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"Susurros de amor" obra de William-Adolphe Bouguereau, fue realizada en el año 1889 y con unas dimensiones de 157.48 x 92.71 cm . Actualmente se encuentra en el Museo de Arte de Nueva Orleans _ Estados Unidos.
Una joven sentada apoyando el codo derecho en una vasija; parece hablarle al oído un Cupido que revolotea a su espalda. Los traviesos angelitos extienden sus alas para volar más cerca del oído de quien intenta decidir un rumbo. Sus voces incesantes acaparan los sentidos, y solo basta un paso para que el cántaro se rompa y fluya todo aquello que ha sido guardado con celo.
Antes de la llegada del arte moderno y abstracto de finales del siglo XIX y la mayor parte del siglo XX, existió en el ser humano el deseo de plasmar en enormes pinturas la belleza celestial personificada en seres celestiales y humanos. Algunos de estos seres fueron los angelitos, que llegaron a representar una unión de cielo y tierra.
El pintor William-Adolphe Bouguereau, fue uno de los últimos pintores altamente reconocidos y apreciados por sus angelitos y otras figuras alegóricas plasmadas en sus pinturas. Su inspiración se refleja en sus propias palabras acerca de su disciplina artística:
"Cada día ir a mi taller es una alegría. De noche, cuando por falta de luz me obliga a detenerme, apenas puedo esperar a la mañana siguiente… si no me puedo entregar a mi querida pintura, soy un infeliz."
Bouguereau pintó 826 pinturas durante su vida. Era un tradicionalista firme. Sus pinturas y temas mitológicos eran interpretaciones de temas clásicos tanto paganos como cristianos. Se concentraba en el cuerpo humano desnudo femenino, pero con frecuencia acompañaba a sus figuras femeninas con angelitos.
El estilo de Bouguereau era idealista y muy pulido. Él expresó: "Sólo hay un tipo de pintura. Es la pintura que presenta el ojo con la perfección, el tipo de esmalte hermoso e impecable que se encuentra en Veronese y Tiziano."
''Uno tiene que buscar la belleza y la verdad'', le dijo Bouguereau a un entrevistador en 1895.
Bouguereau se caracteriza como un pintor de retratos de aspecto fotográfico, obras religiosas hábiles y sentimentales y desnudos tímidamente eróticos, como un bello prototipo del dominio de las técnicas pictóricas academicistas y de las claves sociales de la hipocresía burguesa.
La mitología es aquí un pretexto para mostrar su sorprendente talento de dibujante, capaz de plasmar todas las actitudes del cuerpo humano. La mitología permite también adentrarse en el registro erótico pero no obstante sin caer en la obscenidad.
Fue William Adolphe Bouguereau quien sin ayuda abrió las academias francesas a las mujeres, y fue el quién podría decirse que fue el mayor pintor de la figura humana en toda la historia del arte. Sus figuras cobraron vida como ningún artista lo había hecho antes o hasta entonces.
El campo de concentración de Auschwitz fue un complejo formado por diversos campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi situado en los territorios polacos ocupados durante la Segunda Guerra Mundial.
Situado en Oświęcim a unos 43 km al oeste de Cracovia, fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo, donde se calcula que fueron enviadas cerca de un millón trescientas mil personas, de las cuales murieron un millón cien mil, la gran mayoría de ellas judías (el 90 %, aproximadamente un millón).
En la puerta de entrada a uno de los diversos campos que componían el complejo (Auschwitz I) se puede leer el Arbeit macht frei es una frase cuya traducción al español es ‘el trabajo libera’. Aunque a veces pueda ser entendida como ‘el trabajo te libera’ o ‘el trabajo os hace libres’.
Arbeit macht frei es una frase intencionalmente ambigua: sugiere no solo que el trabajo libera a víctimas detenidas por el nazismo, sino la ocupación de los nazis al consumar el asesinato premeditado de enormes masas humanas de origen y condición diversa (opositores al régimen, librepensadores, judíos, masones, gitanos, comunistas, homosexuales, y enemigos de guerra, entre los que no faltaron cristianos.
Hubo tres campos principales y 39 campos subalternos. Los tres campos principales fueron:
Auschwitz I, el campo de concentración original que servía de centro administrativo para todo el complejo. En este campo murieron cerca de 70 000 intelectuales polacos y prisioneros de guerra soviéticos.
Auschwitz II (Birkenau), un campo de exterminio y el lugar donde murieron la mayor parte del más de un millón de víctimas del campo. En esta sección eran ubicadas las mujeres.
