Parque de los monstruos o Bosque sagrado fotografiado en año 1952 por Herbert List, son denominaciones de los jardines del Castillo de los Orsini en (provincia de Viterbo _ Italia.
Una de las más poderosas familias del renacimiento italiano. En este lugar se encuentran las ruinas de un antiguo palacio y los restos de un sorprendente parque repleto de fantásticas estatuas, esculpidas en granito negro y devoradas por la vegetación. Este parque mágico, una de las creaciones más fabulosas y extravagantes del siglo XVI, fue obra de Pier Francesco Orsini, duque de Bomarzo, quien quería un monumento “que no se pareciese a otro más que a sí mismo”, y que fuese reflejo directo de los fantasmas y las obsesiones de su creador.
El bosque de las alegorías, de los monstruos. Cada piedra encerraría un símbolo y, juntas, escalonadas en las elevaciones donde las habían arrojado y afirmado milenarios cataclismos, formarían el inmenso monumento arcano de Pier Francesco Orsini. Nadie, ningún pontífice, ningún emperador, tendría un monumento semejante. Mi pobre existencia se redimiría así, y yo la redimiría a ella, mudado en un ejemplo de gloria».
Herbert List (1903 - 1975) fue un fotógrafo alemán, conocido por sus colaboraciones en las revistas Vogue, Harper's Bazaar y Life y por sus trabajos sobre desnudos masculinos. Fue seleccionado para participar en la exposición The family of man en el MOMA en 1955.
Su obra se suele denominar como fotografía metafísica, como si naciese misteriosamente del interior, pero de un modo especial está considerado como uno de los más importantes fotógrafos del homoerotismo y gran cantidad de sus fotos tratan el desnudo masculino en blanco y negro. Se han realizado numerosas exposiciones retrospectivas, un ejemplo fue la llamada Herbert List, el ojo mágico que estuvo en la Fundación la Caixa y el IVAM entre enero y marzo de 2000.
Pier Francesco, al contrario que su padre, que fue un bravo condotiero, nunca tuvo pasión por la guerra, y por ello tuvo una infancia muy difícil, pues aunque era el primogénito, no era el favorito, ya que su padre lo despreciaba por no querer seguir el oficio familiar de las armas. A él le gustaban las artes. Fue un mecenas culto y se rodeó de artistas. Fue descrito también como un hombre extraño, solitario, que se refugiaba en el interior de esa mente capaz de idear algo tan extraordinario como este parque de los monstruos.
El curioso visitante que se adentra en Bomarzo se pierde entre sus enigmas, entre sus personajes silenciosos, dioses, genios, faunos, héroes o cosas difíciles de clasificar. Tras atravesar la siniestra Boca del Infierno, se puede encontrar la fuente de Neptuno, a Ceres o Perséfone, una casa inclinada o un enorme elefante que estrangula con su trompa a un legionario romano.
Fue a partir de 1547 cuando Pier Francesco comenzó a construir el famoso Parque de los Monstruos, como un reflejo de su propia deformidad y de los momentos más importantes de su vida. Esta enigmática construcción es uno de los mejores ejemplos del arte tardorenacentista Italiano. También construyó un pequeño palacio, como una joya en medio del caos, dedicado a la memoria de su esposa Julia Farnesio.
Finalmente, en 1585, el duque Pier Francesco Orsini murió de veneno, sin originalidad, como cualquier otro intrigante príncipe del Renacimiento, en el instante preciso en que creía que tornaba a ser totalmente un ascético príncipe medieval. Sus restos fueron enterrados en su querida Bomarzo, custodiados para siempre por sus monstruos de piedra y el fantasma de la Osa Orsini, la cual aun pueden verse, entre las brumas de la alta noche, pasear junto al sepulcro.
Bibliografía : https://elretohistorico.com
Fue a partir de 1547 cuando Pier Francesco comenzó a construir el famoso Parque de los Monstruos, como un reflejo de su propia deformidad y de los momentos más importantes de su vida. Esta enigmática construcción es uno de los mejores ejemplos del arte tardorenacentista Italiano. También construyó un pequeño palacio, como una joya en medio del caos, dedicado a la memoria de su esposa Julia Farnesio.
Finalmente, en 1585, el duque Pier Francesco Orsini murió de veneno, sin originalidad, como cualquier otro intrigante príncipe del Renacimiento, en el instante preciso en que creía que tornaba a ser totalmente un ascético príncipe medieval. Sus restos fueron enterrados en su querida Bomarzo, custodiados para siempre por sus monstruos de piedra y el fantasma de la Osa Orsini, la cual aun pueden verse, entre las brumas de la alta noche, pasear junto al sepulcro.
Bibliografía : https://elretohistorico.com