XVII, y el Castillo de Donegal fue una de sus fortalezas preferidas.

El Castillo de Donegal fue construido por el jefe del clan, Sir Hugh O’Donnell, en 1474. Rápidamente se hizo conocido como uno de los mejores castillos gaélicos jamás construidos.




Tan perfecto como era el castillo, el Clan O’Donnell se vio obligado a abandonarlo en 1607 cuando escaparon de Irlanda en el Vuelo de los Condes después de la Guerra de los Nueve Años. Mientras huían, la familia destruyó la torre del castillo en un intento por evitar que el castillo fuera utilizado para luchar contra los clanes gaélicos.


El castillo y las tierras circundantes pasaron a manos de Sir Basil Brooke a principios del siglo XVII, quien además de restaurarlo decidió realizar reformas como añadirle un anexo a la Torre del Homenaje e instalar nuevas ventanas. Hoy en día se encuentra en perfecto estado, pese a haber pasado doscientos años en ruinas. Actualmente, este exponente de la historia de Donegal puede ser visitado y en ocasiones se utiliza para la realización de actos públicos de tipo cultural.





Bibliografía : https://red-viajes.com

jueves, 24 de septiembre de 2020

La corona de flores obra de Jean-Baptiste Camille Corot fue realizado entre los años 1865 a 1870 y con unas dimensiones de 64,8 x43.2 cm. Actualmente se encuentra The Baltimore Museum Of Art_ Estados Unidos.


El generoso diseñador de paisaje francés Jean-Baptiste Camille Corot nació el 16 de julio de 1796 en París. Antes de dedicarse a la pintura a la edad de 26 años, era un hábil comerciante de textiles. A diferencia de muchos otros artistas, las obras de Corot fueron apreciadas incluso cuando el pintor todavía estaba vivo y esto le permitió llevar una vida económicamente acomodada. Corot, que nunca ha estado casado ni tuvo hijos, donó gran parte de sus ganancias a la caridad. 


Corot pintaba principalmente paisajes y mujeres. Sus pinturas se caracterizan por colores sobrios, con los que logró capturar la atmósfera del lugar representado. La pintura de humor fue su caballo de batalla, gracias a lo cual era considerado el pintor principal de paisajes en Francia y uno de los más copiados. Pero para esto él mismo era el principal responsable: no firmó algunas obras, presentó imágenes con y sin firma, y ​​permitió la reproducción de muchas de sus obras. 


Corot fundó la Escuela Barbizon, que reunió a diferentes artistas del paisaje francés. Muchos artistas lo consideraban su maestro y su aprendiz más importante era Camille Pissarro. Durante los últimos años de la década de 1860, los pintores de Barbizon captaron la atención de la generación más joven de artistas franceses estudiantes en París. Varios de esos artistas visitaron el Bosque Fontainebleau para pintar del natural.


Puesto que los cuadros de Corot parecían esbozos de poca importancia, se pensaba que su frescura era la coartada de una insuficiente destreza y de carencia de recursos técnicos. Baudelaire escribió al respecto:
Existe una gran diferencia entre un cuadro hecho y un cuadro acabado... La mirada del público está tan acostumbrada a esas piezas brillantes, limpias e industriosamente bruñidas que a Corot siempre se le reprocha que no sabe pintar.


Las reacciones de la crítica ante Manet y los impresionistas también serán de ese orden. La innovación en ambos casos (Corot y los impresionistas) es que la pintura procede de la experiencia y de los sentidos, no de los arquetipos heredados de la tradición. Corot, en ese sentido, introdujo en Francia la estética de lo fragmentario, definida en la pintura de paisaje por los románticos ingleses como Constable.


Y es que puede considerarse que Camille Corot es el precedente más claro de los impresionistas, ya que fue el primero que le dio carta de naturaleza a la pintura al aire libre. La revolución impresionista radicaba precisamente en la fidelidad a la sensación óptica obtenida ante la naturaleza en determinadas condiciones de atmosféricas y de luz. Corot fue el primer pintor que expresó esa sensación en sus cuadros.


Sus pinturas se caracterizaron por representar ámbitos bucólicos en planicies cercanas a arroyos, con una interesante presencia de arquitectura en ruinas o de imponente estructura. En los años de esplendor de su trabajo se reconocieron particularmente sus pinturas de el mundo rural del interior francés en las que aparece una paleta de colores pálida y con escenas de cierta inocencia.







miércoles, 23 de septiembre de 2020

Irving Ramsey Wiles (1861–1948) fue un pintor estadounidense nacido en Nueva York. Hijo del pintor paisajista Lemuel Maynard Wiles (1826–1905) y la artista Rachael Ramsey (1832-1896). Animado por su padre, Irving estudió en la Liga de estudiantes de arte de Nueva York desde 1879 hasta 1881 con James Carroll Beckwith y William Merritt Chase, quien sería su mentor y amigo.


En 1882 se mudó a París a estudiar en la Academia Julian bajo la dirección de Gustave Boulanger y Jules Joseph Lefebre, hasta que Emile Auguste Carolus-Duran le admitió en su atelier privado.



Después de su regreso a América en 1884 reanudó sus estudios en la Liga y empezó a exhibir en la Academia Nacional de Diseño, la Sociedad Americana de Acuarela y la Sociedad de Artistas Americanos .En sus primeros años de carrera profesional trabajó como ilustrador para diversas revistas americanas, entre ellas Cosmopolitan, para dedicarse posteriormente a pintar retratos de la élite social americana.


Destaca la gran maestría con la que están representados los vestidos de las chicas, cuyas transparencias de las telas les aportan un efecto vaporoso y etéreo, resaltando el colorido de los vestidos de las jóvenes músicas. El tratamiento de la piel oscila entre tonos rojizos, ocres y verdosos, en la línea de John Singer Sargent. 