Auschwitz III (Buna - Monowitz), utilizado como campo de trabajo esclavo para la empresa IG Farben.
Auschwitz II (Birkenau) es el campo que la mayor parte de la gente conoce como Auschwitz. Allí se encerró a cientos de miles de judíos y allí también se ejecutó a más de un millón de deportados y decenas de miles de gitanos.
El campo está ubicado en Birkenau, a unos 3 km de Auschwitz I. La construcción se inició en 1941 como parte de la Endlösung (solución final). El campo tenía una extensión de 2,5 km por 2 km y estaba dividido en varias secciones, cada una de ellas separada en campos.
Los campos, al igual que el complejo entero, estaban cercados y rodeados de alambre de púas y cercas electrificadas (algunos prisioneros utilizaron las cercas electrificadas para suicidarse). El campo albergó hasta 100 000 prisioneros en un momento dado.
El objetivo principal del campo no era el mantener prisioneros como fuerza laboral (como era el caso de Auschwitz I y III), sino su exterminio. Para cumplir con este objetivo, se equipó el campo con 4 crematorios con cámaras de gas. Cada cámara de gas podía recibir hasta 2500 prisioneros por turno. El exterminio a gran escala comenzó en la primavera de 1942 como resultado de la aceleración de la solución final tratada en la Conferencia de Wannsee.
A partir de 1944 se extendió la vía del tren para que entrara directamente al campo. Algunas veces, al llegar el tren, los prisioneros eran pasados directamente a las cámaras de gas. En otras ocasiones, los nazis seleccionaban prisioneros, para ser enviados a campos de trabajo o para realizar experimentación médica. En general los niños, los ancianos y los enfermos eran enviados directamente a las cámaras de gas.
Aquellos que resultaban seleccionados para el exterminio eran trasladados a uno de los grandes complejos de cámaras de gas/crematorio hacia los extremos del campo. Dos de los crematorios (Krema II y Krema III) tenían instalaciones subterráneas, una sala para desvestirse y una cámara de gas con capacidad para miles de personas. Para evitar el pánico, se les informaba a las víctimas que recibirían allí una ducha y un tratamiento desinfectante.
Hoy en día se calcula que en Auschwitz llegaron a estar internadas un total de 1,3 millones de personas, de las cuales murieron 1,1 millones, el 90% de ellos, en torno a un millón, judíos.
Según cifras de Franciszek Piper, el grupo mayoritario de judíos trasladados al campo corresponde a los procedentes de las deportaciones de 1944 desde Hungría (438 000). Le siguen Polonia (300 000), Francia(69 114), Holanda (60 085), Grecia (55 000), Checoslovaquia (46 099), Eslovaquia (26 661), Bélgica (24 906), Alemania y Austria (23 000), Yugoslavia (10 000), e Italia (7 422).
En Auschwitz murieron también unos 70 000 prisioneros políticos polacos, más de 20 000 gitanos, 10 000 prisioneros de guerra soviéticos, entorno a 1 200 republicanos españoles, además de cientos de testigos de Jehová y decenas de los internados a causa de la homosexualidad.
Baños en Berkena (únicamente disponían de 15 segundos de baño, dos veces al día. El exceso en ese límite de tiempo suponía un grave riesgo, puesto que terminaban con su vida)
Estimaciones coincidentes son las del historiador Peter Hayes. Según su estudio, solo 125 000 de los 200 000 supervivientes seguían vivos a la caída del Tercer Reich, aproximadamente el 10% de las personas internadas en el campo entre mayo de 1940 y enero de 1945.
Auschwitz. Una palabra que por sí misma representa todo el terror y la maldad de la que es capaz la especie humana. Recordatorio de cómo una locura generalizada puede llevar a cometer los actos más incomprensibles. Nueve letras que llevan dando miedo ya a varias generaciones.
Los nazis robaron todo a los polacos. Les robaron su territorio, sus casas, sus vidas, su dignidad, su alegría. Les estigmatizaron para siempre por las barbaridades que hicieron en su tierra. Les quitaron hasta su historia. Nadie conoce Oświęcim, el nombre polaco de la población en la que se levantaron los campos. Sólo Auschwitz.
Habitación en Birkenau
Me comenta mi compañero, colaborador y gran amigo César que "Yendo hacia la zona de los hornos, únicamente se escuchan los pasos del grupo de visitantes, clavándose las grandes piedras del camino en los pies, intentando imaginar lo que pensaban los que no sabían que iban a morir durante esos últimos pasos".
