Compartir la creación de una obra de arte resulta complicado, ha de existir una predisposición que permita que dos personalidades encajen artísticamente- E proyecto que une a estos dos artistas es poco común, tan honesto y auténtico como sus obras.
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Joan Coderch nació en Castellar del Vallés_ Barcelona (1959) y se licenció en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y Javier Malavia nació en Oñati, Guipúzcoa (1970) y se licenció en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.
Su andadura individual como escultores los llevó a coincidir en los talleres de una gran empresa dedicada a la producción artística. Allí descubrieron sus afinidades y coincidencias tanto en el terreno artístico como en el personal. Y, finalmente, en el año 2015, deciden embarcarse en este proyecto que los llevará a acercarse a diferentes maestros de referencian en el mundo de la figuración, tales como Maillol, Rodin, Marini y Bourdelle.
Así, el centro de su discurso estético es el ser humano, su material el bronce y su búsqueda la excelencia. A partir de modelos del natural las piezas escultóricas se muestran no solo como un resultado figurativo, sino como la exploración de diferentes actitudes humanas frente a la vida.
Figuras hiperrealistas cuyo objetivo es tocar "la fibra sensible" del espectador. Así, el punto de partida es siempre el mismo: bocetos y modelos de "carne y hueso" que acaban convirtiéndose en obras contemporáneas. Cuidan hasta el más mínimo detalle.
Tienen otra peculiaridad: la de modelar a cuatro manos. Dos mentes y dos pares de manos y ojos para trabajar en una misma pieza. Eso enriquece cada una de las obras, admiten. "Nos desprendemos de cualquier ego que pudiéramos tener y unimos nuestras fuerzas para conseguir el mejor resultado posible", ya que ambos tienen un objetivo común.
Y todas se esculpen en un mismo material: el bronce. El porqué de esa elección es claro: por una parte "es la tradición", ya que se considera un material noble y, por otro lado, según los artistas es, "un material con durabilidad y calidad que está por encima de la mayoría de los materiales", aparte de que "te registra cualquier textura y gesto que hagas en el original", reflejando así la sensibilidad que buscan en cada figura. Asimismo, explican que los colores verde o incluso azul que coge el bronce se consiguen a base de ácidos y altas temperaturas a las que someten al material.
Las fuentes de inspiración son tan ricas como diversas. El ballet, el teatro, la literatura... Toda disciplina artística es válida para la pareja de escultores. Tras cinco años trabajando mayoritariamente en galerías y museos, Juan Coderch y Javier Malavia se han marcado un objetivo a corto plazo: sacar sus esculturas a la calle. Quieren que todo el mundo pueda acceder a sus obras, porque "las piezas se perciben de forma muy distinta en la calle".
Cabe recordar que Coderch & Malavia Sculptors fueron los ganadores del 52 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura (2017) que cada año organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, cuenta con el patrocinio de Google, y recogieron de manos de S.M. la Reina Doña Sofía. Además, también cuentan con la Medalla de Escultura «Mariano Benlliure» del 84 Salón de Otoño, así como con otros numerosos e importantes galardones.
Bibliografía : http://www.apintoresyescultores.es/
https://www.deia.eus/cultura