El alarde de la gran maestría técnica de Irving Ramsey Wiles es el gesto de concentración, que aporta mucho al dramatismo a la escena. Las texturas de todo el mobiliario son de un realismo sobrecogedor. Podemos notar la delicadeza de la magnolia posada encima del piano, barnizado con efecto brillante en el que se refleja el ambiente fuera de campo. La sensación atmosférica es brutal. 


Muestra a la actriz inglesa en todo su esplendor sentada en una chaise longue rodeada de cojines y telas de inspiración oriental. Julia fue recordada por sus papeles en las obras de William Shakespeare. El vestido que luce está desplegado de tal forma que pueda mostrarse toda la voladura de su falda.



Se trata de un vestido blanco, que adquiere tonos ocres y azulados en función de la incidencia de la luz y las sombras proyectadas. El escorzo de la rodilla está realizado con gran destreza. El gesto relajado de Julia muestra una mujer de teatro acostumbrada a exponerse y consciente de su belleza. 


En la obra “La estudiante” (1910) muestra una mujer mezclando los colores en su paleta. El cuadro, en segundo plano, permanece en sombra, mientras que la figura de la mujer recibe la luz de una ventana fuera del plano pictórico. El rostro concentrado de la joven transmite la paz y presencia en el aquí y ahora que embarga a todo pintor durante su creación. Parece como si Irving quisiera que nos fijáramos en el proceso pictórico, no tanto en la obra creada por la mujer. Su bata gris adquiere tonos azulados y tierras en función de la luz. El vestuario y la pose de ella muestran una mirada respetuosa hacia su cualidad de artista, puesto que la mujer no es mostrada como una mujer florero sino como una artista por derecho propio.



En la última etapa de su carrera se dedicó a la pintura plen air y a los paisajes, siguiendo la pasión de su padre. Hacia 1920 la salud le hizo retirarse, murió en Long Island en 1948.




Bibliografía : https://www.barcelonaartexperience.com/

















lunes, 21 de septiembre de 2020

La basílica Notre-Dame de Fourvière

La basílica Notre-Dame de Fourvière se encuentra en  Lyon_ Francia. Fue construida con fondos privados entre los años de 1872 y 1896  su diseño inusual, Este proyecto está envuelto por el vocabulario arquitectónico muy personal de Pierre Bossan (1872-1884), toma elementos de la arquitectura románica y bizantina.


La Basílica de Notre-Dame de Fourvière, que se alza sobre el Vieux Lyon. Fourvière es el resultado de la unión de Four-Vière, o Foro Viejo, pues en el solar que hoy ocupa la Basílica se encontraba en época romana el foro primitivo de la ciudad. Lugar elevado y panorámico, pero también céntrico.




Se construyó entonces una iglesia modesta dedicada a la Virgen María y al recientemente canonizado Tomás de Canterbury. En el siglo XVI, en el contexto de las guerras de religión, aquella iglesia fue destruida y luego reconstruida de nuevo, y en el XVII, en un episodio que era tristemente habitual en muchas ciudades de Europa. se convirtió en centro de peregrinación en agradecimiento a la Virgen por la superación de una epidemia de peste.




El 8 de diciembre (día de la Inmaculada) de 1852 se inauguró el nuevo campanario con su nueva estatua y ésta quedó flanqueada, Varios proyectos para la nueva Basílica de Notre-Dame de Fourvière nacieron poco después de la inauguración del campanario, y el elegido fue el de Pierre Bossan. Bossan había visitado unos años antes la Catedral de Palermo y había vuelto enamorado de las influencias bizantinas.



En el siglo del romanticismo, de los pastiches y de los revivals, su proyecto estaba a punto de superar todo lo imaginable: la nueva Basílica de Notre-Dame de Fourvière iba a integrar modelos románicos y góticos, bizantinos y barrocos; iba a alternar mosaicos y vidrieras, arcos románicos con proporciones góticas.


Si la idea era excesiva, el contexto histórico pronto se encargaría de darle un espaldarazo. Fue la Guerra Franco-Prusiana de 1870, un desastre para Francia pero no tanto para Lyon, que a pesar de vivir amenazado durante toda la contienda, salió de ello intacto. Para celebrarlo, y dar de nuevo gracias a la Virgen, el proyecto de Bossan recibió un vigoroso impulso y sólo 14 años después la nueva Basílica podía decirse terminada.




La nueva Basílica de Bossan es un poema de piedra, un poema alejandrino y barroco dedicado a la victoria del Bien contra el Mal. La fachada principal mezcla caracteres románicos y góticos de un modo nunca visto. La cabecera, la parte más vista de la iglesia por ser la que se asoma a la parte baja de la ciudad, dibuja una potente silueta coronada por una escultura monumental de San Miguel venciendo al Dragón.




El interior está diseñado para impresionar y es un excelente ejemplo de la rendición por la decoración propia de la época. Parece el Palacio de las Mil y una Noches adornado con todas las maravillas conocidas del arte. Sencillamente, no cabe una más: hay pan de oro y mosaicos y columnas monumentales hechas de mármol de Carrara y vidrieras y toda esta apabullante acumulación no puede causar otra cosa más que asombro.




Notre-Dame de Fourvière, como iglesia de peregrinación que es, fue diseñada para recorrerse. Su circuito conduce al visitante, por una escalera de mármol rojo, a la Cripta dedicada a San José, y a la vuelta lo dirige a las escaleras que suben hasta el tejado, para que vea Lyon desde el mejor lugar posible.











Bibliografía : https://rutacultural.com