Rompe el alma ver los nombres de las maletas, escritos por sus dueños, engañados por los nazis al pensar que volverían a recuperarlas tras bajar de los trenes, después de pasar por las duchas, las montañas de gafas, zapatos, prótesis, cepillos, cremas y todo tipo de enseres... Por no hablar del pelo. En muchos casos, lo único que queda de familias enteras, de comunidades enteras.
Todas esas sensaciones, toda esa humanidad, perdieron su vida de una manera tan trágica por ser de una religión o por ser homosexual y pertenecer a la raza gitana. Muy mal lo tiene que hacer la humanidad para errar tan mal como lo hizo en aquel momento y que, probablemente, siga haciéndolo habitualmente aunque reflejado en otros ámbitos.
Termino con una niña, querida y admirada por mi, Ana Frank (1929-1945), la conocida niña judío alemana. De las ocho personas que estuvieron, sólo el padre de Ana, Otto Frank, sobrevivió a esta terrible guerra. Una vez terminado el holocausto, su padre decidió publicar las memorias de su hija Ana, por lo que se hizo mundialmente famosa. Su libro es un ejemplo de valor, coraje y esperanza que no deja indiferente a nadie. Murió con tan solo quince años, de tifus, en marzo de 1945.
La Célebre "Procesión de la Madonna de Cimabue" obra de Frederic Leighton, fue realizada entre los años 1853 a 1855 y con unas dimensiones de 2,37 x 5,23 cm. Actualmente se encuentra en The National Gallery de Londres _ Inglaterra.
Estamos ante una obra que es muy del gusto de la época victoriana en Inglaterra. E incluso se da la casualidad de que cuando el cuadro se exhibió fue la propia reina Victoriala que la adquirió, razón por la cual pasó a formar parte de la colección real y de ahí, a la National Gallery de Londres donde se conserva en la actualidad.
La escena del cuadro de Frederic Leighton es una procesión del retablo de LaMadonna Rucellai, de colores brillantes y de un grupo muy importante que acompañan a dicho retablo en las calles de Florencia.
La Madonna Rucellai es una pintura sobre tabla del pintor italiano medieval tardío Duccio di Buoninsegna de Siena. Originalmente pintado para la Societa di Santa Maria Virginis de la iglesia de Iglesia de Santa María Novella, la pintura ahora reside en la Galería Uffizi de Florencia.
En el cuadro de Leighton observamos en la zona central del mismo a la Madonna de Cimabue llevada en procesión por las calles de Florencia. Dicha Madonna viene representada en cuadro que viene continuación.
La escena está basada en una historia de las 'vidas de los artistas' que Giorgio Vasari escribió de un retablo que fue encargado en el año 1285. Aunque Vasari atribuyó el panel a Cenni di Pepo Cimabue, actualmente queda constancia de que es de Duccio di Buoninsegna, como acabo de mencionar, quien fue probablemente el artista más influyente de su tiempo en Siena, Italia. Dicha constancia ha quedado acreditada a través de documentos de un contrato.
Según Vasari, el personaje del centro del cuadro que lleva un traje blanco y una corona de laurel es Cimabue y lleva su alumno Giotto de la mano. En el extremo derecho de la obra se encuentra Dante, apoyado contra un recortado, de espaldas al espectador.
En el cuadro de la procesión florentina también están presentes otros grandes maestros del Trecento y comienzos del Quattrocento como el escultor Nicola Pisano, el arquitecto y escultor Arnolfo di Cambio.
Fue una obra que de hecho pintó durante su estancia en la ciudad de Florencia, donde estudió en la Academia de las Artes. Un periodo vital en su formación, si bien luego también pasó una temporada en París donde conoció a pintores de varias generaciones como Dominique Ingrés, Eugene Delacroix, Camille Corot o Jean François Millet.
Pero volviendo a la obra que aquí nos ocupa, la huella del arte italiano es indudable, y a algunos de sus artistas les dedicó sus obras como esta en la que evoca la Virgen en Majestad del maestro Cimabue, y otro lienzo en el que rinde homenaje a uno de sus artistas más admirados: La muerte de Brunelleschi.
No obstante, este artista, que también fue Lord, es más académico. Y lo cierto es que su pasión por el arte clásico le llevó a viajar a Italia, así como también a Francia. Pero esa formación la utilizó para lograr una factura y estilo de carácter muy personal, y que con el tiempo le valió para ser integrante de la Royal Academy, donde incluso alcanzó la presidencia de esa institución.
Leighton (1830 – 1896) es un producto típico de la época victoriana. Un momento en el que gustaban mucho este tipo de obras de carácter antiguo, en las que abundaban o bien las temáticas mitológicas o las escenas de carácter italianizante. No hay que olvidar que dentro de este tiempo también surgió en Inglaterra el movimiento de los Prerrafaelista, con los que alguna vez se ha vinculado a Si bien, Leighton también trabajó la vertiente de aires orientales tan del gusto de la época, y de ahí algunas obras en las que se funden todas estas influencias.
Situada en la ciudad de Mumbai (antes, Bombay) _ India, la estación ferroviaria de Chhatrapati Shivaji –antaño denominada Estación Victoria– es un destacado ejemplo de la mezcla del estilo arquitectónico neogótico de la época victoriana con la temática de la arquitectura india tradicional.
Este edificio, diseñado por el arquitecto británico Frederick William Stevens, se convirtió en el símbolo del principal puerto comercial de la India, Mumbai, llamada por algunos la “ciudad gótica”. Su construcción, iniciada en 1878 y finalizada diez años después, se llevó a cabo con arreglo a un proyecto arquitectónico de estilo gótico victoriano, inspirado en los monumentos italianos de finales de la Edad Media.
El plano excéntrico de su planta, su cúpula de piedra, sus torrecillas y sus arcos puntiagudos presentan semejanzas con la arquitectura palacial clásica de la India. Chhatrapati Shivaji es un ejemplo excepcional del encuentro entre dos culturas, ya que los arquitectos británicos trabajaron con los artesanos indios para incorporar las tradiciones y los estilos arquitectónicos autóctonos, creando así un nuevo estilo, exclusivamente característico de Mumbai.
Fue bautizada en 1887 como «Estación Victoria» en honor a la reina Victoria emperatriz de la India, y renombrada en 1996 como «Chhatrapati Shivaji Terminus» en honor a Chhatrapati Shivaji. El 8 de diciembre de 2016 fue añadido el término «Maharaj» al nombre oficial de la estación tras una iniciativa del Gobierno de la India.
La estación tardó diez años en completarse, el periodo más largo para cualquier edificio de esa época en Bombay. Esta señal arquitectónica famosa en un estilo gótico -renaciente fue construida como la jefatura del Gran Ferrocarril Peninsular Indio (Great Indian Peninsula Railway).
Originalmente destinado sólo para albergar la estación principal y las oficinas administrativas del Gran Ferrocarril de la Península India, una serie de edificios auxiliares se fueron añadido posteriormente, todos diseñados con el fin de armonizar con la estructura principal.
El diseño final tiene cierta semejanza con la estación de ferrocarril de St Pancras en Londres. Los planes de GG Scott para el edificio del parlamento de Berlín habían sido publicados cuatro años antes, y también ha marcado similitudes con el diseño de la estación.
St Pancras en Londres
La estación se erige como una de las maravillas del S.XIX en la arquitectura del ferrocarril, pos sus avanzadas soluciones estructurales y técnicas; se lo considera como uno de los mejores productos de la utilización de la tecnología de la revolución industrial.
La estructura principal está construida a partir de una mezcla de piedra arenisca y caliza de la India, mientras que los mármoles fueron utilizados en los elementos decorativos más importantes.
Su belleza externa, es decir, las tallas de madera, azulejos, hierro ornamental, barandas de bronce, balaustradas, y otros tanto múltiples adornos fueron fruto del trabajo de los estudiantes de la Escuela Sir Jamsetjee Jeejebhoy de Arte.
El interior de edificio, hecho con un propósito utilitario con amplias habitaciones y techos elevados, en el que apenas se han realizado algunos cambios sobre todo demandados por los usuarios de la misma estación; el edifico tiene un planta en forma de C y está coronado por una cúpula central elevada que actúa como el punto focal de la estación. Las paredes interiores están forradas con azulejos realizados por una compañía con sede en Gran Bretaña.
Las fachadas de la estación presentan una ornamentación con estatuas, frisos, bajorrelieves, todo aparece de forma exuberante aunque bien controlado; llaman la atención por su decoración las columnas de la entrada coronadas por un león (representando a Gran Bretaña) y un tigre (representando a la India). Las estatuas que podemos encontrarnos por la fachada o simplemente en el exterior del edificio representan temas como el comercio, agricultura, ingeniería o ciencia.